¿Por qué no hay más mujeres en las empresas españolas?

Quizá a las nuevas generaciones les cueste imaginar un mundo en el que el hecho de ser mujer pudiera implicar una limitación. Sin embargo, hace menos de cien años las mujeres en España ni siquiera tenían derecho a votar. Hasta 1975, una ley restringía la capacidad jurídica de las casadas, hasta el punto de que no podían trabajar, cobrar un sueldo, abrir una cuenta bancaria u obtener un pasaporte sin la autorización de sus maridos. 

La participación de la mujer en el mercado laboral español también ha experimentado avances muy significativos en las últimas décadas como consecuencia tanto de factores socioculturales como de cambios legislativos destinados a promover la igualdad de género.

Trabajadores de camino a sus puestos de trabajo. Reuters

Existen aún, no obstante, grandes desafíos por abordar, como la brecha salarial o la menor representación femenina en roles de liderazgo. 

En este contexto, y para enriquecer el debate con datos objetivos, el Colegio de Registradores de España ha presentado esta semana su informe sobre el rol de la mujer en la empresa española.

Se trata de un trabajo pionero elaborado a partir de información del Registro Mercantil, cuyo depósito de cuentas (fuente básica para conocer aspectos financieros y de sostenibilidad de las empresas españolas) integra por primera vez datos referentes al número de mujeres en órganos de dirección, así como cifras de empleabilidad por sexos. 

En él se analizan dos grandes aspectos: la participación de la mujer en los órganos de administración y la participación de la mujer en el empleo societario.

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En relación con la primera cuestión, de las casi 900.000 empresas analizadas, el 75% de ellas no cuenta con mujeres en sus órganos de Administración.

Además, el porcentaje medio de presencia femenina en los órganos de administración es muy minoritario, en ningún caso alcanza el 18%, siendo algo superior en las microempresas respecto del resto de sociedades.

"Las mujeres ocupan un tercio de los puestos en las pymes, que representan siete de cada diez trabajos en España"

Por otra parte, existen determinados sectores de la actividad económica en los que la presencia femenina es algo superior (aunque, de media, siempre por debajo del 30%), como en la educación (28,2%), la sanidad (27,2%) y, a otro nivel, en el inmobiliario (21,9%).

Es muy baja en el de información y comunicaciones (11,3%), la construcción (11,5%) o el de las industrias extractivas (11,6%).

Una mujer trabajando en el campo. (EP/Carlos Castro)

En la segunda parte del informe se analiza el empleo societario, donde predomina nuevamente la presencia de hombres frente al de mujeres. 

Así, en el plano general del empleo, las mujeres ocupan un tercio de los puestos en las pymes, que representan siete de cada diez trabajos en España a nivel societario.

Son las empresas consideradas grandes (de más de 250 trabajadores) las que concentran un mayor porcentaje de mujeres en sus filas, con un 44% de empleo femenino.

Los datos impresionan, pues recordemos que el Ranking Europeo de Igualdad de Género de 2023 elevó a España al cuarto lugar continental sólo por detrás de Suecia, Países Bajos y Dinamarca. 

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Distinguiendo nuevamente por actividades se observan situaciones muy dispares, con sectores en los que el empleo femenino es muy marginal, como el de la construcción o las industrias extractivas. 

Trabajadores cruzando el Puente de Londres. Reuters

También otros donde predomina la presencia femenina, como son, nuevamente, las actividades sanitarias.

Como sectores equilibrados destacaríamos las actividades profesionales, científicas y técnicas, y las actividades administrativas y servicios auxiliares.  

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Las causas que explicarían esta situación resultan complejas. Una de ellas podría ser la de las dificultades de las mujeres para conciliar su vida familiar y laboral. Así lo corrobora un informe del INE que estima que en 2022 unas 638.400 mujeres se vieron obligadas a renunciar a su trabajo por esta razón.

"Apostar por el talento femenino significa hacerlo por un valor seguro"

En relación con lo anterior, otro factor a analizar sería la eventual intermitencia en los periodos laborales como consecuencia de la maternidad. Porque el lento ascenso de las mujeres no responde, ni mucho menos, a falta de motivación, como se pone de manifiesto en un reciente informe de la consultora global McKinsey & Company, que destacó que tres de cada cuatro trabajadoras menores de 30 años aspiran a conseguir un puesto directivo en un futuro.

En este escenario, apostar por el talento femenino siempre significará hacerlo por un valor seguro, tal y como señala otro estudio del Peterson Institute for International Economics, que revela que las compañías a nivel global que incluyen a mujeres en puestos directivos tienden a mejorar su rentabilidad.

Quizá en España debamos tener más en cuenta este tipo de conclusiones a fin de vencer posibles resistencias internas de nuestra cultura corporativa que puedan estar ralentizando la presencia de las mujeres en los puestos de alta dirección.

*** Dulce Calvo González-Vallinas es directora de Responsabilidad Social Corporativa del Colegio de Registradores de España.