El Gobierno ha anunciado una inversión de 2.400 millones de euros para la ampliación del Adolfo Suárez Madrid-Barajas, lo que supone una excelente noticia para la economía española. Tener un aeropuerto fuerte es imprescindible para que España pueda competir con Alemania, Países Bajos o Francia, que cuentan con hubs mucho más potentes y mucho mejor conectados.
El objetivo de la ampliación no es crecer por crecer. Se trata de generar riqueza y puestos de trabajo para nuestro país.
Los números hablan solos. Según datos de PWC, por cada 10% de aumento de viajeros, se incrementa un 4,7% la inversión extranjera, un 2,5% las exportaciones y un 4% el turismo.
El aeropuerto de Madrid es el mayor del sur de Europa, pero tiene amplio margen de crecimiento, especialmente si comparamos su tráfico con el de los hubs del norte.
Si miramos las cifras prepandemia (en algunos aeropuertos todavía no se ha recuperado toda la actividad), vemos que por Madrid-Barajas pasaban cada año 62 millones de pasajeros, frente a los entre 72 y 77 millones que transitaban por Frankfurt, Ámsterdam y París.
La inversión prevista por el Gobierno para ampliar la Barajas pretende aumentar también su capacidad hasta los 90 millones de viajeros, lo que supondría un fuerte impuso para nuestra economía en términos de PIB y de empleo.
Pero más allá del volumen de pasajeros, la clave de los beneficios que reporta un gran aeropuerto a un país está en la conectividad. Es muy llamativo que España, que recibe cada año más del doble de turistas que Alemania, tenga un aeropuerto con menor número de viajeros. Eso se debe a que tenemos muchas menos conexiones y, en consecuencia, menos pasajeros.
Los hubs del norte de Europa tienen un alcance de 360º, desde ellos se puede viajar a múltiples destinos de Europa, América del Norte y del sur, de Asia y de África.
"Es el momento de hacer un esfuerzo conjunto para contribuir a hacer del Barajas el gran hub del sur de Europa en beneficio de la competitividad española"
Lamentablemente, desde Madrid-Barajas la conectividad con Asia y África es todavía muy escasa. Esto limita enormemente la capacidad de las empresas españolas para importar y para exportar, restringe las posibilidades de quienes vivimos en España para viajar por placer, y también el poder de nuestro país para atraer turistas e inversores desde esos continentes.
Por todo eso, es importante que todas las compañías e instituciones que tenemos capacidad para impulsar la transformación de Madrid-Barajas contribuyamos en la medida de nuestras posibilidades.
Desde Iberia estamos convencidos de que la operación de compra de Air Europa por parte de nuestra matriz IAG (en fase de estudio por parte de la Comisión Europea) es clave para el desarrollo de ese gran aeropuerto que necesita España.
La suma de la fuerza de Iberia y Air Europa es buena para la competencia. Permitirá, entre otras cosas, rediseñar de manera más eficiente las rutas para ofrecer más opciones a los consumidores y a los negocios. Esto hará posible abrir nuevos destinos hacia todos los continentes, con foco especial en Asia, en ciudades secundarias de América del Norte y del sur y también en África.
Un aeropuerto fuerte sólo es posible si cuenta con una aerolínea principal fuerte capaz de asumir el reto de operar un gran entramado de rutas y un ingente volumen de pasajeros. Es lo que ocurre con Lufthansa, KLM y Air France en París, cuyo porcentaje de despegues en sus aeropuertos de referencia (Frankfurt, Ámsterdam y París) ronda el 60-70% del total frente al 43% que tiene Iberia en Madrid. La suma de Iberia y Air Europa alcanzaría el 62%.
Ahora es el momento de hacer un esfuerzo conjunto para contribuir entre todos a hacer del Barajas el gran hub del sur de Europa en beneficio de la competitividad de nuestro país. Un aeropuerto capaz de mirar cara a cara a los grandes del norte y capaz de atraer a España nuevas oportunidades de riqueza, empleo, ocio y negocio.
*** María Jesús López Solás es Directora Comercial, de Desarrollo de Red y de Alianzas de Iberia.