Al amanecer, mientras veía tu silueta recortarse sobre la Torre Eiffel, patrón, con la portada de Le Figaro me he hecho un cigarro y me he puesto a leer los periódicos españoles. Veo que el padre Feijóo lo ha vuelto a hacer. Es hoy protagonista por algo que dijo y no quiso decir; por algo que no quiso decir… pero dijo.

Portada de La Vanguardia: “Feijóo amaga con una moción de censura que necesita a Vox y a Junts”. Los hechos: resulta que el padre Feijóo fue a una entrevista con Susanna Griso en Espejo Público, ahí a unos pocos metros del estudio por ese pasillo que es como una lluvia de estrellas. Y el santo padre le dijo a Susanna que no descartaba una moción en un contexto adecuado.

Fue como si hubiese tocado la lotería en La Moncloa, que puso en marcha la máquina del fango… Perdón, un momento, que me he liado. Quería pedir disculpas porque tiene que ser la máquina de otra cosa. Fango en Moncloa nunca. Sánchez, mon amour, tu es foooooormidable. Moncloa puso en marcha la máquina de la fabulación para dar a entender que el padre Feijóo critica la amnistía al mismo tiempo que negocia con Junts.

Veamos cómo se traduce eso en las portadas de los diarios más próximos al Gobierno. El País: “Feijóo desconcierta al PP al sugerir una moción de censura con Junts”. Infolibre: “Feijóo se abre a una moción de censura inverosímil a días de unas elecciones más reñidas de lo que esperaba”. ElDiario: “Feijóo desbarata la estrategia del PP al abrirse a una moción de censura con Puigdemont”.

En realidad, como digo, todo es fábula, el padre Feijóo no se abre a la moción. Lo que pasa es que dijo que no descartaba abrirse. ¿Y por qué lo dijo si realmente no quiso? Los caminos del padre Feijóo son inescrutables. Perdón, profesor, inescrutables.

El Confidencial, muy crítico con el patinazo de Feijóo: “Génova vuelve a perder el control del mensaje en el tramo decisivo de la campaña electoral en beneficio del PSOE al evocar una moción de censura y la sombra de Puigdemont”.

Dos detalles muy divertidos de esta historia, que encuentro en las páginas de El Mundo y de El País: cuando el padre Feijóo le dijo eso a Susanna Griso y empezaron a publicarse los titulares sobre la moción de censura, los barones y altos cargos del PP entraron en pánico. Algunos pensaron que la estrategia había cambiado, otros, más veteranos, dijeron: “Esto es un lapsus de Feijóo”. Pero muchos corrieron a revisar la grabación de la entrevista. Además, Génova mandó un mensaje por WhatsApp explicando lo sucedido.

Total, que los periódicos viven hoy de una fantasía porque la noticia no es una noticia. El padre Feijóo jamás haría una moción con Junts, pero dijo que no descartaba una moción de censura en general y Moncloa le completó el discurso. El Español publica una intrahistoria de lo sucedido y recuerda que Feijóo añadió una frase deliberadamente borrada por Moncloa: “No hago política ficción”.

Más novedades, estas al otro lado de la cama y, por el documento que las ilustra, parece que en el plano de la realidad y no en el de la ficción. El Confidencial: “Begoña Gómez admite en un documento "confidencial" que Indra, Telefónica y Google montaron su software”. La novedad está en que, en ese documento, podemos ver que también colaboraron con la primera dama la Fundación Once y la confederación nacional de las pequeñas y medianas empresas.

El Mundo: “La Cámara de España recomendó a su red y a grandes empresas cursar el máster de Begoña Gómez”. Volvemos a lo de siempre: ¿es ético que una institución pública se ponga al servicio de la mujer del presidente del Gobierno?

Para terminar, entremeses variados. La portada de La Razón nos recuerda que los Presupuestos –veremos qué hacen ahora los nacionalistas– van a poner a prueba la viabilidad de la legislatura. El Confidencial: “Podemos lleva al Congreso a dos activistas que reivindican los asesinatos de Hamás”. ABC: “El Gobierno impondrá revisiones médicas a los menores para frenar la adicción a las pantallas”.