Nacho Cano durante su llegada a la rueda de prensa convocada tras ser detenido en julio.

Nacho Cano durante su llegada a la rueda de prensa convocada tras ser detenido en julio. Europa Press.

LA TRIBUNA

¿Alguien se cree el montaje contra Nacho Cano?

Las víctimas de la farsa organizada contra Nacho Cano son él mismo y los becarios que han sido utilizados como excusa para atacar al artista. 

16 septiembre, 2024 21:53

Un prestigioso bufete español se propone crear dentro de su despacho un departamento de Derecho iberoamericano con el objetivo de que sirva de germen a la filial que proyecta abrir en México.

Para ello decide formar en la especialidad, con la participación en prácticas reales del propio bufete, y bajo la dirección de algunos de los mejores juristas del país, a un grupo de diecisiete jóvenes mexicanos recién licenciados.

Jóvenes que ni siquiera tendrán que trasladarse a España para realizar las pruebas de acceso, ya que el proceso de selección se hará en su propio país.

Nacho Cano habla durante una rueda de prensa el mes de julio. Detrás de él, los becarios de 'Malinche'.

Nacho Cano habla durante una rueda de prensa el mes de julio. Detrás de él, los becarios de 'Malinche'. EFE.

Los elegidos podrían haber sido de Madrid o Albacete y el despacho se habría ahorrado problemas y dinero.

Pero la firma entiende que el esfuerzo se justifica porque contribuye a reforzar el mensaje revolucionariamente integrador que quiere lanzar: su conquista del mercado azteca no persigue la destrucción de la competencia nacional, sino el nacimiento de un despacho nuevo, un despacho hispano-mexicano, hijo mestizo de dos culturas jurídicas que han decidido fundirse en una sola.

Sorprendentemente, el bufete decide no cobrar nada a los chicos por la formación. Es más, incluso, les paga el billete de avión a España, el alojamiento y la manutención. Además, les da dinero para sus gastos.

"La fraternidad que desprende la idea es tan irresistible que hasta la propia Embajada de México otorga sus bendiciones a la participación de sus jóvenes compatriotas"

Pero lo más importante para los jóvenes licenciados mexicanos no es ya siquiera que vayan a ser formados completamente gratis por uno de los bufetes más prestigiosos del mundo, sino el compromiso que este asume de que al terminar su formación pasarán a formar parte del despacho que abrirá en México.

En resumen: formación, viaje, alojamiento y manutención gratis, y dinero para gastos.

Y, además, un puesto de trabajo asegurado en uno de los despachos más importantes del sector.

La fraternidad que desprende la idea es tan irresistible que hasta la propia Embajada de México otorga sus bendiciones a la participación de sus jóvenes compatriotas.

El proyecto se ejecuta y todo transcurre conforme a lo esperado.

La creación del nuevo departamento resulta ser un éxito, lo que garantiza la apertura del despacho en México. Y los jóvenes licenciados mexicanos sienten que están viviendo la gran experiencia de sus vidas. Estudian y practican con los mejores profesionales y tienen su futuro laboral asegurado.

Entusiasmado, el director del bufete así lo hace constar en la carta que, a modo de balance mensual de la situación de la empresa, dirige periódicamente al resto de los socios.

Movido por su exquisita obsesión por la transparencia, tan sólo apunta, como nota a pie de página, un contratiempo administrativo en la tramitación de los visados de los estudiantes.

¿Cuál fue el desenlace?

El predecible. Una vez concluida la formación de los jóvenes licenciados, se creó el despacho en México y estos, orgullosos, pasaron a formar parte de su primera plantilla.

Ahora, sustitúyase "prestigioso bufete español" por "leyenda internacional del pop" y "departamento de Derecho iberoamericano" por "el musical Malinche" y obtendremos la descripción, pura y simple, de lo que ha hecho Nacho Cano.

Aunque el desenlace, como sabemos, no ha sido el mismo.

En su caso, el final feliz ha sido sustituido por un aquelarre de sucesos demenciales. Un circo policial con sirenas ululando y un despliegue de agentes más propio de una operación antiterrorista que de una inspección migratoria, la disparatada detención de Nacho Cano, una jauría política y mediática lanzada a su destrucción civil, y diecisiete chavales asustados, denunciando un calvario de acosos policiales y falsedades.

"¿Cómo puede haber nadie tan estúpido como para pensar que nos podemos creer este disparate?"

Una farsa convertida en tragedia para sus víctimas. La realmente perseguida, Nacho Cano, y las colaterales, los chicos utilizados como excusa, que ahora están de vuelta en México.

En cualquier caso, apostaría a que la historia no terminará bien para sus urdidores. De hecho, y a la luz de las últimas resoluciones judiciales, el andamio ya ha empezado a desmoronarse.

Quedan dos preguntas por responder.

La primera. ¿Cómo puede haber nadie tan estúpido como para dirigir los focos hacia quien ha vivido toda su vida bajo ellos, los sabe utilizar y no tiene ningún miedo a hacerlo, con el objetivo de distraer la atención de sus propios pecados?

Pero, sobre todo, ¿cómo puede haber nadie tan estúpido como para pensar que nos podemos creer este disparate?

Que es Nacho, el de Mecano, por amor de Dios. 

*** Marcial Martelo de la Maza es abogado y doctor en Derecho.