La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, durante la reunión que celebraron este viernes en Kiev.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, durante la reunión que celebraron este viernes en Kiev. EFE

LA TRIBUNA

¿Es Zelenski la persona adecuada para conducir esta nueva fase de la guerra con Rusia?

La guerra ha endurecido a Zelenski, como se desprende de su rostro y de su lenguaje corporal. Y los cambios en su Gobierno dicen mucho acerca de sus planes de futuro. 

Andreas Umland Julia Kazdobina
20 septiembre, 2024 17:28

En abril de 2019, el empresario, actor y showman Volodímir Zelenski fue elegido sexto presidente de Ucrania con algo menos del 75% de los votos.

Cuando asumió el cargo, el 20 de mayo de 2019, lo hizo con (de lejos) el mayor porcentaje de votos que un candidato presidencial ucraniano había recibido nunca en unas elecciones.

A sus 41 años, Zelenski era también, con diferencia, el jefe de Estado más joven, y también juvenil, de la historia de Ucrania. Un factor decisivo para su éxito electoral.

Volodímir Zelenski en 2019.

Volodímir Zelenski en 2019. Reuters

En el otoño de 2024, Zelenski parece mucho más viejo. Sus gestos y expresiones faciales han perdido su ligereza de antaño. A diferencia del periodo previo a 2022, el presidente apenas hace bromas. Su sonrisa se ha endurecido. Zelenski no sólo sufre, como todos los ucranianos, las consecuencias de la guerra.

El antiguo showman soporta la carga de liderar una nación que se enfrenta a una amenaza existencial. Desde 2022, los portavoces de Rusia han dejado claro en repetidas ocasiones que rechazan la existencia de los ucranianos como comunidad cultural independiente y nación estatal.

Los enormes recursos del que es, con diferencia, el mayor Estado territorial del mundo se han movilizado durante dos años y medio para lograr este objetivo.

Con este telón de fondo, Zelenski tiene que tomar cada semana decisiones moralmente difíciles y a menudo impopulares. Su principal tarea hoy es convencer a los aliados de Ucrania de que no la abandonen y le proporcionen armas y dinero suficiente.

Antiguos empleados describen a Zelenski como una persona que aprende rápido, con una mente inquisitiva y capaz de tomar decisiones con rapidez. A pesar de todos los cambios, Zelenski irradia una determinación inquebrantable, igual que el primer día de la guerra.

Pero hoy, Zelenski es más antipático y serio que al principio de su mandato. En 2019, anunció en su discurso inaugural en el Parlamento: "En los próximos cinco años, haré todo lo posible, queridos ucranianos, para que dejéis de llorar". 

Hoy, se trata de sobrevivir a duras penas.

"La legislación ucraniana, como la de otros países, no prevé elecciones nacionales en tiempos de guerra"

El mandato de Zelenski como presidente expiró en mayo de 2024. Sin embargo, la legislación ucraniana, como la de otros países, no prevé elecciones nacionales en tiempos de guerra. 

Una encuesta nacional realizada en febrero de 2024, cuando debería haber comenzado la campaña electoral, reveló que el 67% de los encuestados rechazaba la celebración de elecciones presidenciales en tiempos de guerra. El 49% decía "definitivamente no" y el 18% "prefería" que no se convocaran.

Las encuestas muestran que los ucranianos valoran a su presidente por su resistencia a la agresión rusa y sus esfuerzos internacionales. 

Sin embargo, la popularidad de Zelenski, que subió en la primavera de 2022, ha vuelto a caer durante los dos últimos años. En una encuesta realizada a finales de mayo de 2024, el 56% valoraba positivamente la trayectoria de Zelenski, mientras que el 37% desaprobaba total o parcialmente su labor.

Alrededor de la mitad de los ucranianos critica también que el presidente no haya cumplido todas sus promesas electorales. Muchos ven en ciertas personas corruptas o incompetentes de su equipo la razón de ello.

Otros atribuyen el fracaso a la invasión rusa a gran escala desde 2022 (31%), a la inexperiencia de Zelenski (27%) y a la influencia de los oligarcas (26%).

"En Ucrania, la comunicación casi diaria por vídeo del jefe del Estado crea una sensación de comunidad de lucha y destino entre la élite política y la población en general"

Como antiguo animador, Zelenski ha demostrado ser un excelente comunicador, especialmente durante el primer año de la invasión. Tras el inicio de la guerra, el 24 de febrero de 2022, utilizó las redes sociales de forma todavía más activa que antes para comunicarse directamente con su pueblo y con el extranjero.

Zelenski nunca se planteó siquiera la cuestión de huir de Ucrania. Al contrario: el presidente y su equipo se grabaron en vídeo delante de la sede del Gobierno en Kiev. En Ucrania, la comunicación casi diaria por vídeo del jefe del Estado crea una sensación de comunidad de lucha y destino entre la élite política y la población en general.

Las apariciones de Zelenski en la escena internacional y ante los parlamentos nacionales de muchos países se han convertido en legendarias.

Curiosamente, el discurso de Zelenski ante el parlamento israelí, la Knéset, en marzo de 2022, se considera una de sus actuaciones más flojas en materia de política exterior y retórica. Y ello a pesar de que Zelenski es de ascendencia judía, tanto por parte de madre como de padre, y de que perdió a gran parte de su familia en el Holocausto.

Aunque Zelenski sigue comunicándose con éxito con audiencias extranjeras, sus prácticas de comunicación en su propio país han sido objeto de crecientes críticas desde 2023. Los periodistas ucranianos le acusan de hablar demasiado con medios extranjeros, en vez de con los ucranianos, y de evitar temas difíciles como la movilización militar o la seguridad energética

El principal diario ucraniano, Ukrainska Pravda, se encontró con una respuesta hostil del presidente en su última rueda de prensa, el 27 de agosto, a causa de una pregunta sobre su séquito.

En Ucrania también se le ha acusado de "postureo" en relación con la última remodelación global del gobierno a principios de septiembre de 2024. Zelenski habló de renovación y subrayó: "Es muy importante que las instituciones gubernamentales trabajen ahora lo más activamente posible, incluso más activamente que antes. A todos los niveles". 

Sin embargo, los nuevos ministros no son caras nuevas. La mayoría de ellos ocuparon anteriormente altos cargos en el gobierno, la administración presidencial o las administraciones regionales. Algunos ministros destituidos del gobierno pasaron a la oficina presidencial, ganando, en vez de perdiendo, influencia política.

Estas incoherencias entre la retórica y la práctica alimentan la desconfianza.

El presidente ucraniano Volodímir Zelenski junto al secretario de Estado americano, Antony Blinken, y el secretario de Exteriores británico, David Lammy.

El presidente ucraniano Volodímir Zelenski junto al secretario de Estado americano, Antony Blinken, y el secretario de Exteriores británico, David Lammy. EFE

En un libro recientemente publicado sobre el antiguo comandante general de las fuerzas armadas ucranianas, Valery ZaluzhniyEl general de hierro, su asesora de comunicación estratégica, Liudmyla Dolhanovska, describe su carrera militar.

Según Dolhanovska, Zaluzhniy se comunicó poco con los medios ucranianos durante su mando para evitar conflictos con el presidente, que había nombrado al relativamente joven general de división comandante general en 2021. La oficina presidencial vigila constantemente las valoraciones y quiere asegurarse de que no haya competencia política para el presidente en funciones.

Sin embargo, la popularidad de Zaluzhniy ha aumentado rápidamente desde el inicio de la gran invasión rusa de 2022, a pesar de su bajo perfil mediático. Muchos sospechan que esta fue la razón por la que Zaluzhniy fue apartado del servicio militar en febrero de 2024 y enviado a Londres como embajador de Ucrania.

Según algunas teorías periodísticas, el exministro de Asuntos Exteriores Dmytro Kuleba también había incrementado su popularidad durante su mandato, entre 2020 y 2024. Kuleba también había ganado visibilidad, razón por la que fue sustituido.

Sin embargo, Kuleba suele gozar de un reconocimiento especialmente alto en el extranjero más que en su propio país y, a diferencia de Zaluzhniy, no es una figura popular por encima de la media dentro de Ucrania. Es más un intelectual público que un potencial tribuno del pueblo.

Tras cuatro años y medio como ministro de Asuntos Exteriores, Kuleba es también la segunda persona que más tiempo ha ocupado este cargo. En este sentido, Kuleba sólo es superado por el exministro de Exteriores Pavlo Klimkin y su mandato de algo más de cinco años, de 2014 a 2019.

"La figura más controvertida del círculo de Zelenski en la actualidad es Andriy Yermak, jefe de la oficina presidencial desde febrero de 2020"

La asunción del poder de Zelenski en 2019 fue especial, ya que fue el primer presidente de Ucrania cuyo partido también obtuvo la mayoría absoluta en el parlamento unicameral ucraniano Verkhovna Rada (Consejo Supremo). Esto permitió inicialmente a Zelenski ignorar a la oposición.

Sin embargo, la facción del partido presidencial Siervos del Pueblo se desintegró posteriormente. Desde 2022 no se han podido celebrar nuevas elecciones debido a la ley marcial. Por lo tanto, al igual que sus predecesores, Zelenski se ve ahora obligado a buscar mayorías para las leyes mediante alianzas coyunturales.

La figura más controvertida del círculo de Zelenski en la actualidad es Andriy Yermak, jefe de la oficina presidencial desde febrero de 2020. A lo largo de los años, los dirigentes ucranianos se han enfrentado a crecientes críticas que dicen que Yermak concentra el poder en sus manos. 

Yermak afirma que sólo hace lo que le dice el presidente, y Zelenski ha confirmado esta afirmación. Sin embargo, en Ucrania crece la percepción de que un funcionario no elegido se ha convertido en el gobernante secreto del país.

La importante remodelación del gobierno en septiembre de 2024 también se interpreta como una consolidación del control de Yermak sobre los órganos de poder.

El periodista de investigación Yuri Nikolov escribió sobre la última remodelación del gabinete: "Hoy nadie habla de quién es [es decir, de qué oligarca], quién nombra a quién o quién controla los flujos [de dinero]. Los debates giran ahora sólo en torno al grado de lealtad a Yermak". 

El presidente de Ucrania, Zelenski, se reúne con el presidente del comité militar de la OTAN, el almirante Bauer, en Kiev.

El presidente de Ucrania, Zelenski, se reúne con el presidente del comité militar de la OTAN, el almirante Bauer, en Kiev. Reuters

Sin embargo, algunas personas pueden considerar que la reducción de la influencia de los magnates que compiten entre sí como consecuencia de la concentración de poder es un hecho positivo.

En algunos casos, la experiencia profesional no parece desempeñar un papel en los nombramientos.

Por ejemplo, el diplomático y antiguo funcionario de la oficina presidencial Mykola Tochytskiy fue nombrado ministro de Cultura y Comunicación Estratégica, aunque Tochytskiy apenas tiene experiencia en el sector cultural.

Vitaly Koval, que pasó del Fondo de Propiedad Estatal a dirigir el Ministerio de Agricultura, adquirió al menos cierta experiencia en el sector agrícola como jefe durante cinco años de una empresa agrícola dedicada al comercio de grano.

La destitución del director de la empresa estatal de energía Ukrenergo, Volodymyr Kudrytskiy, es probablemente la decisión de personal más controvertida de las últimas semanas. Kudrytskiy es considerado un experto competente que construyó una empresa estatal transparente y trabajó eficazmente con socios occidentales.

La cuestión ahora es si su sucesor será capaz de llenar este vacío.

Por otra parte, algunos de los nuevos ministros nombrados en septiembre han sido elogiados en la prensa ucraniana por sus dotes organizativas.

Entre ellos, Herman Smetanin, antiguo jefe de la empresa estatal de armamento Ukroboronprom, que fue nombrado ministro de Desarrollo de Industrias Estratégicas.

Oleksiy Kuleba (sin parentesco con Dmytro Kuleba), antiguo jefe adjunto del Departamento Presidencial de Política Regional, de buena reputación, fue nombrado ministro de Desarrollo Municipal, Territorios e Infraestructuras.

Iryna Vereshchuk pasó del cargo de vice primera ministra y ministra para la Reintegración de los Territorios Ocupados al Gabinete del presidente como responsable de asuntos sociales. Es una de las pocas empleadas del gobierno ucraniano con experiencia relevante en política local. De 2010 a 2015, Vereshchuk fue alcaldesa de su ciudad natal, Rava-Ruska, en la frontera ucraniano-polaca.

Olha Stefanishyna, vice primera ministra de Integración Europea, muy conocida también en Occidente, es ahora también ministra de Justicia. Esto no sólo ha aumentado el ámbito de poder de Stefanishyna, sino también su capacidad para impulsar la adhesión de Ucrania a la UE a través de su ministerio.

Lo agradable de esta evolución es que dos destacadas mujeres políticas ucranianas, Vereshchuk y Stefanishyna, han sobrevivido políticamente a la remodelación del gobierno y han podido reforzar sus posiciones.

La guerra ha endurecido a Zelenski, como confirma su rostro y su lenguaje corporal. La experiencia de Zelenski como estrella de la televisión ha desempeñado un papel útil a la hora de inspirar el apoyo internacional y la resistencia ucraniana.

Sin embargo, ahora que la lucha defensiva se ha convertido en una guerra de desgaste, se necesita otro tipo de liderazgo. La movilización y la gestión sostenibles de los recursos son primordiales. Para ello, Zelenski necesita un aparato diferente al de hace tres años.

Si el reciente cambio de liderazgo logrará o no superar este reto es una cuestión crucial para Ucrania.

El propio Zelenski también debe convertirse en un líder diferente del que era al principio de la guerra. La mayoría de la población le sigue apoyando por su incuestionable firmeza y presencia pública. Sin embargo, crecen las dudas sobre si Zelenski es la elección adecuada como jefe de Estado para una larga confrontación con Rusia, un escepticismo que se expresa, entre otras cosas, en la alta popularidad del general Zaluzhniy.

Hasta ahora, la capacidad de Zelenski para aprender y adaptarse ha sido útil. Quizás esto también le permita desempeñar su nuevo papel de caudillo.

*** Andreas Umland es analista del Centro de Estudios sobre Europa Oriental del Instituto Sueco de Asuntos Internacionales.

*** Julia Kazdobina es Senior Fellow del Programa de Estudios de Seguridad del Consejo de Política Exterior Prisma Ucraniano de Kiev