![Elon Musk durante su participación virtual en un acto de AfD.](https://s1.elespanol.com/2025/01/26/mundo/europa/919418086_252611483_1024x576.jpg)
Elon Musk durante su participación virtual en un acto de AfD. Reuters
Musk intenta construir un eje EEUU-Reino Unido mediante la intoxicación
El de las violaciones de pakistaníes es un caso clásico de desinformación que, partiendo de hechos constatados, desvirtúa su contexto para cultivar la ira de un público predispuesto a ella.
Tras más de dos décadas trabajando y viviendo en Reino Unido, no es poco habitual que, durante mis frecuentes visitas a España, me pregunten por aquellos sucesos de la actualidad británica que han acaparado titulares en otros países.
En el mes de enero que hemos dejado atrás, me sorprendió la reiteración con que varias personas, generalmente muy bien informadas, me interpelaron acerca de la trama de las bandas de pederastas paquistaníes en Inglaterra. Muchos también me interrogaron sobre el cautiverio del líder ultraderechista Tommy Robinson.
Me extrañó tanta insistencia precisamente porque conocía perfectamente el caso (vivo además bastante cerca del epicentro de los hechos). Se trata de un episodio sobradamente conocido en todo el país desde hace varios años.
Once again:
— Elon Musk (@elonmusk) January 5, 2025
FREE TOMMY ROBINSON NOW https://t.co/pVBpoKTeLc
Entonces vi que esta nueva boga global del Expediente Rochdale se debía a una serie de publicaciones perpetradas de madrugada por Elon Musk en la red social que ahora utiliza como altavoz de sus dislates.
Musk se hacía eco del supuesto escándalo descubierto por heroicos delatores liderados por el mencionado Robinson, que habría sido encarcelado por su osadía. Los mensajes de Musk presentaban a Tommy Robinson como víctima de un estado opresor, el británico, empeñado en silenciar una realidad insoportable: la existencia de bandas de violadores de origen paquistaní cuyas víctimas eran menores de raza blanca.
El pueblo británico viviría así en una inopia patrocinada por su primer ministro, Keir Starmer, que además había ocupado el puesto de fiscal general del Estado durante el desarrollo de parte de los hechos ahora revelados.
El magnate surafricano procedía entonces a lanzar varias andanadas contra el gobierno británico, llegando incluso a proponer la "liberación" del país por parte de Estados Unidos.
Se trata, como adelanto en el titular, de un caso clásico de desinformación que partiendo, eso sí, de hechos constatados, desvirtúa su contexto para cultivar la ira de un público predispuesto a la misma: una estrategia manipulativa al servicio de un determinado mensaje político.
Los hechos son tan terroríficos como verídicos.
Efectivamente, durante varios años (en concreto, entre 2004 y 2013) existió en el deprimido norte de Inglaterra una red de violadores y pederastas, la gran mayoría británicos de origen paquistaní, cuyas víctimas fueron chicas inglesas vulnerables, de raza blanca y clase social baja.
A fecha de hoy, 42 hombres han sido condenados por estas atrocidades, y 47 mujeres, muchas de ellas niñas cuando fueron violentadas, han sido identificadas como víctimas.
"Políticos y policías tenían miedo de que la publicación de los perfiles religiosos y raciales de los criminales llevara a una 'crisis de convivencia'"
Las investigaciones oficiales y periodísticas que se sucedieron después de 2013 concluyeron además que tanto la Policía Metropolitana de Manchester como el Ayuntamiento bajo cuya jurisdicción ocurrieron los hechos habían adoptado una política informativa de "perfil bajo" al conocer el abominable entramado.
Como luego confesarían políticos locales y varios mandos policiales, tenían miedo de que la publicación de los perfiles religiosos y raciales de los criminales llevara a una "crisis de convivencia" de consecuencias imprevisibles. Además, en pleno apogeo de la ideología woke, muchos temían ser acusados de racistas.
¿Por qué, entonces, digo que se trata de un caso flagrante de desinformación?
Porque no es cierto, como proclama Musk, que esto se haya ocultado a la opinión pública británica. Tampoco es verdad que Tommy Robinson fuera detenido por sus revelaciones.
En primer lugar: absolutamente todo el mundo en Reino Unido conoce los hechos. Y los conoce porque, en la última década, desde al menos 2015, se han sucedido las comisiones de investigación sobre esta historia, así como los reportajes periodísticos.
La Policía de Manchester pidió perdón públicamente a las víctimas. La BBC emitió innumerables informes, e incluso estrenó una serie en horario de máxima audiencia basada en los mismos (Three Girls, 2017).
Por su parte, "Tommy Robinson" (cuyo nombre real es Stephen Yaxley-Lennon) cumple desde octubre de 2024 una condena a 18 meses de prisión no por sus supuestas revelaciones, sino por desacato a un tribunal.
Yaxley-Lennon tiene de "preso político" lo que nuestros independentistas amnistiados: se trata de un delincuente multireincidente con un manojo de condenas por delitos comunes.
El objetivo de Elon Musk es claro: perjudicar en lo posible al gobierno laborista de Keir Starmer para colocar en su lugar un gabinete de corte trumpista que permita a la nueva Administración americana establecer un nuevo eje atlántico de la mano de su principal aliado histórico.
No lo logrará: la democracia británica es mucho más resiliente que la estadounidense, y su electorado, mucho menos manipulable por sus tácticas desinformadoras. Prueba de ello es que casi nadie, dentro del país, se ha tomado en serio este triste revival.
*** Carlos Conde Solares es Profesor de Historia en la Universidad de Northumbria, Reino Unido.