Lo que puede hacer EL ESPAÑOL durante la pandemia.
Como miembro del Consejo de EL ESPAÑOL trataré de ayudar a que se transmita la información con la objetividad y la tranquilidad que requiere la población y no pararé de denunciar ante la Dirección aquellas noticias que me parezcan que están fuera de lugar.
Releyendo una tribuna que publiqué en este diario el 31 de diciembre bajo el título Sin excusas para la tercera ola me sobrecojo al ver que se han superado las peores previsiones de lo que allí escribí. Las causas de los acontecimientos han sido las mismas; las consecuencias, una vez más, peores. Está claro que ni soy gurú ni oráculo alguno. Como tantos profesionales sanitarios que nos importa lo que le pasa y le puede pasar a nuestra gente y lo ve a diario, me limito a estudiar la evolución de la pandemia y a interpretarla en función de los datos, de los pacientes en los hospitales y, con ello, después de tantos meses combatiendo contra ella -en todos los frentes-, creo que hemos aprendido a leerla y a entender su comportamiento.
Así pues, podemos afirmar varias consideraciones sobre la evolución de esta pandemia. En primer lugar, el virus, sin que se sepa exactamente la causa -posiblemente relacionado con mutaciones o porque infecta en función de la población que tiene a su alcance-, cambia su intensidad en los contagios de forma cíclica al alza o a la baja.
Cuando se vuelve más contagioso y cambia la tendencia en la incidencia, o realizas confinamiento intenso preventivo en ese momento para cortar la cadena de transmisión de contactos, o ya no hay forma de pararlo y estás en sus manos hasta que él cambia sólo. Por eso, durante la segunda ola pudimos ver cómo en Madrid el simple 'cierre' de los distritos era suficiente para bajar la incidencia mientras que en Barcelona, a pesar de duras restricciones -incluida la hostelería durante varias semanas- no paraba de subir. Estábamos en manos del virus.
El virus, sin que se sepa exactamente la causa, cambia su intensidad en los contagios de forma cíclica al alza o a la baja
En base a esta afirmación que ya ha quedado más que demostrada empíricamente, el virus campa a sus anchas si no lo cortas desde el principio. A mediados de diciembre pudimos advertir que se había producido un cambio que amenazaba nueva tormenta en el peor momento: previo a las fiestas navideñas y con una ocupación hospitalaria muy alta porque no dio tiempo a que pudiéramos digerir los efectos de la segunda ola. Y hasta aquí hemos llegado ahora.
En máximos de contagios esta semana pasada, los 40.000 de media al día van a producir la friolera de unos 1.500 ingresos diarios en nuestros hospitales durante semanas, que nos van a acabar llevando, otra vez al temido colapso sanitario. Esta vez de forma más progresiva y en toda España. Y además va a hacer que acabemos esta tercera ola con más fallecimientos oficiales que la primera en la primavera pasada. Y esto no vuelve a ser un augurio si no una realidad que el tiempo confirmará y que, como yo, sabemos muchos de los que estamos a diario en los hospitales.
Con la misma rotundidad puedo afirmar que, dado el número de contagios que se producen actualmente, si la autoridad de turno decidiera confinarnos, por el aislamiento familiar y el incremento en la velocidad de los contagios en ese ámbito, nos enterrarían de nuevo en una plétora de pacientes que nos llevaría a repetir la situación de primavera o peor.
El confinamiento hay que hacerlo al inicio de las olas y con la ocupación hospitalaria lo más despejada posible. Ahora toca, tratar de incidir en las medidas de cumplimientos individual, reforzar las colectivas exigiendo el cumplimiento y reprendiendo a los incumplidores y esperar a que cambie la tendencia él sólo.
El confinamiento hay que hacerlo al inicio de las olas y con la ocupación hospitalaria lo más despejada posible
Ante este panorama funesto, que va a irse hasta ya entrada la primavera me gustaría aprovechar esta tribuna a hacer un llamamiento a la prensa y a los medios de comunicación en su conjunto. Si algo hemos sufrido en esta pandemia es la falta de acuerdo y colaboración entre los diferentes partidos políticos y la crispación entre ellos. Creo que han hecho un ejercicio de pragmatismo que ha sobrevolado realmente por lo que querían que hicieran los ciudadanos que les votaron. Esto es un clamor nacional.
Me temo que durante esta pandemia, la prensa y los medios de comunicación le han hecho “el caldo gordo” a los partidos políticos y en vez de informar a la población con realismo y objetividad de lo que pasaba se han limitado a apoyar uno posicionamiento u otro, o a ir en contra del contrario.
Uno puede ver leyendo la prensa de izquierda a derecha como cualquier noticia -esto es fácil de comprobar a diario- en vez de limitarse a ser informada es literalmente interpretada y bañada en un amarillismo sistemático que no produce otra cosa más que la confusión a la población. Una población que está perdida y asustada, que no entiende lo que pasa y por qué ocurre. Y lo que es más importante para la evolución de la pandemia, que necesitamos que este tranquila y sea cómplice de la situación, porque esto sólo lo superaremos con el esfuerzo de todos.
La prensa y los medios de comunicación le han hecho “el caldo gordo” a los partidos políticos
No entiendo muy bien cuál es el objetivo de los medios de comunicación en esta pandemia o en otras situaciones. Ahora que estoy en el Consejo de EL ESPAÑOL espero aprender algo. Y lo que si puedo afirmar es que desde esta atalaya y en lo relativo a la pandemia y lo que nos queda de ella trataré de ayudar a que se transmita esa objetividad y tranquilidad que requiere la población y no pararé de denunciar ante la Dirección aquellas noticias que me parezcan que están fuera de lugar.
Una vez no contenida esta tercera ola vienen semanas terribles. Posiblemente las más duras que vamos a vivir en décadas. El dolor de los familiares, el agotamiento de los profesionales y el hartazgo de la sociedad en general requieren superarlas sin incrementar el nivel de tensión y enfrentamiento.
Aunque va a ser muy larga, estamos en la recta final de la pandemia gracias a la vacunación. Van a ocurrir multitud de cosas en relación con las decisiones políticas sobre las medidas de restricción y la estrategia y consecuencias de la vacunación y creo que los medios de comunicación tienen una labor fundamental para ser la guía para la población. Para aportar valor a la sociedad y no ser peleles de los partidos políticos.