Hace 17 años, la Comunidad de Madrid implantó el primer programa de educación bilingüe en la escuela pública. Hoy, uno de cada tres niños españoles está escolarizado bajo esta modalidad. Mientras algunos colegios deciden abandonar el sistema, EL ESPAÑOL | Porfolio analiza las piezas del puzle de la Enseñanza Pública bilingüe de la mano de sus protagonistas: familias, profesores... Entramos en una clase, repasamos los libros y abrimos el debate.
1. LAS FAMILIAS
De casa de Lola (2010) a su antiguo colegio hay unos 200 metros. Andando, se cubren en nada. El primer día, fueron cinco minutos de ilusión y nervios. Pero también de orgullo. El que sentía su Tais (1976), su madre, porque el colegio de la vuelta de la esquina era bilingüe y Lola iba a conseguir lo que sus padres no habían tenido: un buen nivel de inglés desde pequeña.
La niña lo aprendería en un colegio público de Villaviciosa de Odón (Madrid) desde Primaria, con asignaturas troncales en la lengua franca: Naturales, Sociales... Del cuerpo humano a los Reyes Católicos. Y con eso, en principio, no tendría que irse, como tuvo que hacer su madre, unos meses a Reino Unido para dominar mejor el idioma.
Tais soltó la mano de su hija con la seguridad de que la niña no padecería esa vergüenza que arrastran generaciones de españoles por falta de dominio del inglés. Aquel día ni se imagina "el calvario" que les esperaba, precisamente, por el sistema bilingüe. Porque cuando comenzaron a avanzar los cursos, la dislexia de Lola se hizo patente y el plus del inglés terminó convertido en hándicap. "Fue una lucha continua", recuerda siete años después.
Lola confundía letras, a veces mezclaba derecha e izquierda... En Infantil le costó arrancar a leer. Llegó a Primaria con mucho esfuerzo, pero “haciendo siempre todas las tareas", aprobaba. "Nos decían que sobrevivía porque era espabilada, porque buscaba sus propios trucos".
Pero algo no iba bien. En casa, lloros, desesperación… "En castellano le costaban las matemáticas, no tenía asentada la lectoescritura, cometía muchas faltas de ortografía. Si no era capaz de entender cosas en castellano, ¿cómo iba a entender en inglés?".
"El apoyo del colegio no fue mucho", recuerda Tais. "En las clases de inglés les dedicaban un ratito más a mi hija y a otra niña", pero "prevalece más el sistema educativo". En cualquier caso, la madre prefiere que no aparezca el nombre del centro.
Ellos contrataron a un logopeda que venía a casa y un profesor particular para ayudar a Lola con los deberes. Pero la niña "estaba traumatizada y con la autoestima muy baja". Los padres, también. Un día lo vieron claro. Tais cree que fue mientras ayudaba a Lola a estudiar las partes de la flor en inglés. Definitivamente, tenían que cambiarla de colegio.
Los tres colegios públicos de Villaviciosa de Odón, en Madrid, están dentro de sistema bilingüe
La niña estaba en contra. No quería dejar a sus amigos, "a pesar de no pasarlo bien en clase, en el recreo era feliz". Por eso, recuerdan los padres, no la cambiaron antes. Pero ya estaban decididos.
Primera sorpresa: los tres colegios públicos de Villaviciosa de Odón están dentro del programa bilingüe. No hay un colegio público en el que se estudie solo en español. Tocaba rascarse el bolsillo, irónicamente lo contrario a lo que propone el sistema bilingüe que busca ahorrar el pago de un privado para recibir una educación más completa. A la familia de Lola le tocaba el camino inverso.
Con ayuda económica, hoy va a un colegio privado de Valdemorillo que trabaja por programas por el que sus padres pagan 500 euros, aunque cuesta -con la ruta y el comedor- casi el doble. A media hora en autobús. "Ahora somos personas normales", añade Tais. Sin olvidar el coste: "Nosotros podemos porque es hija única", dice Tais.
Insiste, en cualquier caso, en que ellos no están en contra del sistema bilingüe. Ése que, cuando los niños como Lola presentan algún tipo de problema, puede convertirse en una montaña inaccesible. "El bilingüismo está muy bien, pero ni los profesores ni las familias estábamos preparados". Asegura que la suya no es una opinión aislada. "Hay de todo, claro, pero si preguntas a 50 familias sobre el sistema, 30 te dirán que no están contentas". Que lo cuenten a un medio ya es otra cuestión. Públicamente, rige una especie de sin comentarios. Dicho en inglés, no comment.
Padres profesores de inglés
El debate se abre cada vez que Clara, profesora de inglés en la Escuela Oficial de Idiomas y Rubén, profesor de inglés en Secundaria, dicen que no llevan, por elección propia, a sus hijos de 3 y 6 años a un colegio de sistema bilingüe. "Siempre que lo contamos nos vemos en la necesidad de justificarnos. Sí, preferimos que aprendan inglés con profesores de inglés y las otras asignaturas en español", explica Clara. "No consideramos que el sistema sea un desastre, pero sí sabemos que se dan situaciones extrañas", continúa.
En cualquier caso, no descuidan el aprendizaje de inglés de sus hijos: "No somos una familia bilingüe y queremos que tengan buen nivel en ambos idiomas", señala. En el colegio que han elegido dan inglés, de hecho, hay "ampliación de las horas de inglés".
Además, los llevan a extraescolares en inglés. Una academia que, por un par de horas a la semana, cobra 200 euros al trimestre por niño. En casa, los padres hablan algo de inglés con los niños, pero más bien lo utilizan en juegos y canciones. Consideran que "es una forma más natural de aprenderlo" que con asignaturas como Ciencias.
El cole de sus hijos también cuenta con "proyectos para prevenir el bullying, huerto ecológico, plan de fomento de la lectura, aprendizaje por proyectos…". Una serie de valores, explica Clara, que para ellos "tenían tanto peso como el segundo idioma" y que les ayudaron a tomar la decisión. "Creo que estas cosas son muy importantes a la hora de escoger un colegio porque nos forman como personas en sociedad y a veces se está poniendo todo el foco en el manejo de una segunda lengua".
Altas capacidades
En los últimos cursos de Primaria a Vero (2001) la calificaron como "persona de altas capacidades". Fue entonces cuando a esta joven madrileña la cambiaron a un colegio bilingüe en inglés. En Carabanchel, Madrid. "Antes iba a un colegio normal y tenía los típicos problemas de aburrimiento".
Con notas brillantes y muy observadora, en el nuevo cole bilingüe se dio cuenta de que, tras un examen de inglés en 6º de Primaria, "a los mejores los mandaban a un instituto y a los demás, los que no llegaban al nivel, a otro". Entre los segundos, "la mayoría es gente con menos recursos económicos, a los que sus padres no han podido apuntarles a una academia de inglés", asegura, crítica con un sistema que considera fomenta así la segregación.
A pesar de su posición privilegiada, ella misma encontró un escollo: "En el Instituto daba todo, menos Lengua y Matemáticas en inglés. Y con ello se ven lastradas ciertas habilidades en castellano. Por ejemplo, yo no trabajaba la redacción en castellano".
Por eso, decidió cambiarse a un instituto con más asignaturas en español. Hoy cursa Estudios Internacionales y Economía en la Universidad Carlos III, en inglés, y asegura que si volviera al instituto no elegiría el bilingüe.
2. LOS COLEGIOS
El teléfono del Colegio Público Antonio Allué Morer de Valladolid, que este 2021-2022 se ha descolgado del sistema bilingüe, no deja de sonar estos días.
"Nos hemos visto un poco sorprendidos porque nos están llamando de otros centros y nos preguntan que cómo se hace la desconexión, que cómo lo hemos hecho nosotros. Nos llaman asociaciones de padres para saber cómo pueden plantearlo al colegio", explica Miguel Ángel Cabero, jefe de Estudios del Allué Morer.
Les han llamado de varias regiones españolas. Como un no comment que se resquebraja asegura que "es un secreto a voces que mucha gente no está de acuerdo" con el sistema de enseñanza bilingüe implantado en la escuela pública.
"Llevábamos años viendo que el sistema no terminaba de funcionar, que los resultados no eran los esperados", continúa el jefe de Estudios. "Al final, los alumnos no aprendían los contenidos de Science ni en lengua inglesa ni en español", asegura. "Son pequeñas cosas que van llenando el vaso: ves que los niños saben decir volcán en inglés, pero no en español. Les enseñas a decir vencejo en inglés, pero ¿cuándo van a usar esa palabra en una conversación?".
La pregunta del vencejo no es baladí porque el idioma, explica el profesor, "se refuerza hablando con los niños de forma cotidiana". A la vez, "había padres que decían que no podían ayudar con las tareas cotidianas y todas las familias no pueden permitirse un apoyo en casa".
Desde el colegio insisten en que están a favor del bilingüismo, pero el sistema "no compensaba". El profesor Cabero llegó al colegio en 2010. Recuerda que aquel curso empezó también una maestra de Ciencia que, en clase, tiraba más de experimentos que de libro. Ella se encontró "con dos dificultades a la vez: los niños tenían que aprender la materia y tenían que aprender inglés".
Colmado el vaso, este año, los niños de 1º de Primaria del Allué Morer ya no estudian ni Science, Arts… El jefe de Estudios desgrana el proceso. El primer paso lo dio la dirección: lo planteó hace un par de años al claustro de profesores que votó quitar el sistema de forma paulatina.
El Consejo Escolar, donde están los padres, lo aprobó por unanimidad el año pasado. Éste se ha materializado. Visto cómo suena el teléfono, la misma directora, Henar Rubio Frutos, cree que más centros van a seguir su camino.
No lo hará, seguro, el Colegio Público Francisco de Quevedo de Fuenlabrada, Madrid. Es un colegio bilingüe modélico. EL ESPAÑOL | Porfolio ha pasado una mañana en el centro. Allí, el entusiasmo por el bilingüismo se palpa desde el recibimiento. Si es un entusiasmo genuino o un entusiasmo forzado por la visita resulta imposible de saber. Probablemente, haya algo de las dos cosas.
El director del colegio, José Manuel González Guillorme (1965) insiste en que se trata de un enfoque anti-elitista en el mejor de los sentidos: da acceso a poblaciones tradicionalmente obreras como Fuenlabrada a las ventajas que siempre han tenido los alumnos de colegios de pago. Él mismo empezó como profesor de inglés y ahora está dentro del núcleo de profesores bilingües.
Según él, todo en el Francisco de Quevedo parece haber ido como la seda. Asegura que no hubo problema de adaptación de los profesores y no hubo problema de adaptación de los alumnos. Aunque no niega que algún alumno se ha podido ir. "No lo recuerdo", dice. Preguntamos en colegios no bilingües de Fuenlabrada. Sí, cada año llega algún niño procedente de los bilingües, pero no hay datos de las razones concretas. "No pongáis el nombre del colegio", solicitan.
Entramos en clase en el Francisco de Quevedo. Ciencias Naturales, 1º de Primaria. Dos profesoras. Sólo hablan en inglés. Una de ella es la asistente de conversación. Maggie. Es estadounidense. Los niños parecen entender lo que se les dice y colaboran activamente, aunque lo hagan mayoritariamente en español.
Ahora bien, estos alumnos de 6 años están aprendiendo a decir "nariz", a decir "boca", a decir "ojos". Más que una clase de Ciencias Naturales, es una clase de vocabulario. Cuando les preguntamos si eso hace que no se cumpla el temario o no se vaya tan deprisa como en un colegio monolingüe, no nos saben decir. Creen que sí, que se cumple todo. Puede que vayan más lentos.
En ese sentido se pronunciará también el profesor de Ciencias Sociales de 5º de Primaria, firme defensor del modelo. Su clase de hoy, ya cerca del mediodía, va sobre Población, densidad y esperanza de vida. Conceptos complejos que parece que los chicos de 10 años ya tienen asimilados. Manejan una hoja de la semana anterior con el vocabulario y las ideas en inglés.
De modo que la clase parece un repaso a conceptos ya aprendidos. El profesor habla siempre en inglés, los alumnos contestan siempre en inglés y lo hacen utilizando incluso estructuras complejas. Es indudable que, en términos lingüísticos, la experiencia apunta a éxito. El director asegura que los alumnos de colegios bilingües sacan mejores notas en la EvAU.
Todos los profesores que imparten clases en inglés en el colegio están obligados a hablar siempre en este idioma con los alumnos. Una premisa que muchos llevan también a la calle. "Si me encuentro a los niños en el supermercado, les hablo en inglés", explica el director. Pero a la salida se le escapa un "¿Qué tal? ¿Todo bien?" a unos niños. El detalle confiere más naturalidad a la jornada.
3. LA HISTORIA
En 2012, en la misma rueda de prensa en la que dimitió de todos sus cargos, la dirigente del PP y otrora todopoderosa Esperanza Aguirre aseguró que la mayor satisfacción de su carrera política había sido implantar la escuela pública bilingüe en la Comunidad de Madrid. Presidenta de la región entre 2003 y 2012, antigua alumna del Colegio Británico, había inaugurado en 2004 los primeros 26 centros bilingües de Madrid. Fue la pionera en España.
En los cinco años siguientes el modelo se exportó al resto de comunidades. A Cantabria llegó en 2013 y a Ceuta y Melilla, en 2016, según los datos recogidos por la Asociación Enseñanza Bilingüe, que recuerda que existen 18 modelos de escuela bilingüe, uno por comunidad y el de las ciudades autónomas.
Colgar el cartel de bilingüe a la puerta del colegio sube, o parece que sube, el caché del mismo. Bueno para los niños. Bueno para los padres. Bueno para los políticos. Según la base de datos del Ministerio de Educación, EDUCAbase, uno de cada tres niños españoles de Primaria en enseñanza pública acude ya a un colegio bilingüe. Son en total, 540.000 alumnos y casi 2.900 centros, un 34% del total.
En Madrid, el porcentaje aumenta hasta el 50%. Según la Comunidad de Madrid, son 403 los Colegios Públicos con sistema bilingüe. En algunas localidades, como Villaviciosa de Odón, como comprobaron los padres de Lola, lo imparten todos los colegios públicos de la localidad.
Como en Castilla León con la marcha del Allué Morer, Castilla-La Mancha con la salida de 80 colegios y Navarra, con uno, varias comunidades han visto ya reducido el número de coles públicos bilingües. En Madrid, señalan desde la Consejería de Educación, ningún centro, en los 17 años del programa, "ha solicitado abandonarlo". Respecto al abandono del alumnado, un informe propio de la Comunidad de Madrid, señala que "es casi nulo": un 0,5% del total.
En los 17 años de programa, ningún colegio de Madrid ha pedido salir del mismo, aseguran desde la Consejería de Educación.
"Pensamos que hay demasiados colegios bilingües en España. No es que alguno más pueda salirse del programa, es que deberían dejarlo muchos más". Habla Xavier Gisbert, presidente de la Asociación Enseñanza Bilingüe, firme defensor del plan siempre que se aplique correctamente. Por eso considera que "cuando un centro se sale, es el resultado de un fracaso. ¿La causa? Puede ser el programa, los recursos insuficientes, el profesorado…", desgrana.
Frente a los detractores del sistema que aseguran que los niños aprenden menos, Gisbert afirma lo contrario: "Rechazar el sistema es quitarles a los alumnos la posibilidad de aprender más".
Sin evaluaciones
Entre detractores y defensores hay, al menos, una coincidencia: su funcionamiento no ha sido correctamente evaluado. Lo recuerda Isabel Galvín, de CCOO. El sindicato, que recurrió ya en los tribunales el primer proyecto de Educación Bilingüe de Esperanza Aguirre, batalla por la situación de los profesores y la forma de acreditar su inglés. Considera que el programa es "una máquina de segregar".
Desde la FAPA -Federación Regional de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Madrid- Giner de los Ríos, su presidenta Carmen Morillas, habla de más fracaso escolar.
También incide en la falta de informes el sindicato ANPE que, sin estar en contra del bilingüismo, desde hace años pide una evaluación “extensa y pormenorizada". Es necesaria y urgente, explica Carolina Fernández del Pino, vicepresidenta de ANPE-Madrid, para conocer "el impacto que está teniendo sobre la calidad de la enseñanza, los resultados académicos, el desarrollo del alumnado, su adquisición de conocimientos y la consecución de los objetivos educativos".
Lo dice Gisbert, presidente de la Asociación Enseñanza Bilingüe: "El gran problema que tenemos en España es que la evaluación produce urticaria". La entidad que capitanea ha realizado un estudio con los resultados de PISA 2018 para la Comunidad de Madrid. Destaca que los alumnos de colegios bilingües públicos obtienen mejores resultados en Lectura, Matemáticas y Ciencias que los no bilingües.
En el otro lado, los detractores remiten a otros estudios. Uno, realizado por la Universidad Carlos III en 2016 que indicaba lo contrario: que los alumnos de Primaria en colegios bilingües públicos de Madrid obtenían peores resultados académicos que los no bilingües.
Otro, confeccionado por la ONCE. Apunta a los efectos segregadores del Programa bilingüe "por un desplazamiento paulatino del alumnado con necesidades especiales hacia los colegios no bilingües". Y así mismo, este documento recoge un gráfico sobre la satisfacción global con la accesibilidad y apoyos recibidos por este alumnado. Es inferior en la enseñanza bilingüe, que en una escala del 0 al 10 suspende con un 4,9. En la monolingüe obtiene un 6,1.
El Consejo Escolar del Estado elabora anualmente el Informe sobre el estado del sistema educativo. Éste recoge "las propuestas de mejora de la educación" acordadsa por sus miembros: administración, profesores, padres, centros, sindicatos... Consultado por esta revista, la institución de caracter nacional reconoce que el tema de la enseñanza pública bilingüe "no ha sido tratado en el Consejo Escolar del Estado, por lo tanto, no habido todavía ningún debate ni evaluación oficial dentro de los órganos que conforman este Consejo".
Ante la falta de evaluaciones, las voces críticas con el sistema están preparando un acto conjunto en Madrid, previsto parael próximo 20 de noviembre.
A modo de auditoría externa, EL ESPAÑOL | Porfolio ha preguntado al profesor de inglés más famoso de España: ¿Cómo ve la evolución del nivel inglés de los niños y jóvenes españoles Richard Vaughan? Para empezar, el estadounidense asentado en España distingue entre Madrid y el resto de autonomías. "El nivel de inglés en los colegios bilingües de Madrid es más serio que en otras comunidades". En esta región, los maestros necesitan un nivel C1 para acreditarse. En otras, como Castilla-La Mancha, un nivel inferior, el B2.
Asegura que está viendo una mejora en los jóvenes españoles. No es suficiente, dice, pero incluye esa fundamental "pérdida de sentido del ridículo", afirma. ¿Mejora por los sistemas bilingües? Él duda: "Los chicos hoy tienen acceso a internet, a YouTube… Puede haber influido tanto o más que el sistema educativo: hace 20 años si yo quería aprender español tenía que buscar casetes, entrevistas grabadas… Ahora todo está al alcance del dedo.
Punto clave, el doblaje audiovisual. ¿Desventaja social para aprender inglés? Primero, lo económico: "Si te cargas el doblaje, los cines mueren de verdad, porque es un motor económico y laboral", dice Vaughan. Y en cuanto a la ayuda con el inglés, no lo tiene tan claro: "En Paraguay no se doblan los dibujos y la gente no habla inglés".
“Pobres profesores"
De igual forma, el profesor Vaughan está en "total desacuerdo" con el sistema aplicado en los colegios públicos bilingües: "No aprenden ni inglés, ni matemáticas, ni ciencia… Además, no deberían utilizar a esos pobres profesores", añade el creador del imperio Vaughan.
De los profesores habla Miguel Martínez, de la asociación Acción Educativa, quien, en la línea con Vaughan, asegura que "hay estudios que demuestran que el sistema es poco eficaz". "Esto no se ha hecho en ningún lugar del mundo, se ha permitido que profesores con pocos puntos, pero con inglés, puedan acceder a plazas fijas. Sí, se ha rejuvenecido la plantilla, pero a veces con profesores menos formados".
Vaughan insiste: "Se debería separar al 100% el aprendizaje del inglés del aprendizaje de otras materias, para que además éste no sea un obstáculo. Hay que tener un 100 de base humanística: bellas artes, sociales, ciencias y matemáticas".
El ya mítico profesor de inglés ha visitado, como ha hecho EL ESPAÑOL | Porfolio clases en inglés de colegios públicos bilingües. “Noté un buen nivel, pero no sé si escogieron el colegio, si me llevaron a un aula emblemática".
Pone el dedo en la llaga esa denuncia de una supuesta doble velocidad de la enseñanza: "Ése es un problema educativo en todos los países del mundo y no sólo de la educación: al final solo un 10% de la gente mueve el mundo". Los chavales "espabilados", dice, "llegan a donde quieren con su propio intelecto". Darwinismo puro, concluye.
Su recomendación desde la experiencia es que con los niños hay que trabajar sobre todo el oído. Y empezar a estudiar el idioma más o menos a los 12 años. Así se "copia el aprendizaje de la lengua materna". Cuando empiezas "a estudiarlo" ya llevas "muchas horas" del idioma en la cabeza. Y otro consejo: no obsesionarse con la perfección. "Nadie habla perfectamente ni siquiera su propia lengua". El objetivo, siempre, ha de ser entender y hacerse entender.
4. EL DEBATE Y LOS LIBROS
Paco Serrano (1987), maestro de Primaria en educación bilingüe, autor del documental La chapuza del bilingüismo, y Xavier Gisbert, presidente de la Asociación Enseñanza Bilingüe, se entienden. Pero a la vez, no se entienden. Representan posturas enfrentadas. EL ESPAÑOL | Porfolio los ha sentado juntos, por primera vez, para debatir sobre el sistema bilingüe en la escuela pública española.
Aunque no lo crean, tienen líneas comunes. No sólo por la demanda de evaluaciones del programa. Están de acuerdo también en que los centros nuevos no deberían ser bilingües por norma, como está ocurriendo. Y aunque no se lo reconozcan mutuamente, ambos luchan por mejorar el sistema.
Sin embargo, sobre la labor de los profesores, contenidos, aprendizaje de conceptos base y resultados académicos, están en las antípodas. Incluso cuando hablan de una mejora en el nivel de inglés. Lo que para los pro sistema bilingüe es el mayor avance de la educación pública española en décadas, para la otra parte no es si no un avance pírrico en el idioma a costa de otros conocimientos y capacidades.
Preguntados por los libros, todas las partes coinciden en que tanto en inglés como en castellano siguen las directrices de cada Comunidad. EL ESPAÑOL | Porfolio ha comparado dos libros de la misma asignatura. Ciencias Sociales de 5º de Primaria. En inglés el de Oxford Educación, el mismo que siguen en el CEIP Francisco de Quevedo de Fuenlabrada. En español, el de Anaya, que trabajan otros colegios no bilingües de la misma localidad madrileña.
El número de temas coincide: Seis. El diseño, muy visual, es similar. Los contenidos no difieren tampoco en exceso, aunque los conceptos utilizados en español son más complejos que los que aparecen en el libro en inglés.
El sexto capítulo de ambos libros de texto habla de los Reyes Católicos. En ejemplar en inglés se reseña que "la unión de las dinastías de Isabel y Fernando es la base de la monarquía en España hoy", que al casarse aumentaron su poder y que con ello "redujeron el poder de los nobles y dominaron sus reinos con ayuda de funcionarios". En un apartado separado se habla de la Inquisición y la expulsión de los judíos con una línea del tiempo. En el libro en español se recogen esas mismas ideas.
Ante el epígrafe de los Reyes Católicos / The Catholic Monarchs, otra pregunta para ambas partes: ¿Imaginamos a los niños franceses estudiando la Revolución francesa en otro idioma? Y lo que para unos es un disparate, para otros es un ¿por qué no? ¿Sólo podríamos estudiar la historia de un país en su propio idioma? Está claro que, con el inglés y el español, en educación, no puede aplicarse aquello de "tanto monta, monta tanto…". Una frase que, por cierto, ninguno de los dos libros recoge.