En junio de 2014 Netflix no había llegado a España, Pedro Sánchez era un jovencísimo candidato que soñaba con liderar el PSOE y este periódico era un blog con apenas dos meses de vida. Fue el año en que falleció Adolfo Suárez, primer presidente de la Democracia, el año en que nació Podemos y el año en el que un joven estudiante de Derecho se hizo pasar por agente del CNI para colarse en eventos que no le correspondían. El más famoso de ellos, la coronación de Felipe VI.
El ascenso al trono del tercer hijo de Juan Carlos de Borbón es el de un hombre en el vórtice de los cambios, en el claroscuro en el que un mundo se muere y otro tarda en aparecer. El Rey padre solía decir que no abdicaría hasta dejar al hijo "el terreno despejado", para no comprometer la sucesión. No fue así.
Don Felipe terminó heredando un país en crisis, una Corona en entredicho y una familia rota; la misma situación que su padre antes que él. Además, en otra de esas carambolas caprichosas que a veces nutre la historia de este país, aquel día de junio de 2014 Don Juan Carlos vio la proclamación de su hijo por televisión, igual que Don Juan había visto la suya en noviembre de 1975.
Así como la misión de Juan Carlos I fue conducir a la Monarquía por los caminos de la democracia, la de Felipe VI ha sido orientarla hacia el siglo XXI. Embutido y atrincherado en una densa barba que durante la última década hemos visto clarear poco a poco, puede decirse que lo ha conseguido.
La Corona sigue siendo cercana, pero ya no es campechana. Si cabe, es fríamente eficaz.
Familia
La primera mitad del siglo XX no fue un período fácil para la Monarquía en España. La línea sucesoria de la casa Borbón que precede a la Princesa Leonor ha tenido sus altibajos. El 17 de mayo de 1902, la corona de España recayó en su tatarabuelo, Alfonso XIII. Éste la había heredado de su padre, el rey Alfonso XII.
Su reinado duró tres décadas, hasta la proclamación de la Segunda República, en 1931.
Su implicación y apoyo político a la dictadura de Primo de Rivera le empujó al exilio. Tras la Guerra Civil, Francisco Franco le negó el trono de España a su descendiente directo y bisabuelo de Leonor, Juan de Borbón.
A partir de aquí, es más conocida la mala relación entre el entonces legítimo heredero de la corona y el dictador. Desde Lausana (ciudad suiza) y con sólo 29 años, Juan escribió a Franco un telegrama. En él le instaba a restaurar la Monarquía en su persona ante la inminente victoria de los aliados en la Segunda Guerra Mundial.
Franco desoyó la petición, pero en el telegrama del heredero ya se apuntaban los “objetivos” que tendría un supuesto futuro reinado de la casa Borbón. Entre otros, figuraban la aprobación de una constitución por votación popular, amnistía política y reconocimiento de la diversidad regional.
Años más tarde y por decisión del dictador, la Jefatura del Estado recayó en el hijo de Juan de Borbón, Juan Carlos. A la muerte de Franco, el proyecto de reforma del régimen que deseaba su padre constituyó el eje de su acción política, que desembocó en la Transición.
Cuatro décadas después, los escándalos personales del monarca precipitaron el deterioro de la institución. El Rey perdía una popularidad que contrasta con la buena imagen que hasta hoy mantiene su esposa, la Reina Sofía, abuela de Leonor.
El padre de la princesa de Asturias, Felipe de Borbón, recogió el testigo el 19 de junio de 2014, tras la abdicación de su padre. La premisa del reinado que prometió Felipe VI el día de su proclamación fue “una Monarquía renovada para un tiempo nuevo”. Diez años más tarde, en 2024, la Princesa Leonor alcanzó la mayoría de edad y juró la Constitución.
Durante los últimos años, por orden expresa de Felipe VI, se restringieron los lazos institucionales con Juan Carlos I y sus hijas, las infantas Elena y Cristina. Mientras la Monarquía soltaba lastre, la política se embarraba. Una constante que continúa en la actualidad.
Los viajes
"Majestad, bienvenido, adelante". Con esas palabras recibió el Papa Francisco a un recién coronado Felipe VI. Ocurrió en el Vaticano, el 30 de abril de 2014. Esa fue la primera visita que Felipe Juan Pablo Alfonso de Todos los Santos de Borbón y Grecia hacía a un país extranjero como monarca. Desde entonces hasta ahora, ha hecho otros 58 viajes a lo largo y ancho del globo que, analizados estadísticamente, dicen mucho de su reinado y del papel que desempeña para España en las relaciones internacionales.
Nada más comenzar su reinado, Felipe VI realizó una gira para darse a conocer en los principales países aliados de España. Portugal, Marruecos, Francia, Estados Unidos, el centro de Europa… Esa agenda casi frenética convirtió 2014 en el año que más viajó de todos, con 11 visitas. Sólo en 2020 su agenda quedó casi desierta por la pandemia, con un sólo viaje a Uruguay.
Desde su coronación, ha pasado un total de 140 días fuera de España. La duración media de los viajes de Felipe VI es de 4,6 días. Más de media semana. Esto le distingue de los miembros del Gobierno que también viajan mucho, pero durante menos tiempo. La diferencia se debe a que Felipe VI viaja en ocasiones más especiales y de mayor simbolismo, no a reuniones puntuales de trabajo.
Viajes Oficiales
Viajes de Estado
Toma de posesión
Cumbres Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno
El continente que más ha visitado el Rey es América. Lo ha hecho en 29 ocasiones. La mayoría de las veces ha acudido a tomas de posesión de nuevos presidentes electos. De hecho, el último viaje que realizó fue a El Salvador, para acompañar a Nayib Bukele en su nuevo nombramiento.
También ha acudido a cuatro cumbres Iberoamericanas, donde ha ejercido como emblema de las relaciones históricas entre las naciones que componen esta comunidad. México, Argentina y Colombia son los países que más ha frecuentado.
También ha viajado de forma recurrente a Unidos, Francia y Portugal. Dentro de Europa, Alemania y Bélgica han sido otros destinos habituales.
África y Asia son continentes a los que Felipe VI ha ido menos. Se nota que España y Marruecos comparten frontera e intereses, y que las dos Monarquías mantienen lazos estrechos, ya que el Rey ha visitado el territorio alauí dos de las cinco veces que ha pisado el continente africano. A Asia ha ido un total de cuatro veces, la mitad de ellas a Japón.
En total, Felipe VI ha hecho 22 viajes oficiales y 17 viajes de Estado, que tienen una relevancia mayor en cuanto al significado de las relaciones diplomáticas y que suelen durar más días. Además, ha ido a 16 tomas de posesión.
Su presencia en el extranjero suele ser agradecida entre los mandatarios por el peso internacional que tiene y porque su figura se reconoce por encima de ideologías.
Los discursos
El reinado de Felipe VI puede medirse en diez discursos fundamentales. Todos ellos los pronunció en momentos clave de su reinado.
En el de su proclamación, el Rey se situó en un umbral simbólico: el que iba del legado de su padre a una Monarquía “renovada para un tiempo nuevo”.
Aquel día dejó patente su intención de ejercer escrupulosamente sus funciones. “Hoy puedo afirmar que comienza el reinado de un rey constitucional”, dijo.
En su primer mensaje de Navidad, afrontó el contexto de crisis económica y política del momento. De ahí que se mostrase contundente a la hora de defender una “profunda regeneración de nuestra vida colectiva” y afirmase que “la lucha contra la corrupción ” era “un objetivo irrenunciable”.
Sus temores de que hubiera “fracturas emocionales” en Cataluña se hicieron realidad el 1 de octubre de 2017. El jefe del Estado se enfrentaba a su particular 23-F, y cumpliendo con aquello que la Constitución le encomienda, revistió de legitimidad institucional la aplicación del artículo 155 de la Constitución.
Felipe VI dejó un discurso para la historia: “Ante esta situación de extrema gravedad, que requiere el firme compromiso de todos con los intereses generales, es responsabilidad de los legítimos poderes del Estado asegurar el orden constitucional y el normal funcionamiento de las instituciones”.
Un año después, cuando la Princesa de Asturias cumplió 13 años, su padre le impuso el Toisón de Oro, que marcaba el arranque de su preparación como futura heredera de la Corona.
En palabras del Rey, Leonor debía guiarse “por el mayor sentido de la dignidad y la ejemplaridad, por la honestidad y la integridad”, en una “entrega sin reservas” al país.
El 6 de diciembre de ese 2018, la Constitución cumplió cuarenta años, en un momento de polarización de la sociedad. Mariano Rajoy había caído en la primera moción de censura que prosperaba en Democracia.
Con Pedro Sánchez en el Gobierno, Felipe VI quiso hacer referencia al relevo generacional que empezaba a calar en altos cargos del Estado. “Una nueva generación de españoles”, dijo, “hemos empezado a ocupar responsabilidades en la sociedad y en las instituciones”.
En el último discurso de Navidad, con la ley de amnistía pactada con Carles Puigdemont en marcha, Felipe VI hizo una rotunda defensa de la Constitución: "Fuera del respeto a la Constitución no hay democracia ni convivencia posibles; no hay libertades sino imposición; no hay ley sino arbitrariedad. Fuera de la Constitución no hay una España en paz y libertad".
La comunicación
Felipe VI pronunció sus primeras palabras en público en la ceremonia de los premios Príncipe de Asturias, en el Teatro Campoamor de Oviedo, en 1981. Tenía sólo 13 años. Con seguridad y determinación, desde entonces, ha pronunciado cientos de discursos, en decenas de países y en diferentes idiomas.
¿Ha mejorado el Rey en su forma de comunicar? ¿Qué significan ciertos gestos? ¿A qué se deben determinadas entonaciones? Después de analizar durante años al rey Felipe VI en diferentes contextos, puede verse cómo la rigidez del principio, fruto seguramente de los nervios y del peso de la responsabilidad, ha dado paso a una conducta mucho más relajada, incluso en momentos solemnes.
Por ejemplo, en el discurso de su 50º cumpleaños, en enero de 2018, pudo verse cómo se dirigía a la princesa Leonor dulcificando su voz. La propia expresión facial de alegría mostraba que, en ese momento, no hablaba como rey, sino como padre. Escenas parecidas se han repetido estos años. Ocurrió también el pasado 31 de octubre, cuando la Princesa de Asturias cumplía 18 años y juraba la Constitución.
Ese lado humano le acerca más a los ciudadanos, como ya ocurre con algunos miembros de la Casa Real Británica. “A los ciudadanos les gusta ver a personas de la realeza comportándose de forma similar a ellos, porque empatizamos más con quienes compartimos experiencias. Y, si bien no podemos compartir la experiencia de ser rey o reina, sí compartimos la experiencia de ser un padre o madre orgullosos de sus hijas y cariñosos con ellas. Para mí, esta relación con sus hijas es lo que más le conecta con los ciudadanos”, señala Sonia El Hakim, experta en comunicación verbal y no verbal.
En momentos de tensión, su gesto puede llegar a ser duro, como el que mostró durante el discurso de octubre de 2017, en respuesta al referéndum ilegal de independencia en Cataluña.
Aunque ha mejorado la entonación e intenta dar más énfasis a algunas sílabas para remarcar las palabras, la voz de Felipe VI sigue siendo monótona, le falta potencia y a veces se quiebra en los discursos.
A lo largo de los años, el Rey ha aumentado el número de gestos mientras habla, son movimientos que aportan naturalidad y le ayudan a hacerse entender mejor. Esa estrategia se vio con claridad en el discurso de Navidad de 2022, cuando de forma fluida marcó con las manos el ritmo de la alocución.
Felipe VI aún puede mejorar en la forma de comunicar, según los expertos, pero ha mostrado una evolución positiva en esta década.
Juan Carlos
Desde el 19 de junio de 2014, día del ascenso al trono de Felipe VI, la relación entre Juan Carlos I y su hijo ha sido compleja, un equilibrio constante entre el querer y el deber, un vaivén continuo entre lo familiar y lo institucional. El adiós de Juan Carlos al trono tras 39 años como jefe del Estado vino propiciado por el estallido de sus negocios opacos en el extranjero, además del suceso que tuvo lugar en Botsuana en abril de 2012.
En mitad de la noche, en el Delta del Okavango, donde se encontraba cazando elefantes, tropezó y se rompió la cadera. Por aquel accidente se destapó la existencia de su relación con la aristócrata Corinna Larsen, su amante desde 2004.
Tan abrupta fue la salida del Emérito que ni siquiera estuvo presente en el solemne acto celebrado en el Congreso de los Diputados en el que su hijo fue proclamado rey de todos los españoles. Sí estuvo, en cambio, en las actividades previas que se llevaron a cabo en el Palacio de la Zarzuela. Allí impuso a Felipe VI el fajín carmesí de capitán general en presencia de la reina Letizia, Leonor, Sofía, la reina Sofía y la infanta Elena.
Si bien en un principio la transición de rey a rey se vivió con relativa normalidad, pronto llegó el sobresalto. Las informaciones sobre el dinero que Juan Carlos tenía en una cuenta en Suiza generó un escándalo que le obligó a abandonar formalmente la vida pública el 2 de junio de 2019. La fecha coincidía con el anuncio de su abdicación de la Corona un lustro antes.
La relación entre Juan Carlos y Felipe se volvió crítica cuando, en 2020, en plena pandemia de coronavirus, salió a la luz que el padre tenía dos fundaciones en Suiza. De una de ellas, el segundo beneficiario, tras el Emérito, era su hijo. La Casa del Rey aseguró entonces que el monarca desconocía "totalmente” su supuesta designación como beneficiario de la Fundación Zagatka.
Ante esta situación, Felipe VI tomó medidas drásticas: renunció a la herencia personal que pudiera recibir de su padre y retiró la asignación anual de Juan Carlos –unos 195.000 euros anuales-- proveniente del presupuesto de la Casa Real. Este gesto, la línea roja trazada, marcó una clara separación entre reinados y subrayó el compromiso del Rey con la transparencia.
Cinco meses después, en agosto de 2020, a través de una carta, Juan Carlos informó a su hijo de que abandonaba España. "Majestad, querido Felipe: [...] ante la repercusión pública que están generando ciertos acontecimientos pasados de mi vida privada, deseo manifestarte [...] mi meditada decisión de trasladarme, en estos momentos, fuera de España". No fue hasta mayo de 2022, con la primera visita del Emérito a España, cuando padre e hijo volvieron a verse.
Su primera foto juntos en más de tres años fue tomada en septiembre de 2022, en el funeral de Estado celebrado por el fallecimiento de la reina Isabel II de Inglaterra. La última instantánea de padre e hijo se tomó en Windsor el pasado febrero. Allí tuvo lugar un servicio en recuerdo a Constantino II de Grecia, hermano de la reina Sofía, cuñado de Juan Carlos, tío de Felipe y último rey de los helenos.
Leonor
Leonor de Borbón, como Felipe en su día, es la única persona en España con el futuro marcado desde el momento en que nació. Los Reyes Felipe y Letizia la han preparado como heredera dirigiendo su formación y su papel en la institución.
A nivel personal, la relación entre el Rey y la princesa se caracteriza por un profundo afecto, respeto y admiración mutua. Además de su claro sentido de la responsabilidad.
Felipe, consciente del desafío y la responsabilidad que conlleva ser rey, ha trabajado estrechamente con su hija mayor para inculcarle el sentido del deber necesario para ejercer algún día como reina. Desde 2014, momento en que Leonor dejó de ser infanta para ostentar el título de Princesa de Asturias, ha acompañado a su padre en múltiples actos oficiales y ha sido incorporada gradualmente a la vida pública.
La princesa Leonor pronunció sus primeras palabras en público en 2018, en el Instituto Cervantes, en su 13º cumpleaños. Leyó el primer artículo de la Constitución para celebrar el 40º aniversario de su aprobación. Felipe VI y Letizia estuvieron presentes, mostrando su apoyo y orgullo como padres, y el evento simbolizó la confianza de ambos en las capacidades de su hija.
La Princesa de Asturias ha recibido -y sigue recibiendo- una educación rigurosa, bilingüe y adecuada para las demandas de su futura posición. Padre e hija estudiaron la educación primaria y secundaria en el mismo colegio privado, el Santa María de los Rosales.
A sus 16 años, Leonor abandonó España para estudiar en el UWC Atlantic College en Gales, siguiendo la tradición de otros miembros de la realeza europea, como el rey Guillermo Alejandro de Holanda. En agosto del año pasado, Leonor inició el primero de los tres años que durará su carrera militar y aún hoy se encuentra en la Academia Militar General de Zaragoza.
Felipe ha implicado a Leonor en ceremonias y actividades oficiales de creciente relevancia. Por ejemplo, en 2021, Leonor presidió su primer acto oficial en solitario, una ceremonia que tuvo lugar en el Instituto Cervantes.
La relación entre Felipe VI y la princesa Leonor baila constantemente entre lo personal e institucional. Con la imagen de la princesa, la Casa Real transmite que la Monarquía es el presente, pero también es futuro.
Letizia
Obnubilada, admirada, exultante. Estos son los tres adjetivos con los que se podría definir a Letizia en la mañana del 19 de junio de 2014. Ese día, su esposo, Felipe de Borbón, fue proclamado rey de España con 46 años. Y ella se convirtió en la reina de los españoles.
A lo largo de esta década, la figura de Letizia ha sido clave en la vida del Rey. Dicen los expertos que ella, miembro de una familia de clase media, ha acercado a Felipe VI a la calle, lo ha hecho “más natural, más suelto”. El peso de la Corona no ha sido en absoluto ligero para Letizia como reina consorte de España en estos diez años.
El trabajo diario y constante con un gran equipo ha sido fundamental para sortear los problemas, algunos graves, como la condena por corrupción de Iñaki Urdangarin, marido de la infanta Cristina, y su ingreso en prisión.
Si hay algo en lo que los especialistas en la Casa Real están de acuerdo es en que la experiencia de Letizia como periodista ha aportado una perspectiva fresca no sólo a sus propios deberes como consorte, sino también a los del Rey en el plano de la comunicación. Juntos han trabajado por mantener el equilibrio entre su vida familiar y sus responsabilidades públicas, criando a sus hijas, Leonor y Sofía, en un ambiente de estabilidad, alejado de la exposición pública todo el tiempo que han podido.
El tándem que forman Felipe VI y Letizia ha sido el gran baluarte de la Monarquía tras los escándalos que salpicaron a quienes fueron miembros de la Familia Real, reducida luego y hoy, simplemente, Familia del Rey.
El pasado 22 de mayo, hace menos de un mes, Felipe VI y Letizia cumplieron 20 años de un matrimonio que fue posible por el empeño de él, que echó un pulso a su padre en favor de la relación con aquella periodista de televisión de la que se enamoró.
Los 10 momentos
Discurso de proclamación como rey de España en el Congreso de los Diputados
“Una Monarquía renovada para un tiempo nuevo”. Con esta declaración de intenciones, arrancó Felipe VI su reinado. Fue en su primer discurso oficial como monarca, justo después de la coronación en las Cortes Generales.
En 26 minutos, el jefe del Estado desgranó su plan para la Corona y ensalzó la España en la que caben “todos”. Hizo gala de ser el primer Rey proclamado bajo una Constitución democrática y asumió “ser el símbolo de la unidad del Estado. Y no tengan dudas de que haré honor al juramento que acabo de pronunciar”.
Primer mensaje de Navidad como rey de España
Por primera vez desde 1975, en 2014 el rostro que apareció en las pantallas de los españoles fue el de Felipe VI. En su estreno en el discurso navideño, el monarca apeló a cuestiones de actualidad, como la crisis económica que entonces azotaba el país.
La cita más rotunda tuvo que ver con la corrupción. Días antes, un juez sentó en el banquillo a su hermana, la Infanta Cristina. “Los ciudadanos necesitan estar seguros de que el dinero público se administra para los fines legalmente previstos”, recalcó.
Viaje de Estado a Reino Unido. Junto a Isabel II y el duque de Edimburgo
Fue un viaje cargado de simbología. Semanas después, el duque de Edimburgo se retiró de la vida pública. La última visita de Estado en Reino Unido en la que estuvo presente el consorte de Isabel II fue la de los Reyes de España, que se estrenaban en este país como monarcas.
De todos los viajes al exterior de Felipe VI, aquél de julio de 2017 ya ocupa un lugar en la historia. En total fueron cuatro días los que estuvo, junto a Letizia, recorriendo las ciudades de Londres y Oxford, donde pronunció un discurso en su Universidad.
El discurso más difícil de su reinado
El 3 de octubre de 2017, Felipe VI marcó la pauta a la nación. Lo hizo con el discurso más difícil que ha pronunciado en todo su reinado. En mitad de un proceso separatista que se había saldado con una consulta ilegal, denunció que los líderes independentistas habían “vulnerado de manera sistemática las normas aprobadas legítimamente, demostrando una deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado”.
En uno de los momentos de más tensión desde la Transición, el Rey enseñó un camino de “serenidad” y “determinación”.
El día que cumplió 50 años e impuso a Leonor el Toisón de Oro
El 30 de enero de 2018, el Rey cumplió 50 años. Ese mismo día, otorgó a su hija, la Princesa de Asturias, el Toisón de Oro. Se trata de la máxima condecoración que concede España.
El acto tuvo lugar en los salones del Palacio Real de Madrid. Leonor de Borbón, que en ese momento tenía 12 años, daba así sus primeros pasos en la vida pública. Al acto asistieron los Reyes eméritos, además de representantes del Gobierno y, como particularidad, se invitó a niños de otras comunidades autónomas de la misma edad que la heredera al trono.
Debut de Leonor en los Premios Princesa de Asturias
Pocos días antes de cumplir 14 años, Leonor se estrenó en los premios Princesa de Asturias, uno de los más prestigiosos en el ámbito internacional. En el teatro Campoamor (Oviedo), pronunció su primer discurso ante la mirada de su padre.
“Me comprometo con la entrega y el esfuerzo de servir a España y a todos los españoles”, dijo la heredera. También quiso tener un reconocimiento a Doña Sofía: "Quiero dar las gracias a mi abuela, la Reina Sofía. Ella sabe lo importante que para mí es su presencia en esta ceremonia".
Discurso por la Covid
Con un país paralizado por una pandemia desconocida, el Rey Felipe VI, después de reunirse con el comité de seguimiento técnico, protagonizó otro momento importante de su reinado. “Este virus no nos vencerá”, fue el principal mensaje que quiso transmitir a los ciudadanos el monarca.
Felipe VI ensalzó entonces la labor de los sanitarios: “Sois la vanguardia de España en la lucha contra esta enfermedad, sois nuestra primera línea de defensa. Los que todos los días y a todas las horas del día, estáis cuidando a los afectados”.
Discurso de Navidad marcado por la marcha de España de Juan Carlos I
El año 2020 marcó un antes y un después en el reinado de Felipe VI. El Emérito, empujado en parte por la presión de su hijo, tomó la decisión de establecer su residencia en Abu Dabi.
Consciente de que la polémica de su progenitor podía poner en jaque su futuro, el Rey decidió hacer una referencia expresa en la Navidad de ese año: “Los principios morales y éticos que los ciudadanos reclaman de nuestras conductas, nos obligan a todos y están por encima de cualquier consideración de la naturaleza que sea, personal o familiar”.
Jura de la Constitución de la princesa de Asturias, Leonor de Borbón, el día de su 18º cumpleaños. Sucesión garantizada
Felipe VI cumple 10 años de reinado con una constatación: la sucesión está garantizada. En el último año, la figura de su hija, Leonor de Borbón, ha pasado a desempeñar un papel clave en la Casa Real.
Coincidiendo con su 18 cumpleaños, la Princesa de Asturias protagonizó el pasado 31 de octubre el acto más relevante de su vida pública: la Jura de la Constitución en el Congreso de los Diputados. Este hito supuso el arranque de la trayectoria institucional de Leonor de Borbón. Así lo enfatizó su padre: “Es la expresión del compromiso”.
Dos décadas de la última gran boda real celebrada en España, la suya con la periodista Letizia Ortiz, hoy reina consorte de los españoles
Un Madrid lluvioso se engalanó hace dos décadas, el 22 de mayo de 2004, para celebrar la última gran boda real en España. La del Príncipe de Asturias con la periodista Letizia Ortiz.
Veinte años más tarde, los dos protagonistas regresaron al lugar del convite para celebrar el aniversario y presumir del fruto de su matrimonio: sus dos hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. La Casa Real difundió las fotografías más personales de la Familia Real en los jardines de Sabatini, haciendo gala de la cómplice relación con sus hijas.
El estilismo
Fernando Fitz-James Stuart, decimoséptimo duque de Huéscar, podría ser el segundo miembro de la realeza vivo con más estilo (después del Rey de España)". Esta contundente declaración es de Derek Guy, uno de los editores de moda masculina con más prestigio en todo el mundo. Su quisquilloso ojo es capaz de abrir camino hacia la tendencia de moda masculina y que en unos años los hombres, inconscientemente, vistan como él indicó.
Su vasta sapiencia es respetada internacionalmente y, según él, Felipe VI es el hombre con más estilo de toda la realeza global. En estos diez años de reinado, al soberano lo hemos podido ver vestido de esmoquin, de frac, de chaqué, con uniforme de gala del Ejército y hasta en pantalones cortos, haciendo una de las actividades que más disfruta en verano: navegar.
Para su día grande, es decir, para el 19 de junio de 2014, Felipe de Borbón fue vestido de almirante, al ser desde ese día el jefe de los tres Ejércitos: capitán general del Ejército de Tierra, de la Armada y del Ejército del Aire, máximo rango militar que le corresponde en exclusiva como mando supremo de las Fuerzas Armadas.
Como novedad, el flamante monarca recuperó el color carmesí para su escudo de armas. Fue Juan Carlos I quien impuso la faja roja a su hijo, ya rey, formalizando así el traspaso de poder militar.
El día de su proclamación, lució el uniforme del Ejército de Tierra con distinciones heredadas de su padre, el rey Juan Carlos.
Frac para la cena de gala en honor a la presidenta de Chile. Tuvo lugar en el Palacio Real
El rey Felipe el 25 de julio en Santiago de Compostola luciendo chaqué.
El rey luce esmoquin en la cena por el viaje oficial que hizo junto a la reina Letizia a Berlín.
El rey Felipe VI en el Desfile de las Fuerzas Armadas del 12 de octubre.
De estilo más sport, el rey Felipe visita en el verano a su padre, Juan Carlos I, en el hospital.
El rey Felipe en verano con camisa tipo Liberty y con pantalones blancos.
El rey Felipe en la Pascua Militar, la primera en la que iba acompañado de la princesa Leonor.
Felipe VI en sus tradicionales vacaciones en Palma de Mallorca con pantalón corto, una prenda inusual en el vestidor real del jefe del Estado.
El 'uniforme' del día a día de Felipe VI: traje de chaqueta hecho a medida con camisa y corbata.
Para sus actos oficiales del día a día y en las audiencias que preside en el Palacio de la Zarzuela, Felipe VI opta siempre por traje de chaqueta de dos piezas, camisa blanca o celeste y corbata lisa o con algún tipo de detalle estampado –generalmente flores de Liberty, las más exclusivas y classy-.
Para las cenas de Estado, dentro y fuera de nuestras fronteras, es obligado, por protocolo, que luzca frac . Cuando llega el verano y la Familia Real se escapa a Mallorca, donde disfruta de sus vacaciones, Felipe VI (“el fabuloso”, como lo llama la prensa inglesa) se despoja de la corbata y luce camisas y guayaberas de algodón y de lino blanco al más puro estilo balear. Tampoco faltan en su vestidor estival los polos para navegar, los shorts con bolsillos y las clásicas abarcas menorquinas, esto es, el artesanal calzado de cuero o de caucho que cubre solo la planta de los pies y se asegura con cuerdas sobre el empeine y tobillo.
El tailoring a medida, el buen gusto a la hora de vestir y la envidiable percha de Su Majestad –un metro y noventa y siete centímetros que hacen de él el rey más alto del mundo- lo convierten en el soberano elegante por excelencia.
El futuro
El Rey Felipe VI registró su mayor nivel de respaldo popular en octubre de 2017, a raíz del discurso pronunciado en defensa de la Constitución, que fue decisivo para frenar el golpe independentista en Cataluña. Más tarde, su imagen se deterioró a raíz de las noticias sobre los escándalos financieros de su padre, que culminaron con la marcha del Emérito a Abu Dabi.
El ciclo se cerró el 31 de octubre de 2023, cuando la Princesa Leonor juró la Constitución en las Cortes, al cumplir los 18 años, asegurando así la continuación de la institución monárquica. A partir de aquella fecha, la popularidad de Felipe VI comenzó a recuperarse hasta alcanzar este mismo mes de junio una valoración de 6,7 (en una escala del 0 al 10), según el histórico de encuestas elaborado por SocioMétrica para EL ESPAÑOL.
Felipe VI pronunció el discurso más trascendental de su reinado el 3 de octubre de 2017. “No estáis solos”, dijo a los catalanes a los que el Govern presidido por Carles Puigdemont había intentado arrebatar sus derechos ciudadanos. El Rey recibió aquel mes de octubre de 2017 una valoración de 8 puntos sobre 10.
Desde aquella fecha, la valoración del Rey fue retrocediendo levemente. Se situó en 7 puntos en junio de 2018, cuando Pedro Sánchez se convirtió en presidente del Gobierno, por primera vez, al salir adelante la moción de censura que presentó contra Mariano Rajoy.
En octubre de 2019, coincidiendo con la sentencia del Tribunal Supremo que condenó a los impulsores del procés, la popularidad del Rey registró entonces uno de sus momentos más bajos, con una nota de 5,5.
Pedro Sánchez tomó posesión del cargo de presidente del Gobierno por segunda vez el 8 de enero de 2020, esta vez con Pablo Iglesias como vicepresidente. La popularidad del Monarca se había recuperado levemente hasta alcanzar una nota de 6,3.
Pero en marzo, poco después del confinamiento por la pandemia de Covid, se produjo otro seísmo que sacudió los cimientos de la institución. Felipe VI comunicó su renuncia a cualquier herencia económica de su padre, después de que un diario británico desvelara que el Rey y sus hermanas aparecen como beneficiarias de una fundación constituida por el Emérito en un paraíso fiscal.
La popularidad de Felipe VI cayó en picado y descendió hasta un 4,7 en mayo de aquel año. Tres meses después, el 3 de agosto de 2020, Juan Carlos I abandonó España para fijar su residencia en Abu Dabi. La imagen de su hijo comenzó de nuevo a recuperarse hasta alcanzar el 5,8 en febrero y marzo de 2021.
Pero la marcha de Juan Carlos I no puso fin al escándalo. En septiembre de 2021 trascendió que la Fiscalía del Tribunal Supremo había abierto una investigación al Emérito como autor de un delito fiscal, por la fortuna que había ocultado en varios paraísos fiscales. Después de que el Emérito saldara sus cuentas con Hacienda, la investigación quedó definitivamente archivada en marzo de 2022.
Sólo entonces comenzó a recuperarse la imagen de Felipe VI, que alcanzó un 5,8 en mayo de 2022. Desde marzo de 2023, la popularidad del Monarca se ha situado siempre por encima del 6, según la misma serie de sondeos de SocioMétrica.
Después de que, el pasado 31 de octubre, la Princesa Leonor jurara la Constitución en las Cortes (en ausencia de los socios independentistas de Pedro Sánchez) la popularidad de Felipe VI ha seguido creciendo hasta alcanzar 6,7 puntos en junio de 2024.
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