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Es media tarde en la ajardinada Plaza del Altozano de Albacete bajo la que discurre un histórico refugio antiaéreo. Finales de febrero. Vladímir Putin acaba de invadir Ucrania. En España no se habla de otra cosa. De repente, se escuchan unos silbidos en el aire. Son cazas de guerra. "Maniobras de la Base", zanjan, sin rastro de preocupación, los mayores que se sientan en los bancos de la plaza.
La paz del coqueto enclave se parece poco al frenético trasiego que vive la Base de Los Llanos, en Albacete. Hay curso del TLP, el Tactical Leadership Programme, la escuela de pilotos de élite de combate de la OTAN que convierte a la ciudad (175.000 habitantes), durante tres semanas, en uno de los puestos aéreos más equipados del planeta. Durante su último curso, albergó 40 aviones de guerra con diferentes banderas.
El silbido que se ha escuchado en Albacete puede ser de un Eurofighter -el caza europeo por excelencia-, de un F-18 español, de un F-16 griego, de un Mirage francés, de un Tornado italiano o incluso de un F-15 estadounidense. Catorce de estos cazabombarderos americanos estaban esos días en la localidad. El 24 de febrero pasado, mientras se iniciaba la guerra a las puertas de la OTAN, sus pilotos se adiestraban en la ciudad castellano manchega junto a otros aviadores internacionales. En total, 60. Elegidos entre los mejores de cada país, practicaban la guerra en Albacete dividiéndose en dos bandos, la Red Force y la Blue Force.
Concentrados en sus exigentes ejercicios, mientras conocen las últimas novedades militares de Ucrania, todos los participantes del curso de Albacete trabajan en un objetivo: ejercitarse para misiones de combate conjuntas. ¿Quiénes son estos pilotos? ¿Cómo llegan a la ciudad? ¿Cómo se entrenan? EL ESPAÑOL | Porfolio desgrana las claves del Top Gun de la Alianza Atlántica, el duro entrenamiento para crear y hermanar pilotos bélicos de la OTAN.
Hasta Albacete llegan, seis veces al año y desde hace más de una década, los mejores pilotos de ejércitos de una decena de países integrados en la Alianza Atlántica. Con sus mecánicos, sus equipos y sus aviones de combate. El último curso, y primero de este año, arrancó el pasado 14 de febrero y terminó el 4 de marzo. Tres semanas, la duración estándar del curso. Exactamente a la mitad, el día 24 de febrero, comenzó la invasión de Ucrania.
A mitad del último curso de adiestramiento de pilotos de élite, las tropas de Putin invadieron Ucrania.
La movilización del personal para unas maniobras de este nivel arranca mucho antes del primer día de curso. Aparte del trabajo de oficina, las semanas previas y antes de que lleguen los cazas, suelen aterrizar los aviones cargueros con mecánicos, personal de aviónica -electrónica de los aviones-, operarios, además de pilotos y copilotos reserva. Preparan los puntos de la base para que se aparquen sus cazas, en los que llegarán los pilotos.
Para entender el alto nivel del adiestramiento del programa basta con cruzar la puerta de las instalaciones de la escuela en la Base militar de Albacete. Para empezar, fuera móviles. Nada puede interferir con los avanzados sistemas informáticos y electrónicos del Programa por dos poderosas razones. Primero, Albacete cuenta con una de las instalaciones de simuladores aéreos de guerra más completas y complejas del planeta, donde se combinan las fuerzas aéreas de potencias militares como EEUU, Francia y Reino Unido. Pero, además, desde aquí también se imparten programas y seminarios sobre guerra electrónica. Pisamos territorio confidencial.
¿Quiénes son los pilotos?
"Esto no es una escuela al uso, aquí los pilotos ya vienen aprendidos, no tenemos alumnos, tenemos participantes, que vienen a integrar una orquesta", aclara el comandante del TLP, Carlos Presa. Ninguno de los pilotos que llega al programa lo hace con menos de 500 horas de vuelo en aviones de combate. Muchos de ellos son mandos de los ejércitos que conforman la OTAN.
"Aquí los pilotos ya vienen aprendidos. No son alumnos, son participantes que vienen a integrar una orquesta".
Compartir información y tácticas es todo un ejercicio de confianza, de ahí la importancia de este programa. Incluso pilotando el mismo avión, como el Eurofighter, que poseen las Fuerzas Armadas de España, Italia, Reino Unido y Alemania, las formas de operar con la aeronave pueden ser diferentes.
El oscurantismo en cuanto al armamento militar se pone de manifiesto estos días con la invasión de Ucrania. Los analistas arañan difícilmente algunos datos sobre el arsenal y la estrategia aérea militar de Rusia. Se apunta, por ejemplo, que sus pilotos cuentan con una media de 100 horas de vuelo. Son menos de la mitad que las exigidas para entrenarse en Albacete.
La escuela del TLP nació en 1978, en Alemania. En plena Guerra Fría, varias naciones de la Alianza Atlántica que compartían espacio aéreo decidieron coordinar a sus equipos militares aéreos. Hoy participan en ella 10 países de la OTAN: Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Grecia, Holanda, Inglaterra, Italia, España -que se integró en el 2002- y Estados Unidos.
Cada nación establece sus propios criterios para elegir tanto a los aviadores como a los instructores del Programa de Liderazgo que ha graduado, desde la ciudad albaceteña, a más de 1.200 pilotos de élite. Este último curso fueron un total de 60, entre pilotos, controladores aéreos y oficiales de Inteligencia.
El 'selecto' club de los aviadores de guerra
Los elegidos del TLP. Cada nación participante en el TLP elige los pilotos que envía al programa de adiestramiento de Albacete. Durante el último curso fueron un total de 60 entre españoles, estadounidenses, franceses, italianos y griegos.
200 pilotos en España. En España el número de pilotos de caza no supera los 200. Prácticamente se conocen todos. Los cupos para ingresar en la Academia General del Aire, en San Javier, Murcia, son muy reducidos: entre 10 y 15 pilotos de caza al año. Hay que tener entre 18 y 23 años, buenas notas en el Bachillerato y superar una serie de exámenes, que incluyen inglés, además de las pruebas físicas. Tras pasar por la Academia General del Aire se forman en la Escuela de Reactores en Talavera la Real, en Badajoz, volando con F-5. Los que aprueban se convierten en tenientes con el curso de Caza y Ataque.
2.000 en EEUU. La primera potencia aérea militar del mundo, EEUU, cuenta con cerca de 20.000 pilotos militares. Durante el mandato de Donald Trump se inició una fuerte campaña de captación, ya que necesitaban aumentar esta cifra. Del total, más o menos un 10% son aviadores de cazas.
Las operaciones aéreas en la que ha participado la OTAN en los últimos conflictos bélicos han estado casi siempre lideradas por pilotos entrenados en Albacete. De Irak a Libia, pasando por Bosnia, Kosovo y Afganistán.
Aunque en principio no se contempla, de producirse una actuación aérea en Ucrania, muchos de los aviadores que participarían en ella se habrían adiestrado en Albacete. Ahora bien, los aviones de la OTAN también se encargan de misiones de vigilancia y control del espacio aéreo, una tarea más callada que exige mucha tecnología.
Entre las últimas misiones aéreas de la OTAN, la llamada Operación Vilkas, para vigilar el espacio aéreo de Estonia, Letonia y Lituania. Una misión liderada por España, con cazas del Ala 14 de la Base de los Llanos. El jefe de la misión fue el teniente coronel Abós, de la Base de Albacete.
En julio de 2021, durante una visita del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, a Lituania, en la base de Šiauliai se produjo una alerta real, un Alfa scramble. Un avión no identificado sobrevoló el espacio aéreo báltico. Dos Eurofighters despegaron para identificarlo. Era un caza ruso.
Actualmente, cuatro Eurofighters del Ala 14 están destinados en Bulgaria con la misma misión: ejercer de policía del aire. El despliegue incluye 130 militares en la Base Aérea de Graf Ignatievo. El Ministerio de Defensa recuerda que se trata de una misión enmarcada en las actividades habituales de las Fuerzas Armadas en cumplimiento de los compromisos internacionales de España, para la disuasión y defensa de los países de la OTAN. Bulgaria es miembro de la Alianza. Las operaciones se dirigen desde la Base de Torrejón de Ardoz, en Madrid.
¿Quiénes son los instructores?
A todos los instructores del Programa de Albacete, explica el coronel Presa, se les pide "alta experiencia en aviones de altas características". Hay altos cargos de todos los países del programa. Elk Mellor es el jefe sénior del equipo de EEUU. Se encarga de que todo esté preparado para los ejercicios de sus cazas y es el jefe de cinco estadounidenses adscritos al programa.
"Si quieres ir rápido camina solo, si quieres ir lejos camina junto a tus aliados. Por eso EEUU viene a Albacete".
"Lo que hace al TLP grande es la alianza", explicaba Mellor, poco antes de comenzar el último curso de adiestramiento ante las cámaras del programa de televisión Castilla-La Mancha me gusta. "Voy a citar un proverbio africano: 'Si quieres ir rápido camina solo, si quieres ir lejos camina junto a tus aliados'. Y esta es la razón por la que la fuerza aérea de EEUU quiere venir aquí, para integrarnos y conseguir nuestros objetivos con éxito. Ese es nuestro espíritu de equipo", desgrana.
Al repasar el contenido académico encontramos asignaturas como Supresión de defensas enemigas, Operaciones navales, Guerra Electrónica… El comandante jefe ha de ser siempre de la nación anfitriona. En este caso, España. De modo que ¿el director de la escuela de pilotos de élite es el mejor piloto de cazas de España? Presa responde a esta revista de forma institucional: "El comandante del TLP es un coronel del Ejército del Aire encargado de cumplir la misión del programa".
Millo es teniente coronel de la Fuerza Aérea de Reino Unido e instructor del TLP. Dirige y controla la parte de vuelo real. Ante las cámaras de CMM, la televisión de Castilla-La Mancha, explicaba durante el último curso cómo los pilotos se reúnen a primera hora de la mañana, se les explica el problema o amenaza y ellos diseñan su plan. Tras la jornada de vuelo, volverán a la misma sala para analizar "qué ha pasado con la misión".
¿Qué aviones vuelan?
En el último curso, finalizado hace escasamente tres semanas, participaron unos 40 aviones procedentes de EEUU, Francia, Italia, Grecia y España. Desde la base de Lakenheath, en Inglaterra, EEUU desplazó un total de 14 cazas F-15. Eso son al menos 14 pilotos americanos, sus copilotos y sus reservas.
Desde Francia llegaron una docena de cazas entre el Mirage 2000, un avión capaz de transportar misiles nucleares. El ejército galo desplazó también hasta Albacete cazas Rafale. Españoles participaron seis F-18 Hornet. Desde Grecia llegaron F-16 y desde Italia varios Panavia Tornado.
Durante el último TLP contó con dos helicópteros franceses: los Caracal. Además, participaron dos aviones de control y vigilancia aérea, AWACS. Son fácilmente reconocibles en vuelo porque llevan una especie de disco o plato a la altura de las alas. Con una autonomía de vuelo de 10 horas, los AWACS no durmieron en la Base de los Llanos, sino que operaron en el programa de entrenamiento desde su base francesa.
Todos los países participantes aportan pilotos, aviones y tecnología. Y así, en muchos de los cursos, los F-35 estadounidenses se mezclan con los Eurofighter, el caza europeo, y los F-16 y en la sala de operaciones hay uniformes de docenas de países.
El F-35 el caza de las Fuerzas Aéreas de EEUU y está considerado el avión más caro del mundo -cada máquina puede rondar los 200 millones de euros, atendiendo a su configuración-. Su primera parada oficial en España fue precisamente en un TLP en junio 2019. Había pisado antes nuestro país, eso sí, pero en una escala en Sevilla, unos meses antes, de camino a Oriente Medio. Entre sus avances incluye su "baja detectabilidad". Es capaz de ver al enemigo antes de ser visto.
La flota más completa del mundo
F-35. El caza de EEUU es el avión de guerra más caro del mundo: puede alcanzar los 200 millones de euros, según su configuración. Pisó España por primera vez en un TLP en 2019. Es capaz de ver al enemigo antes de ser visto y puede aterrizar de forma horizontal.
F-15 Eagle. El cazabombardero también estadounidense, cuyo precio ronda los 27 millones de euros, ha participado en el último entrenamiento de Albacete. Llegaron 14 que están desplegados en la base británica de Lakenheath.
Eurofighter Typhoon. El caza europeo por excelencia cuesta 118 millones de euros. España tiene 68 según el ranking mundial de Flight Global. Además, está en las Fuerzas Armadas británicas, alemanas y portuguesas. El avión no participó en el último entrenamiento del TLP, aunque sí había en la Base de los Llanos, puesto que es el avión del Ala 14, con sede en Los Llanos.
F-18 Hornet. Es el caza más numeroso en el Ejército de aire español, con 72 aviones. Su precio está entre los 30 y los 50 millones de dólares. Sirve para atacar tanto objetivos aéreos como terrestres. Varias unidades participaron en el último curso de Albacete.
Dassault Mirage 2000. El caza francés tiene un precio de 20 millones de euros. Se trata de un avión que puede portar misiles nucleares. Opera en nueve países, incluida India y Perú. Francia desplazó tres a Albacete para el adiestramiento de sus pilotos.
Dassault Rafale. Es el avión de guerra galo más moderno. Su precio alcanza los 75 millones de euros. Ocho de estas máquinas participaron en el último TLP.
F-16. El caza, de fabricación estadounidense, con el que los griegos se han entrenado en Albacete, puede superar los 100 millones de euros. Está en los ejércitos de 25 países. Es un avión supersónico: puede superar la velocidad del sonido: 1.235 kilómetros/hora.
Panavia Tornado: Este avión de combate, desarrollado por un consorcio británico-alemán-italiano ronda los 24 millones de dólares. Se estrenó en combate en la Gera del Golfo. Italia entrenó a sus pilotos con ellos en el último curso de Liderazgo de Albacete.
Los cazas del TLP pueden llegar a ponerse, durante las maniobras, a velocidades supersónicas, lo que aumenta el rugido en el cielo. En Albacete quizá no se alteren, pero durante el último curso, celebrado precisamente a principios de este mes de marzo, Murcia dio aviso a sus ciudadanos para que no se preocuparan. El TLP articuló un procedimiento con el 112 para mantener informada a esta red de emergencias de la actividad volante.
¿Cómo son los ejercicios?
"Piloto derribado". Es uno de los mensajes que los participantes del TLP pueden recibir durante su curso en Albacete. Como si de un escenario bélico real se tratara, y contando con helicópteros, los aviadores recibirán la información pertinente para rescatar con vida a su compañero. O evitar que esto suceda. Porque los pilotos de élite de la OTAN que pasan por Albacete no juegan siempre en el mismo bando.
Normalmente, se les divide en dos fuerzas aéreas. La Red Force y la Blue Force. Un ejército atacante y otro ejército defensor. En la simulación de combates, los instructores diseñan y comunican las características del conflicto a los pilotos y serán estos los que tengan que resolver las situaciones. Un combate el desierto o en una zona montañosa con poca visibilidad.
Del campo de Cuenca a la huerta murciana, pasando por el Mediterráneo balear, volando, si es necesario a más de 1.000 kilómetros por hora, atacantes o defensores, los pilotos de cada equipo tendrán que demostrar sus habilidades y sus capacidades de crear equipo y liderar la misión. Esa organización y gestión son básicas para lograr alcanzar los objetivos que se les dictan abatir al enemigo y salir victoriosos del combate.
El código de colores para establecer bandos es sólo una de las herramientas del programa, que también les convierte en aviones civiles o en aviones neutrales según el plan de adiestramiento a seguir.
Según los datos oficiales del TLP, durante el último curso se ejecutaron el 97% de los vuelos previstos.
¿Qué se aprende en Albacete?
El objetivo del programa es que los pilotos y sus equipos intercambien tácticas y conocimiento. Desde sus aulas se diseñan y ejecutan operaciones de rescate, de cooperación y de conflicto bélico. Cuentan, para ello, con el mejor equipo de simuladores aéreos de Europa. Pero también llevan sus programas al vuelo real. Además de las capacidades técnicas, los pilotos aprenden a aguantar, soportar y lidiar con el estrés y las situaciones límite.
El TLP es uno de los programas de entrenamiento de pilotos con los que cuentan los países de la OTAN, como el Red Flag en EEUU o el itinerante Tiger Meet -este año tendrá lugar en Grecia-. El adiestramiento de Albacete está enfocado en el elemento humano, en la educación táctica de los pilotos, para que actúen como líderes de una misión.
Preguntamos al director de la escuela de pilotos de élite qué se requiere para gobernar estas máquinas, que, como el F-35 pueden valer 200 millones de euros. "El buen piloto de caza no se mide en términos de habilidad manual, no es que sea secundaria, pero en el aire todo pasa muy rápido", explica el coronel Presa. Habla de inteligencia táctica, de rigor, de humildad para aprender del error. De la necesidad de camaradería con los equipos.
¿Y el peor enemigo de un piloto en pleno vuelo? "Se responde con una palabra, la autocomplacencia. Te lleva a distorsionar la realidad, asegura el coronel. Asegura que "si te dejas llevar y te crees que lo estás haciendo todo bien, te engañas". En el aire, puntualiza, "te estás moviendo siempre al límite, vas en un libro de física, sobre un vector que baila en una esfera". Así que, hay que estar siempre alerta. "La cabina son dos metros cúbicos [como meter un sillón en un embalaje a medida] de una soledad palmaria, pero magnífica". Y ahí, dice, da igual "la raza, el sexo, la ideología… La hermandad entre pilotos, controladores, mecánicos es alienante de los otros factores", concluye.
¿Cómo es un día en el TLP?
Son, explica el comandante Carlos Presa, días duros, con un programa exigente y muy concentrado que exige destreza y en el que hay que saber manejar el estrés. "Doce horas de reloj", recuerda Presa. Primero, los pilotos y sus instructores se reúnen en la base. Los participantes conocerán a qué amenaza se enfrentan. Conocerán el escenario y las reglas a seguir. Tienen de tres a cuatro horas para preparar la misión. El ritmo es, nos explican en la Base, "frenético".
"Es un sistema único. En otros países se planea un día y se vuela al siguiente. Aquí se hace todo en la misma jornada".
"Es un sistema único. En otros países se planea un día y se vuela al siguiente. Aquí se hace todo, de la alfa a la omega. Se vuela, se sigue la misión desde mando y control y después aterrizan y analizamos resultados. Así, sucesivamente, durante dos semanas", desgrana el coronel Carlos Presa. La primera semana se ha hecho lo mismo, pero con el simulador.
¿Cómo son los simuladores?
El coronel Presa explica que los saltos tecnológicos van, en ocasiones, más rápido que la capacidad de la mente para asimilarlo. Por eso insiste en lo valioso de que los pilotos conozcan y se hermanen con las tecnologías de los aviones de sus países aliados.
La concentración de los pilotos en las máquinas es total. Cuentan con uno de los mayores complejos de simulación aérea de Europa. Tiene 30 cabinas virtuales de cazas desarrolladas por una empresa estadounidense. El complejo permite entrenar a pilotos y controladores en la misma habitación. Se estrenó el año pasado. No es un simulador para entrenar la destreza individual del piloto, sino su capacidad de equipo y liderazgo. Algo así como un máster de dirección para aviadores de guerra.
¿Se disparan misiles?
No en la práctica real. De hecho, los cazas que participan en el TLP no portan misiles reales, sino dummies -prototipos, maniquíes-. Ahora bien, sí se dispara en los simuladores del programa TLP que entrenan para la batalla aire-aire. Para derribar a otro avión. Sin embargo, hace décadas que un avión de la OTAN no entra en combate aéreo real.
"A principios de la I Guerra Mundial, los aviones y globos se utilizaban para reconocimiento de frentes. Sólo eran un medio rudimentario de ataque. Hasta que alguien montó una carabina y empezó a disparar a otros aviones. Ahí nació la lucha aire-aire. Ahora se combate a 100 kilómetros, a lo que alcanzan las armas. Pero el aire-aire va más allá: desde interceptar un avión sospechoso hasta auxiliar a otro", explica el coronel Presa.
"El combate aéreo prácticamente no se da desde la guerra de Vietnam, hubo en Kosovo con cazas serbios".
El mismo coronel nunca ha entrado en combate aéreo: "Prácticamente no se da desde la guerra de Vietnam, hubo algo en Kosovo con cazas serbios…", desgrana. Lo que no le quita emoción al vuelo en un conflicto: "La estética que rodea al combate aéreo es una especie de baile. Otro F-18 retorciéndose a 200 metros de ti, vomitando humo... infunde respeto".
Los pilotos de caza están acostumbrados a no disparar en sus vuelos. Son, como en la Operación Vilkas, armas disuasorias. Aunque su avión cargue un arsenal millonario. Dato importante: los misiles, por sus componentes, caducan. Por ejemplo, el AMRAAM es uno de los misiles que utilizan, entre otros, los Eurofighter. Su precio ronda los 250.000 euros. En una misión, el caza europeo puede volar con varios. El arma, mortífera y precisa, trae fecha de caducidad por lo que hay que detonarla de forma controlada cuando se queda obsoleta. Y ese suele ser el final de muchos de los misiles europeos: no utilizarse en combate.
Los misiles se detonan de forma controlada cuando su vida útil llega a su fin. Se hace en polígonos habilitados para tal uso, "con elementos de seguimiento y telemetría para cerciorarse de trayectorias y comportamiento del proyectil", explican los expertos. Las detonaciones, en algunos casos, se utilizan como parte práctica en cursos de formación. Pero, de momento, el TLP de Albacete no tiene ningún polígono asociado para estos ejercicios.
Uno de los últimos misiles disparados en el aire por España lo fue por error, precisamente por un Eurofighter en una misión de adiestramiento junto a aviones franceses en Estonia, en una zona autorizada para estos ejercicios. Se trataba de un misil aire-aire que no causó ningún destrozo. El incidente, que se produjo en 2018, se investigó y se concluyó que se había tratado de un error.
¿Cuánto cuesta un curso?
Cada país cubre los gastos de transporte de su maquinaria y sus equipos. El convoy puede llegar por tierra, mar y aire. Cada curso cuenta con una media de 24 aviones de combate, más otros medios de apoyo: helicópteros, naves no tripuladas… junto al avión, pilotos, controladores y mecánicos. Los socios no pagan el curso. También se abre a terceros: "Hemos tenido pilotos de nuestras antípodas: Nueva Zelanda". Estos externos sí pagan: la factura ronda los 55.000 euros por piloto.
¿Cuándo se celebran?
Se organizan hasta seis cursos de TLP al año en condiciones normales. Aparte los teóricos y los seminarios sobre Ciberguerra. Al lado de las instalaciones de TLP está el Ala 14, la unidad del Ejército del Aire con sede también la ciudad albaceteña, en la Base de Los Llanos. Las instalaciones se complementan.
Hasta 900 personas ha llegado a albergar un solo curso del TLP. Algo menos de 600 -incluyendo pilotos, mecánicos, controladores...- en su última edición entre febrero y marzo. El TLP tiene hotel propio en la base aérea: cuenta con unas 400 habitaciones. Pero también hay personal que se aloja en la ciudad. Así los albaceteños están acostumbrados a ver en sus mejores hoteles tripulaciones uniformadas con diferentes banderas. Los cursos atraen también a la ciudad a no pocos aficionados a la fotografía de aviones militares.
¿Por qué Albacete?
EL TLP se instaló en Albacete en 2009. Desde entonces, ha supuesto una inversión de más de 40 millones de euros en infraestructuras y equipos. Provenía de Bélgica. Allí, la situación, por el tráfico aéreo, se había vuelto insostenible. Lo explica así el actual jefe del programa. "Yo lo hice en Bélgica en el año 1999. Era una locura seguir una misión de reabastecimiento en vuelo en Inglaterra y el ataque a un blanco terrestre en Alemania. Cambio de espacio aéreo, cambio de controladores… Demasiado encorsetado". Así, se optó por España: por la oferta de espacio aéreo y la climatología. Desde Albacete, los aviones pueden moverse del oeste de Cuenca hasta Murcia y el sur de Baleares.
Se eligió Albacete por el espacio aéreo: desde allí se vuela de Cuenca a Murcia y Baleares.
En la Base de Los Llanos de Albacete cuenta con una larga trayectoria aérea. Además del TLP y el Ala 14, está la Maestranza -la unidad militar encargada del mantenimiento de aviones- y la ciudad cuenta además con un Parque tecnológico Aeronáutico en el que está Airbus. "Esperemos que el TLP siga aquí muchos años", concluye Presa. Albacete también.
El TLP crea, según un estudio de la Universidad de Castilla-La Mancha, unos 150 puestos de trabajo directos y hasta 800 indirectos y ha generado en la ciudad un impacto económico de seis millones de euros. Es el rédito de convertirse, seis veces al año, en la capital mundial de los aviones de guerra, aunque eso suponga de tanto en tanto, escuchar estruendos en el cielo. Son los rugidos de los motores de la fuerza aérea de la OTAN.