Noticias relacionadas
Señala el Instituto Cervantes en su refranero multilingüe que la idea clave que se esconde bajo el simbólico "culo veo, culo quiero" es el capricho. Pero hay un sitio donde la frase se utiliza de forma literal: "Doctor, quiero el culo de Jennifer Lopez", piden, desde hace tiempo, algunas mujeres en las clínicas de cirugía estética. O el curvísimo y operadísimo de Kim Kardashian, que ha convertido su retaguardia en su propia marca.
En España, ahí donde el capricho corporal se convierte en negocio, el fenómeno Chanel ha venido a echar una mano: "Logra el Booty Hypnotic de Chanel", se promociona una clínica estética madrileña en referencia a la representante española en Eurovisión. La clínica oferta un sistema de radiofrecuencia para ganar firmeza en el trasero mientras recuerda que la búsqueda del "culo de Chanel" ha crecido un 400% en Google.
Pero además de radiofrecuencia o gimnasio, hay quienes para presumir de trasero prominente no tienen miedo al quirófano. Según la clínica estética Diego de León, este tipo de operaciones están aumentando este año a un ritmo del 30%. Se llama gluteoplastia. Es una intervención para aumentar y levantar el trasero que, aparte de ayudar a la cosificación del cuerpo, no está exenta de riesgos físicos.
La operación estética de la que hablamos comenzó a crecer en España hace algo más de un lustro. En 2018, último ejercicio con datos de la SECPRE, Sociedad Español de Cirugía Plástica Reparadora y Estética, se alcanzaron las 9.600 operaciones de este tipo.
"Hay una doble tendencia: por un lado, se impone cada vez más el estilo latinoamericano, con una clara influencia de la cirugía plástica de países como Venezuela y Brasil, y además, se acerca el verano", explica el doctor Miguel de la Peña. "Estamos viendo que, desde el año pasado, las operaciones para aumentar el glúteo aumentan entre un 30% y un 35%", cifra. "Muchas chicas buscan un culo proyectado, como una de las Kardashian, mucha gente nos pregunta por ello. Antes era marcar el pecho, ahora tener un culo respingón", añade. También hay modas en la concepción del cuerpo como escaparate.
"Muchas chicas buscan un culo proyectado. Antes era marcar el pecho, ahora tener un culo respingón"
Maritina Martínez Lara, cirujano plástico y Vocal de Ética e Intrusión de SECPRE, coincide con el doctor De la Peña en el aumento de las gluteoplastias, aunque, con los datos de la Sociedad de Cirugía sobre la mesa, apunta a un crecimiento más contenido. "Ha habido un incremento desde el 2015, aunque de 2018 a 2019 dicho incremento se ralentizó, pero sigue siendo la cirugía que más ha subido", añade.
Según los últimos datos de la Sociedad de Cirugía "el aumento de glúteos supone un 2,4% del total de las cirugías", señala la doctora. En 2018 se realizaron en España unas 400.000 operaciones de estética: el 2,4% supone un total de 9.600. Con estas cifras, recuerda la cirujana Martínez Lara, se trata de una cirugía que está muy lejos de las más extendidas, como el aumento de pecho.
Silicona o grasa propia
La cirugía de aumento de glúteo puede realizarse de dos formas. Con prótesis o con grasa propia. Las prótesis son similares a las del pecho, pero tanto el postoperatorio como el día a día son algo más complejos. En segundo lugar está el relleno con la propia grasa, en la mayoría de los casos, proveniente de una liposucción. Ambos tratamientos rondan los 5.000 euros. La mayoría de las clínicas ofrecen sistemas de financiación.
El doctor De la Peña no suele recomendar los implantes. Asegura que se registra un amplio porcentaje de retirada de los mismos. Es decir, pacientes que terminan por quitarse las prótesis. Son similares a las de los pechos, pero llevan mucha más presión y, además, "el postoperatorio es muy duro", desgrana. Atención, aún hay más: "Hay que estar un mes sin sentarse y durmiendo bocabajo". En su clínica, ni lo recomiendan, ni lo hacen. "Mucha gente a los seis meses se los quita", recalca.
La segunda fórmula para aumentar el trasero es el autotransplante de grasa. Se llama lipotransferencia. Pero también tiene sus problemas. El primero: se necesita grasa sobrante del mismo cuerpo, pero no todos los pacientes que buscan un culo más abultado son personas que la tengan.
En la clínica este tipo de operación para buscar un culo melocotón, Kardashian o Chanel cuesta sobre unos 5.200 euros. Suele incluir liposucción en dos zonas: abdomen y flancos. Si hay que ampliar el campo de actuación, es decir, reducir brazos u otras partes, el presupuesto varía.
Margarita es peruana y tiene 30 años. Llevaba años soñando con unas nalgas más grandes y subidas. "Yo soy pequeña, tengo caderas pero no tengo volumen y de perfil no me gustaba cómo me veía. Como me sobraba grasa en el abdomen me recomendaron remodelar y me animé", cuenta a EL ESPAÑOL | Porfolio desde la consulta de la clínica en la que se operó hace un mes.
"De perfil no me gustaba. Me sobraba grasa en el abdomen y me recomendaron remodelar y me animé"
La joven ha acudido a la revisión y no oculta su satisfacción. "Antes de hacerlo vine varias veces a informarme, tenía muchas dudas, pero ahora estoy muy contenta, ya ha pasado un mes y estoy a punto de lucir los resultados", explica. Le falta retirar las fajas que le sujetan tanto la zona de la liposucción como el trasero. Eso en lo físico, porque en lo económico, tendrá un recuerdo periódico. Margarita, que trabaja como administrativa, ha financiado la operación. "Me ha costado sobre 5.000 euros".
Recuerda el doctor Miguel de la Peña que los chicos también buscan este tratamiento, sobre todo muchos chicos musculados: "Hay mucho chico fit que no quiere tener el culo plano". En cualquier caso, ganan las mujeres.
'Catálogo' de culos
Personalizado. En la mayoría de las clínicas el glúteo se diseña de forma personalizada para cada paciente.
'Push up'. Se ofrece glúteo con elevación push up, con proyección o con volumen
Simetría. Remodelado de glúteos para redondear o para corregir asimetrías
'Banana roll'. Eliminación de las zonas conocidas como 'banana roll': los cúmulos de grasa que se acumulan en forma de banana en la zona subglútea, entre el glúteo y el muslo.
No todo se puede elegir. Además del resultado que quiera el paciente, se analiza su fisionomía y su estilo de vida.
Gaviota o cuadrado. "La remodelación es diferente si es para una mujer o para un hombre", explica el doctor Miguel de la Peña: "Para el culo de la mujer, al terminar la espalda se busca dar una forma de alas de gaviota. En cuanto a los chicos, se apuesta por un cuadrado en el centro para que se les marque el músculo".
Para la lipotransferencia el paciente está sedado y la operación suele durar unas horas. Se quedará al menos un día en el hospital, recuerda el doctor. Punto clave en la recuperación, ¿cuándo volver a sentarse? "En principio, se necesitan 48 horas de reposo y llevar una faja en la zona de la liposucción".
Ambas intervenciones requieren entre tres y cuatro horas de quirófano de media. Pero si la operación de prótesis puede complicarse, todavía es más delicada la lipotransferencia, considerada una de las cirugías estéticas más peligrosas del catálogo de retoques. Por eso, todos los doctores consultados coinciden en una cosa: es fundamental que los médicos sean cirujanos experimentados.
El turismo quirúrgico
Además de problemas de asimetrías, o cirugías mal realizadas, desde SECPRE, la doctora Maritina Martínez Lara recuerda una de las claves a tener en cuenta a la hora de operar unos glúteos: el embolismo graso, una complicación que puede llevar a la muerte del paciente. "No son tonterías", recuerda con severidad. Lo explica: "La grasa puede llegar hasta el pulmón si se mete en el músculo". Por eso, "no se puede implantar grasa dentro del músculo, sino que tiene que tratarse de un implante más superficial". Recuerda, en ese sentido "que no hay tanto sitio donde poner". Desde 2018 están reguladas este tipo de infiltraciones algo que asegura, "ha reducido considerablemente las complicaciones".
En EEUU ha habido verdaderos problemas con el llamado "turismo quirúrgico", señala la doctora Martínez Lara, sobre todo en Miami. "La gente va y se opera en sitios donde es más barato y luego, enseguida, se sube a un avión y esto no es una tontería de cirugía, hay que hacerlo bien y en un buen hospital".
La doctora, con clínica en Granada, alerta mucho sobre esos viajes quirúrgicos que también afectan a España. "La importancia de un buen postoperatorio es clave. Aquí vemos a mucha gente que se va a operar a Turquía o que se opera en sus países latinoamericanos de origen y se les complica el postoperatorio ya en España, y entonces, ¿qué haces? Hay que tener más cuidado".
"La gente viaja y se opera en países baratos como Turquía. Pero si se complica el postoperatorio, ¿qué haces?"
Asegura Martínez Lara que se ha encontrado con casos de complicaciones de pacientes que buscaron estas ofertas. "Los pacientes lo banalizan y sólo piensan en el precio, pero una cirugía es una cirugía, hay que pensar también en el postoperatorio, que hay que hacerlo bien y con tranquilidad", insiste. Ella misma asegura, ha tenido que "retirar unas cuentas prótesis de glúteo" por esta cuestión.
Turquía se especializó hace años en implantes de pelo, concentrando una amplia clientela de hombres europeos que viajaban al país de la media luna atraídos por sus bajos precios. Paralelamente, la creciente industria estética turca ha ampliado su abanico: "Hemos visto eslóganes como 'si vienes y te traes a una amiga, ¡te opero por la mitad!'", cuenta la doctora.
"No es lo mismo hacerte una rinoplastia, que a la semana estás bien, que una gluteoplastia o una abdominoplastia", insiste la cirujana. Muchos de estos pacientes, señala, terminan luego en hospitales de la red pública española cuando hay complicaciones. "Cualquier cirugía larga requiere de un buen postoperatorio, porque si la sangre se acumula puede generar trombos, porque no se puede estar varias horas en un avión, y además, llegan a la operación sin los estudios pertinentes".
En España, recuerda la doctora Martínez Lara, los cirujanos realizan varias visitas antes de operar. "Primero tienes una entrevista personal con el cirujano, luego otra con el anestesista, si se ve algún riesgo se modifica la planificación antes de entrar en quirófano", enumera. Pero, cuando la operación es en Turquía, dice "todo el estudio se hace online". "Hay cirujanos estupendos en todas partes, igual que aquí, pero la gente se sube muy rápido a un avión", concluye.
La doctora Maritina Martínez Lara distingue entre dos tipos de pacientes a la hora de hablar del tipo de retaguardia que se prefiere. "Hay mucha población. La mujer española tiene otro canon y un cuerpo distinto, quiere un glúteo que no esté caído o sea muy plano, busca un poquito de proyección. Ahora bien, las pacientes de Sudamérica tienen otro tipo de cuerpo: buscan una cintura muy marcada, tienen una curva lumbar muy marcada". Señala, que el aumento de retoques estéticos en el glúteo es paralelo al aumento de liposucciones. "Ya que se toca, se toca todo el cuerpo y desde hace unos años se ha puesto más el interés en el trasero".
"Más o menos el 50% de nuestros clientes son latinoamericanos", explican desde la dirección de la Clínica Centro Europeo Médico Estético de Madrid. Al igual que el resto de clínicas, aseguran que lo que más piden los pacientes es la lipotransferencia. Las prótesis, nos explican, son más demandadas "por pacientes transexuales que apenas tienen grasa, que son todo músculo".
'Vacunas' contra la flacidez
Otra de las técnicas que ofrecen en las clínicas para reafirmar el trasero son los rellenos de ácido hialurónico. Es por la que ha optado Milieza. Tiene 32 años, es de Guatemala y lleva varios años en España. "Soy muy delgadita y hago mucho deporte, muchas sentadillas, pero no conseguía volumen en el glúteo", explica. Por eso, esta clienta habitual de la Clínica Diego de León –"me suelo poner botox y relleno de labios", dice- optó por las inyecciones de ácido hialurónico. Le pincharon unos 20 viales. En euros: unos 3.200. Financiado. "Para poder pagarlo poquito a poquito", explica Milieza, que trabaja como dependienta en una tienda.
Milieza asegura que no sintió más molestia que el momento de los pinchazos. Después le salieron unos hematomas. Echa de menos, asegura, entrenar en el gimnasio, porque durante los últimos 15 días lo ha tenido prohibido. Para mantener su nuevo culo tendrá que volver a la clínica: el cuerpo absorbe el ácido hialurónico y con el tiempo, perderá el volumen. Para mantenerlo, como el botox, tendrá que repetir pinchazo y volver a pasar por caja. Querer -y tener- un culo Chanel, JLo o Kardashian, además de riesgos, también tiene su precio.