Ahí va un ejemplo: el pasado febrero, la diputada del PP Isabel Borrego redactó una pregunta parlamentaria por escrito en la que pedía conocer el número de puestos de trabajo que hay en las casas cuartel de la Guardia Civil en Álava. Ese papelito se llevó al Registro del Congreso de los Diputados, el personal ahí lo selló y lo elevó a los letrados de la Cámara, quienes lo analizaron y dieron su aprobación. Después, se trasladó a la Mesa, se admitió a trámite, se publicó en el Boletín de las Cortes y se dirigió al Ministerio de turno (en este caso, Interior) que, como está obligado a contestar, movió por su parte toda la maquinaria para encontrar la respuesta y comunicarla.
Hasta ahí, todo normal en cuanto al funcionamiento de cualquier parlamento democrático del mundo. Pero este caso tiene una particularidad. Justo después de ese proceso, se volvió a hacer todo de nuevo por una pregunta casi idéntica. Aunque en vez de centrar el tiro en Álava, se pidió información de los cuarteles de Badajoz. Luego, otra más, de Cáceres. Y así con todas las provincias del país, una a una, ciudades autónomas incluidas. Se hacen 52 preguntas donde se podía resolver con sólo una: ¿Cuántos puestos de trabajo hay en cada casa cuartel de la Guardia Civil?
El Congreso de los Diputados está viviendo algo que nunca había vivido, o no como ahora. La legislatura actual (la XIV) es en la que más spam parlamentario se está registrando. Los diputados han llegado esta semana a sus vacaciones con medio millón de iniciativas parlamentarias, replicando de manera constante técnicas como las descritas en los párrafos anteriores y provocando una saturación de la Administración con fines espurios.
EL ESPAÑOL | Porfolio ha calculado las iniciativas parlamentarias que cada uno de los diputados del Congreso ha llevado a cabo a lo largo de esta legislatura. Son un total de 431.532. Pero, aunque en el concepto iniciativas cabe prácticamente cada actividad que se lleve a cabo en el Parlamento, lo cierto es que gran parte de ellas son esas preguntas por escrito que se comportan como spam.
Es decir, lo que aparentemente es una gran cantidad de trabajo, en realidad se trata de una cortina de humo para inflar las cifras. La Cámara Baja se está instalando cada vez más en el puro filibusterismo (según la RAE: "obstruccionismo parlamentario"), y la hiperactividad aparente contrasta con importantes retrasos y atascos a la hora de sacar leyes adelante.
Los que más llevan a cabo esta práctica son los partidos de la oposición, como es lógico, ya que su labor es la de fiscalizar las actuaciones del Gobierno. Sin embargo, la presencia de Vox es mucho más notable, copando los primeros puestos del podio y con Macarena Olona todavía a la cabeza de todos los diputados del Congreso (10.864 iniciativas), a pesar de no encontrarse ya en la Cámara. Y es que, según ha podido saber EL ESPAÑOL | Porfolio, Vox obliga a sus parlamentarios a registrar un número concreto de preguntas escritas a la semana.
"Sí que se ha notado un incremento brutal esta legislatura", reconoce un miembro del gabinete de uno de los principales ministerios de la rama socialista del Gobierno. "Genera muchísimo trabajo para las asesorías parlamentarias y está pasando porque no hay límites", añade. "Lo peor es que luego no se ve que hagan ruedas de prensa utilizando la información que les facilitamos. Acaban en nada", se queja otro miembro de otra cartera del mismo signo.
Aunque aumenta, no es un fenómeno nuevo. "Esto es algo que ha sucedido siempre. El PSOE también lo ha hecho cuando ha estado en la oposición. Siempre se ha dado toques a los diputados que no hacían estas cosas", explica Javier Pérez, director de Political Watch, que gestiona el portal Qué hacen los diputados, y que está trabajando en un estudio sobre este tema junto a Maldita.es. "El problema es que ahora ha cogido unas dimensiones nunca vistas. Si nos atenemos sólo a preguntas, en lo que va de legislatura hemos calculado 89.942 preguntas escritas. En la anterior fueron 11.997 en total", añade, en referencia a la legislatura XII ya que la XIII acabó pronto al no formarse Gobierno.
¿Y por qué se llevan a cabo este tipo de prácticas? Ahí la respuesta ya es más compleja de encontrar y cada diputado tiene sus motivos.
¿Qué son las iniciativas parlamentarias?
Pues, como su propio nombre indica, es cualquier tipo de acción que se lleve a cabo en el Congreso de los Diputados. Aquí entran las preguntas orales, las proposiciones de ley o las proposiciones no de ley... Sin embargo, la mayoría de las iniciativas son preguntas por escrito. Esto es debido al 'spam' parlamentario. Es llamativo que los grandes líderes de los partidos registran pocas de estas preguntas. Se debe a que están a otras labores, como interviniendo en los plenos.
Vox obliga a ello
El 3 de diciembre de 2020 el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, tomó la palabra en la Cámara. Era el último día del debate sobre los Presupuestos Generales del Estado y los otros partidos habían estado criticando su pasotismo, acusándoles de tener poco sentido de Estado, al no haber incluido ni una sola enmienda a las cuentas presentadas por el Ejecutivo. Cuando Espinosa habló, sin embargó, capeó el temporal diciendo que nada de eso era verdad, que ellos trabajaban un montón: "Vox es el partido político con más iniciativas parlamentarias en esta Cámara", dijo.
Este es solo un ejemplo anclado en un año. De vez en cuando siguen saliendo las noticias de quiénes son los parlamentarios más 'currantes', los rankines de quiénes registran más iniciativas y quiénes menos. Con la salida de Macarena Olona de la Cámara Baja para ocupar su nuevo puesto en el Parlamento andaluz, volvieron esas palabras ya habituales: la alicantina había sido una de las que más había trabajado en el Congreso.
Y, efectivamente, los datos parecen indicar eso. Antes de abandonar la Cámara Baja, Olona registró 10.864 incitativas, la que más de todo el Congreso. La mayoría -8.312- son preguntas escritas. Aunque hay de todo tipo, suele apelar al Ministerio del Interior. Por ejemplo, Olona preguntaba por cada detención de inmigrantes: "Detención de un hombre marroquí por abusar sexualmente de una mujer con discapacidad en Manacor (Mallorca)" o "Detención de un joven argelino por arrancar el collar de una mujer mayor mientras paseaba por la calle Muralla, en pleno centro de Figueras (Girona)". Así, con cada una que salía en los medios.
También se ha interesado por las plazas de agentes de la Guardia Civil que hay en España, registrando una pregunta por provincia, o incluso el estado en el que se encuentra la "climatización de cada uno de los centros penitenciarios de Cádiz". Una de las más sonadas es que preguntó, junto a otros diputados, cuántas vacunas había donado España a… y, replicando el mismo texto, se preguntaba de forma individualizada por cada país del mundo, desde Togo hasta Uganda. Hay días en los que registró más de 30 preguntas.
El siguiente en la lista de más 'productivos' del Congreso es su compañero de formación Víctor González Coello de Portugal -con 10.478 iniciativas-, aunque muestra un perfil distinto. Él se ha especializado en retribuciones. Por ejemplo, ha preguntado por los salarios de los altos cargos de todas las empresas, entidades y fondos públicos existentes, registrando una pregunta por cada uno de ellos y a pesar de que esa información ya suele encontrarse en internet. También ha preguntado por lo que cobran los máximos responsables de la UNED, pero haciéndolo centro a centro.
Aunque en el Congreso hay 349 escaños y Vox ocupa 52, todos sus diputados -menos uno, Santiago Abascal- están dentro de los 90 que más preguntan. Y es que, según ha podido saber EL ESPAÑOL | Porfolio, la formación ultraderechista obliga a sus parlamentarios a registrar un mínimo de preguntas a la semana. "Es una estrategia marcada", reconoce una fuente parlamentaria de Vox a esta revista. "Al principio, la dirección pedía a cada diputado que se registraran, creo recordar, unas 50 preguntas a la semana -eso, por 53 diputados son 2.650 semanales-. Ahora ya no están tan encima con esos objetivos porque todos los diputados ya los cumplen", añade.
Desde el Gobierno han llegado a sospechar que Vox tiene un programa informático para realizar esta tarea de spam. Primero, porque hay días en los que el mismo diputado presenta 30 o 40. Pero también porque las preguntas son remitidas en un formato especial de PDF que no se puede copiar y pegar -lo que obliga a hacerlo todo a mano- y cada vez que aparecen listados, como en el caso de los países, siempre están ordenados de manera alfabética. Las fuentes parlamentarias consultadas por este diario, sin embargo, ni confirman ni desmienten ese extremo.
¿Y toda esta producción a cuento de qué? "Una razón es la de estar presente en el debate político y decir que preguntas mucho por el dinero público, por tu territorio o tu especialidad", comenta Javier Pérez, director de Political Watch y que estima que entre el 30 y 40% de las preguntas que se hacen son directamente spam.
"Pero viendo lo que supone para los ministerios responder todo esto, hay algo más, hay una especie de estrategia de agotamiento del Ejecutivo: cuanto más tiempo requiera responder a tus preguntas, menos tiempo hay para otras cosas. Además, para el Congreso es una carga burocrática que retrasa otros procesos parlamentarios", apuntala.
Los ministerios se quejan
La siguiente formación en cuanto a número de iniciativas presentadas es el Partido Popular. Aunque con una intensidad mucho menor que en el caso de Vox, lo cierto es que ambas formaciones copan el Top 100. El primero en aparecer en el ranking y que no pertenece a ninguno de estos partidos es Sergi Miquel, del PDeCAT, y está en el puesto 75. El catalán acostumbra a preguntar al detalle sobre la ejecución de los importes asignados en los Presupuestos Generales del Estado a infraestructuras locales.
Entre los populares, los que más iniciativas han registrado son José Ignacio Echániz -7.334- e Isabel Borrego -7.286-. Ella es ducha en registrar peticiones de información sobre la Guardia Civil, como la explicada en los párrafos iniciales de este reportaje, además de cuestiones relacionadas con Murcia, la circunscripción por la que es diputada. Por ejemplo, en marzo preguntó sobre el dinero invertido en cada puesto de la Guardia Civil, preguntando uno por uno.
Él, Echániz, en cambio, se ha convertido en un profesional en esto de fragmentar las peticiones de información. En vez de preguntar por la eficacia del Plan de Choque por el Empleo Joven, registró 40 preguntas interesándose por cada una de las medidas, una por una. A ello hay que sumar que es un gran lector de prensa y pregunta al Gobierno si tiene previsiones de atender cualquier crítica que le haga algún especialista de la salud, ya sea la presidenta de la Asociación Española de Medicamentos Genéricos, hasta la del presidente de Farmaindustria, pasando por una petición que hizo al Ejecutivo la Sociedad Española de Medicina del Deporte.
Según explican fuentes gubernamentales a esta revista, el encargado en el Ejecutivo de gestionar todo esto es el Ministerio de Presidencia, capitaneado por el Sr. Lobo de la Moncloa Félix Bolaños. Es la secretaría de Estado de Relaciones con las Cortes la que hace de policía de tráfico de todas las preguntas que se registran, la que decide qué ministerio contesta -en caso de que no esté claro y se solapen competencias-, y la que está pendiente de que se cumplan los plazos, ya que el Gobierno tiene 20 días para responder.
"A ver, no es que estemos sin dormir. No somos Macarena Olona que se pasa la noche en vela para hacernos tantas preguntas, pero sí que estamos notando una saturación importante. Porque hay un servicio en el Ministerio de asuntos parlamentarios y otros funcionarios que ya sólo se dedican a responder estas cosas", comentan con sorna a esta revista desde una de las carteras socialistas del Ejecutivo.
"Los datos que se piden no se usan en debates ni en ruedas de prensa para criticarnos"
"Lo único para lo que sirve es para que la gente diga 'fíjate cuánto trabaja este diputado'. Porque, luego, las respuestas no tienen entidad política. No se utilizan en los debates del Parlamento, ni se hacen ruedas de prensa para criticarnos por una gestión u otra. ¿Me estás diciendo que en el Gobierno hacemos el trabajo tan bien, que los datos que damos son tan perfectos, que de las 2.000 preguntas que te he respondido no me has encontrado una pega? No. Están inundando los servicios de los gabinetes de los ministerios y ya", critica.
¿Y el Gobierno qué?
El Gobierno tampoco sale airoso de esta situación de filibusterismo que se ha instalado en el Congreso de los Diputados. Primero, porque cuando los partidos que lo forman han estado en la oposición y no a los mandos de la Moncloa, han hecho exactamente lo mismo -aunque las cifras de esta legislatura son inéditas por altas-. Segundo, porque los miembros de la Mesa, con presencia mayoritaria de los socios de coalición, no siempre cumplen con sus obligaciones, así como tampoco lo hacen siempre los ministerios.
"El Gobierno tiene que responder en 20 días y, si no, se tramita como pregunta oral", explica Javier Pérez. "Pues nos estamos encontrando unas 600 o 700 que ni se han contestado ni se han tramitado como pregunta oral. Hay algunas incluso de 2020… están en un limbo y no sabemos por qué. Aquí no sólo podemos criticar el exceso de preguntas, sino que en situaciones como esta también están fallando los ministerios al no contestarlas o la mesa al no convertirlas en preguntas orales", añade.
-¿Y los diputados de los partidos en el Gobierno qué preguntan?
-Hay varios casos. En la mayoría, piden datos. Se los piden al Gobierno, en vez de buscarlos ellos, para luego usarlos en comisiones, por ejemplo. En otros casos, como se deben a colectivos locales o de la sociedad civil, preguntan para que se vea que trabajan en una u otra dirección. También puede haber control parlamentario cruzado, que los del PSOE pregunten a Unidas Podemos y viceversa.
-¿No hay preguntas para sacar pecho, para que el Gobierno de unos datos en los que quede bien?
-También. Pero lo que estamos viendo es que una parte importante de las preguntas que se quedan sin responder son autopreguntas. Cuestiones que desde el Ejecutivo, agobiado por no llegar, son las primeras que dejan sin resolver. Además, saben que los suyos no van a perseguir esa respuesta.
Si miramos los datos de los parlamentarios del PSOE y Unidas Podemos que más iniciativas han registrado, se encuentran esos ejemplos de los que habla Pérez. El socialista más activo, José Zaragoza, ubicado en el puesto 97 del ranking total con 1.226 iniciativas registradas, hace preguntas muy blancas y fáciles para que el Ejecutivo quede bien. Por ejemplo, ha preguntado por el número de beneficiarios de un programa de ayudas contra el impacto económico de la Covid-19 o las "previsiones acerca de seguir impulsando, en colaboración con el Banco de España, un código de buenas practicas" para mejorar la atención bancaria de las personas mayores.
En cuanto al ala morada del Ejecutivo, su punta de lanza es el coportavoz de la formación Javier Sánchez Serna. Ocupa el puesto 130 del ranking, con 601 iniciativas registradas. Él tiene un perfil más local, atendiendo a los intereses de su circunscripción: Murcia. Aunque también cae en el spam parlamentario con preguntas como, por ejemplo "Número de personas que se han beneficiado de la garantía del suministro de energía eléctrica, derivados del petróleo, gas y agua en el Ayuntamiento de La Unión (Murcia)", y repitiendo la misma por cada municipio murciano.
Con este panorama encima de la mesa es con el que los diputados se han ido de vacaciones. Algunos lo harán sacando pecho de todo lo que han trabajado. Otros sabrán lo que hacen y no sacarán tanto, aunque lo seguirán haciendo porque el partido se lo exige. Mientras, el retraso de las iniciativas legislativas, lo que de verdad importa, sigue siendo demasiado grande. Debe de ser que los diputados están demasiado ocupados mirando listas de municipios para hacer 60 preguntas en vez de una.
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