Cuando una manzana cae del árbol podríamos pensar que es por la fuerza de la gravedad; pero también que la cortan de noche unos monstruos al servicio de oscuros poderes que conspiran para acabar con el consumo de sidra. Esta segunda opción es propia de mentalidades atrabiliarias como la de Romana Didulo, la canadiense de origen filipino que se ha convertido en un quebradero de cabeza para la Policía Montada.
Didulo es una influencer hiperventilada y líder de un movimiento marginal vinculado a QAnon, una secta de orates de extrema derecha que alienta una surrealista teoría de la conspiración. Sus creyentes denuncian la trama secreta de un “Estado profundo” dirigido por Barack Obama, Hillary Clinton y George Soros, que se la tienen jurada a Donald Trump. La trama estaría integrada por actores progresistas de Hollywood, políticos del Partido Demócrata y funcionarios de alto rango que participarían en una red internacional de tráfico sexual de niños. O sea, un delirio del tamaño de los Protocolos de los sabios de Sion.
QAnon ha vuelto a ser noticia esta semana después de un trágico incidente. Uno más que demuestra que el delirio conspirativo aparentemente inofensivo en el mundo virtual se transforma en una realidad terrorífica: Igor Lanis, de 52 años, abrió fuego contra su familia en Michigan, matando a su mujer e hiriendo a una de sus hijas. Su otra hija Rebecca, declaró a medios de comunicación locales que su padre nunca había sido violento pero que perdió la cabeza después de que Trump perdiera las elecciones de 2020.
Según la hija, el hombre comenzó creer en teorías de la conspiración sobre las vacunas, el 5G y los campos electromagnéticos y flirteó con QAnon y sus miembros a través de su comunidad en internet. Rebecca no dudó en responsabilizar al movimiento de la acción violenta de su padre.
Tanto en la ciencia como en la vida misma rige un principio elemental que ayuda mucho a acertar sobre si la manzana cae por un complot o por la gravedad. Se trata de la Navaja de Occam y es la mejor enmienda a la totalidad de las teorías conspirativas y de otras trampas que la irracionalidad tiende al sentido común. El principio lo formuló en la Edad Media el monje inglés Guillermo de Occam y postula que la explicación más sencilla es la más verosímil. QAnon y Didulo pasan del principio descubierto por Occam.
QAnon contra Trudeau
Romana Didulo es de esas personas que cuando se les pone algo en el moño no paran hasta conseguir cualquier cosa que se propongan, agitarán a las masas, ceñirán una corona y derribarán un gobierno. Tiene el don de poner los dientes en el borde del sistema, de morder hasta hacer sangre y de disfrutar con el alboroto que sigue.
Se ha autonombrado Reina de Canadá y sus miles de insumisos se oponen a las leyes y se enfrentan a la Policía. Sus frecuentes llamadas a la acción violenta y su capacidad comprobada para persuadir a sus seguidores, la han puesto bajo el foco de la Policía federal, que sigue su movimiento y la ha fichado como una de las activistas más peligrosas de QAnon en Canadá.
En medio de una erosión de la confianza en las instituciones democráticas del país, Didulo ha reclamado la soberanía sobre Canadá, ganando una popularidad limitada, pero creciente. Se ha convertido en una figura religiosa para sus prosélitos. Es carismática y ha creado un movimiento ella sola. “Un líder creará un problema y luego se ofrecerá para las soluciones, incluso si ese problema no existe. Y eso es lo que está haciendo Didulo a personas que tienen miedo y absoluta desconfianza en las instituciones de su país”, dijo a The Guardian Carmen Celestini, investigadora de desinformación de la Universidad Simon Fraser, de Columbia Británica.
Todo comenzó con el rechazo de los camioneros a la obligación de vacunarse contra la Covid, el movimiento 'Freedom Convoy' (Convoy de la Libertad), que paralizó Ottawa durante tres semanas el pasado febrero. “El gobierno no puede tomar el control de nuestras vidas y decirnos qué poner y qué no en nuestros cuerpos”, protestaban. Grupos de extrema derecha se unieron a las marchas y lograron bloquear varias calles de Ottawa con letreros a favor de Donald Trump y QAnon, banderas neonazis y carteles con imágenes del primer ministro, Justin Trudeau, que decían: “Se busca por crímenes de lesa humanidad”.
Matar a los vacunadores
En noviembre de 2021, en el punto álgido de la pandemia, mientras los sanitarios se apresuraban a vacunar a la mayor cantidad posible de canadienses, Didulo pidió a sus discípulos que ejecutaran a los trabajadores de la salud y a los políticos que apoyaban las campañas de vacunación. Publicó un mensaje en la aplicación de mensajería Telegram ordenando a su “Ejército del Reino de Canadá” destruir todas las vacunas y “disparar a matar” a cualquiera que vacunara a menores de 19 años.
Para sus más de 65.000 seguidores en Telegram, ella es la flamante Reina de Canadá. Para los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y de velar por la seguridad nacional, representa la prueba de que los teóricos de la conspiración en las redes pueden ser muy capaces de infligir daños en el mundo real.
En el punto álgido de la pandemia, Didulo pidió a sus seguidores que ejecutaran a los trabajadores de la salud
Didulo fue detenida por la Policía Montada y sometida a una evaluación psiquiátrica. Ya liberada, moderó sus proclamas. “Es muy calculadora, sabe lo que puede hacer y lo que no”, dijo a The Guardian Kurt Phillips, de la Red Canadiense Contra el Odio.
No tardó en volver a la carga y anunció que los “traidores” enfrentarían un tribunal militar que castigaría con “ahorcamiento”. Los trabajadores de la salud recibirían “no una, sino dos balas en la frente por cada niño que hayan dañado como resultado de la vacuna”. Didulo cree que cualquiera que haya recibido la vacuna de la Covid ha reestructurado su ADN y se convertirá, lenta pero inexorablemente, en un robot. Sin embargo, ofrece una cura que consiste en escuchar diariamente ciertos ultrasonidos.
Acabar con la “esclavitud”
Siempre resulta sospechoso quien esconde su pasado. Como buena sectaria, Didulo, de unos 50 años, cultiva la opacidad en su biografía, como si temiera que demasiada luz matara el misterio. Prefiere la tiniebla, que ahoga la verdad. En su web solo revela que, cuando a los 15 años quedó huérfana, emigró con su tío desde Filipinas a Estados Unidos. Se sabe que llegó a Canadá hace 30 años y en 2007 montó un par de empresas en Victoria (capital de la provincia de la Columbia Británica), ambas con poco éxito.
Más de una década después, en 2021, fundó su propio partido político nacionalista, Canada 1st, prometiendo acabar con la “esclavitud” de los canadienses, retirar al país de los organismos internacionales e inaugurar un mundo nuevo y feliz. Parecía convencida de que los actuales gobiernos están quemados y ya solo son humo que asciende y se desvanece en el aire.
El partido pasó desapercibido hasta mayo pasado, cuando su líder comenzó a adaptar sus discursos y vídeos a las narrativas conspiranoicas de QAnon y Didulo afirmó que estaba respaldada por una facción secreta del ejército estadounidense, un lugar común de QAnon.
Se ha autoproclamado “Reina de Canadá”, “Comandante en Jefe” y “Jefe de Estado y de Gobierno”. Según sus seguidores, la anterior jefa de Estado del país, la reina Isabel II, habría sido ejecutada antes de que se certificase, el jueves 8 de septiembre. Su sucesora, la Reina Romana, asegura que fue nombrada por “los mismos que ayudaron al presidente Trump”, en una referencia a los asaltantes del Capitolio. En el nombre de Romana Didulo, sus sectarios ven un anagrama de “I Am Our Donald” (Yo soy nuestro Donald).
Escoltada por un séquito de frikis, recorre el país en una autocaravana cubierta con banderas. En los pueblos, saluda a los seguidores —conocidos como “I Am” (Yo soy)—, que la reciben en escenas de entusiasmo que recuerdan las reuniones de los anabaptistas medievales en los pueblos de Inglaterra. La graban en teléfonos móviles, difunden los mítines en múltiples canales y aportan donaciones para financiar su gira y comprar una nueva autocaravana de 65.000 dólares para su Reina.
Gobernar por “decretos”
Cristina Sarteschi, profesora de Criminología de la Universidad de Chatham (Pensilvania), que ha estado estudiando a Didulo, ha escrito en The Conversation que la influencer tiene una vena vengativa. Se jacta de ser una dictadora y exhibe un comportamiento autoritario y abusivo hacia los miembros de su equipo, que reúnen todas las características de una secta.
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Algunos voluntarios que renunciaron, o simplemente la disgustaron, fueron amenazados con la ejecución, con dispararles o “colgarlos de helicópteros militares” y soltarlos “sobre un volcán o granjas de cocodrilos”, según denuncian quienes fueron sus seguidores.
Usualmente, habla de sí misma en tercera persona, proclamando su rango exorbitante. Por “decreto” cambió el nombre de la ciudad de Victoria por la de "Ciudad de la Reina Romana" y la provincia Isla del Príncipe Eduardo pasó a ser "Provincia de la Reina Romana".
Lo fácil es tomar a Didulo a la ligera, pero no es una figura inocua por su enorme influencia sobre legiones de insumisos, a quienes ha logrado convencer que los auténticos locos son los ciudadanos responsables, como sugiere esta frase atribuida a Nietzsche: “Aquellos que eran vistos bailando, eran considerados locos por quienes no podían escuchar la música”.
Ella escucha una música alienígena y la amplifica con una serie de órdenes que llama “decretos”. Didulo copia documentos, escritos en lenguaje leguleyo, de Ciudadanos Soberanos, el movimiento pseudoanarquista que tomó impulso durante la pandemia y desafía al Estado alegando que a sus miembros no les obligan las leyes de sus países de residencia o de cualquier otro. Para no pagar impuestos, deudas o suministros la Reina Romana les extiende “Reales Cédulas” de exención a cambio de que renuncien a cualquier documento civil como carnet de identidad, pasaporte, permiso de conducir y hasta partida de nacimiento.
Si bien las ideas de Didulo son grotescas, están teniendo un efecto real en Canadá. Cuando decretó que todos los servicios públicos son gratuitos, los impuestos son opcionales y las deudas se han condonado, a quienes se lo tomaron en serio les cortaron el suministro y se quedaron literalmente a oscuras.
Vivir de gorra
A medida que crece el apoyo a Didulo, varios seguidores en todo el país están aprendiendo que su lealtad a la líder tiene consecuencias en el mundo real. Los acreedores han emprendido acciones legales contra los gorrones de Didulo, que están perdiendo sus propiedades y hogares. Ella responde denunciando la ilegitimidad de los operadores y amenazándolos con la ejecución.
Didulo cree que el ejército chino invadió clandestinamente Canadá abriendo túneles secretos
Sus decretos de Jauja están dañando a sus partidarios, que no están libres de culpa. Se sienten atraídos por ella debido a la codicia que, como documenta Paul Tabori en su Historia de la estupidez humana, está en el origen de la sandez.
Pero no son necesariamente tontos de remate. De hecho, los seguidores de Didulo son unos listos que quieren vivir gratis total, consumir de gorra, ir de sinpa en sinpa, como en Jauja. Y ella les dice que es posible, que no pasa nada, que todo lo que tienen que hacer es creer en ella. Como la mayoría de los teóricos de la conspiración que postulan extravagancias, los discípulos de Didulo aprenderán por las malas que han sido engañados.
En realidad, están tratando de robar gas, electricidad y agua y de dejar de devolver el dinero que han pedido prestado a los bancos. Las “Reales Cédulas” les otorga el derecho a gasolina sin pagarla, a dejar de amortizar la hipoteca y conservar sus casas. Mientras tanto, pueden causar serios problemas en el mundo real, e incluso terror, para sus conciudadanos.
Alienígena con poderes
La Reina Romana es una caja esotérica de galletas surtidas que mezcla un mensaje de fundamentalismo cristiano con la afirmación de que los extraterrestres visitaron la Tierra hace 300.000 años, la creencia de que los políticos estadounidenses de alto rango son parte de una mafia de tráfico de niños y la utopía gorrona del movimiento Ciudadanos Soberanos.
Cuenta a sus seguidores que ella no es de este planeta, sino de una raza alienígena muy avanzada: una semilla estelar de Arcturia, una arcturiana con poderes sobrenaturales. Asegura que el ejército chino invadió clandestinamente Canadá abriendo túneles secretos y ella, como Juana de Arco, comandó sus fuerzas con ardor guerrero y despejó los túneles de los comunistas chinos. Una hazaña de relativo mérito considerando que dice ser una reptiliana que cambia de forma y asume cualquier apariencia física que elija, incluso puede volverse invisible en cualquier momento.
En su web afirma que el “comandante en jefe de Estados Unidos” le ha encomendado poner fin a la guerra en Ucrania actuando como “mediadora” entre Estados Unidos y Rusia. El presidente ruso, Vladímir Putin, un amigo cercano, le habría regalado personalmente un reloj autografiado. También dice tener acceso a los miles de millones de dólares almacenados en el Vaticano.
Didulo se viene aún más arriba cuando asegura poseer, a bordo de sus muchas naves espaciales, cámaras que curan enfermedades, regeneran extremidades y órganos, revierten el envejecimiento e incluso pueden hacer que uno sea inmortal. Promete acceso a esos milagros a todos sus partidarios y las publicaciones de Telegram sugieren que muchos de sus seguidores esperan con ansiedad su tratamiento, lo que posiblemente la obligue a establecer listas de espera.
Atributos psicopáticos
¿Qué impulsa a un lunático a creer y difundir ideas disparatadas y actuar en consecuencia y con convicción? Un estudio realizado en 2012 por psicólogos de la Universidad de Emory, en Georgia, identificó en estas personas atributos psicopáticos como carisma superficial, egocentrismo, deshonestidad, insensibilidad, deficiente control de impulsos e intrepidez. En el caso de Didulo, se podría añadir una completa ausencia de temor al ridículo.
“Lo peor que podemos hacer es burlarnos. Eso reafirma su opinión de que cuando se burlan de ellos, realmente están en el lado bueno: son los que conocen la verdad. Llamarlos locos o usar otros términos despectivos les confirma que están en el camino correcto”, dice la experta en desinformación Carmen Celestini.
Por mucho que el personaje sea de chiste, hay que tomarse en serio su ascenso. Puede dar risa, pero no es inofensiva y las autoridades deben tomar nota de la expansión de su movimiento. Sus edictos son tonterías tan delirantes como el empeño del barón de Münchhausen de salir del pozo de fango tirando de su propia coleta; sus tácticas ni funcionan ni pueden funcionar, no son legales y no existen lagunas que eximan a las personas de ser ciudadanos responsables.
La capitán Araña
Sus proclamas, aunque ridículas, condujeron al asalto de una comisaría. El pasado 13 de agosto, en una publicación de Telegram, la Reina Romana ordenó arrestos masivos de agentes de policía de Peterborough, una ciudad de Ontario a casi 300 kilómetros al suroeste de Ottawa. El plan era capturar policías y entregarlos a los militares para que fueran juzgados por crímenes de lesa humanidad y ejecutados.
No hubo, claro, nada de eso. Después de arengar a sus sectarios con un megáfono y de encender a la pequeña horda asegurando que fuerzas militares se harían cargo de los policías que pretendían capturar, un grupo de unos 30 fanáticos intentaron asaltar una comisaría. Cuando comenzó la gresca, ella huyó a su casa rodante. Sus partidarios fueron arrestados y acusados de agredir a policías. A ella le funciona muy bien el instinto de conservación, como al capitán Araña, el ladino capitán de barco que enrolaba marineros rumbo a América mientras él se quedaba en tierra.
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“De cualquier manera, ella gana —ha declarado Kurt Phillips a The Guardian—, porque si la Policía no hace nada, ella puede alegar que es porque están siguiendo sus edictos. Si hacen algo, alimenta la mentalidad de persecución de sus seguidores”.
Para quienes observan el repentino ascenso de Didulo, el incidente de Peterborough representa una clara escalada. En un tuit viral, la alcaldesa de la ciudad, Diane Therrien, llamó “cabrones” a los manifestantes y los mandó “a la mierda”.
El salto a Estados Unidos
La líder de QAnon en Canadá ahora ha puesto su mirada en Estados Unidos y ha empezado a exportar allí sus “decretos” como segunda etapa de su consagración como “Reina del Mundo”. “Quiere replicar ese movimiento en Estados Unidos y usar sus decretos como ley”, dice la profesora Sarteschi.
En julio, comunicó a sus prosélitos el establecimiento del “Reino de América”. Otorgó títulos nobiliarios a los estadounidenses que prometieron promover su reinado allí y nombró a un nuevo “comandante en jefe” de Estados Unidos, un tal David Carlson convertido en “Su Alteza el Rey David J. Carlson” y su esposa en “Su Alteza la Señora Sarah MG Carlson”. La pareja reside en Arizona, pero poco más se sabe de ellos.
El “Rey Carlson” afirma ser “Comandante en Jefe del Comando Civil de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos”. Sin pruebas que apoyen su afirmación, dice que se le otorgó el puesto después de un intento fallido de golpe “por parte del cártel de Clinton para abortar la toma de posesión de Donald Trump. Intervino el Ejército y se aseguró de que Trump asumiera el cargo”. Luego, los militares nombraron a Carlson rey de Estados Unidos.
Si los Carlson y Didulo se salieran con la suya, instalarían una “monarquía benevolente bajo la ley natural o la ley de Dios”. Los 80 “reales decretos” de Didulo se convertirían en ley y las personas en “seres soberanos libres”. Su sistema monárquico acabaría con la política divisiva y eliminaría las instituciones utilizadas por la “cábala malvada para lavar el cerebro a la humanidad”. De momento, el Rey Carlson ha designado un “Ministro de Inteligencia Global Nacional”, otro de la “Marina” y otro más de “Asuntos Globales”.
La autoproclamada Reina de Canadá pretende un régimen monárquico "benevolente" de ciudadanos soberanos
Incluso muchos fanáticos de QAnon están desconcertados por los intentos de Didulo de extender su “reino” a Estados Unidos. Aun así, Carlson y los supuestos ciudadanos del “Reino de América” “la respetan como líder y le piden permiso para hacer cualquier cosa”, dice Sarteschi.
Los seguidores de Didulo han empezado a contactar con funcionarios legítimos del país, advirtiéndoles que su reinado está comenzando. Uno de los leales súbditos de Didulo envió una carta a la fiscal general de Florida, Ashley Moody, que luego se publicó en Telegram, pidiéndole que alineara al estado con el nuevo gobierno de Didulo y Carlson. Están reclutando voluntarios para puestos de liderazgo en los 50 estados y ya han identificado “ministros” para 30 estados.
A la conquista del mundo
Los “decretos” de Didulo, que prometen abolir impuestos, deudas e hipotecas, son clave para su popularidad. Algunas medidas son extrañas pero inofensivas, como la de reducir los límites de velocidad en algunas calles para mejorar la seguridad de los patinetes. Otras son siniestras, como la pena capital para los administradores de vacunas o la de prisión de 30 años para los periodistas que critiquen a la Reina Romana.
El movimiento de Didulo se expande como una onda en el agua y ya tiene cabezas de playa en al menos 26 países. Además de en Estados Unidos, Didulo ha designado virreyes para Australia, Nueva Zelanda, Austria, Alemania, Inglaterra, Vietnam, Suiza, Hungría y el land alemán de Baviera.
Helen Edwards es ahora “reina, comandante en jefe y presidenta” de Australia y Nueva Zelanda. Afirma en su biografía personal que anteriormente ha trabajado como analista de delitos cibernéticos. Activista contra “los pedófilos de la cábala del Estado profundo que gobierna el mundo”, la primera publicación de Edwards en Telegram para sus súbditos proclama los cuatro pilares de su gobierno: Ley Natural, Reales Decretos, Cero Política y Monarquía. Siguiendo la estela de Didulo, Edwards se considera “una gobernante benévola”.
El nuevo líder de Alemania y Austria es “Su Majestad Real la Reina Regina”. “Su Majestad Real la Reina Xuyen Nguyen” gobernará Vietnam, y “Su Majestad Real la Reina Meryl” ha sido elegida para gobernar Suiza. Todos ellos, al igual que los cinco líderes del “Reino de Gran Bretaña por la Ley Natural”, discuten públicamente sus planes para aplicar la ideología de Didulo en sus respectivos pueblos y abolir el pago de las hipotecas cruzando los dedos para que sus súbditos no pierdan sus hogares.
Ciudadanos soberanos… y enloquecidos
No lo dice así, pero para Didulo el Estado es como un monstruo marino bíblico, una imagen del diablo, el Leviatán de Hobbes. Su movimiento es antigubernamental por naturaleza, sus fanáticos “ciudadanos soberanos” creen estar por encima de la ley y cuando actúan en consecuencia se meten en problemas. Un seguidor canadiense trató de evitar su detención por ciertos delitos entregando a un policía una “Real Cédula” expedida por su Reina Romana. A pesar del papel, fue detenido sin contemplaciones. Como la propia Didulo cuando mandó “disparar a matar” a los sanitarios que pinchaban la vacuna del coronavirus.
También tienen propensión a la violencia, como demuestra el enfrentamiento, en julio de 2021, entre la Policía y un grupo de entusiastas armados que cerraron una importante carretera en Wakefield, Massachusetts.
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Joseph Uscinski, politólogo de la Universidad de Miami y experto en teorías de la conspiración, advirtió en la televisión canadiense CBC News que, “en lugar de centrarnos en la influencia de la charla marginal en Internet, deberíamos considerar qué impulsa a los adictos de QAnon”.
Señala este experto que si bien incidentes como los de Peterborough son alarmantes, están lejos de ser novedosos. “Las generaciones pasadas han soportado pensamientos conspirativos durante el Terror Rojo, la caza de brujas y el pánico satánico. Su problema es que son verdaderos creyentes y piensan que están haciendo lo correcto. Y lo hacen con entusiasmo”. Como escribe Javier Marías en su novela Tomás Nevinson: “En el fanatismo hay siempre entusiasmo, por eso es tan peligroso y contagioso, todo lo pinta muy simple y eso atrae a las multitudes”.
Carmen Celestini afirma que “estas cosas no tienen fronteras. Y por eso nuestra respuesta como sociedad también tiene que ser sin fronteras. Tenemos que encontrar soluciones para lidiar con la desinformación y el sentido de injusticia, ya sea real o imaginaria, que son el sustrato de las teorías de la conspiración”.
La velocidad con la que ha crecido la audiencia de Didulo y la rapidez con la que sus sectarios se han vuelto activos en la calle es significativa de que la estupidez está en todas partes, y eso es lo alarmante. Según el economista italiano Carlo Maria Cipolla, la primera Ley Fundamental de la estupidez es que “siempre e inevitablemente cualquiera de nosotros subestima el número de estúpidos en circulación”.
Los mayores físicos del siglo XX como Einstein, Heinseberg, Poincaré o Hawking utilizaron la Navaja de Occam para cortar los hilos entre la ciencia y el delirio. Los conspiranoicos de Romana Didulo entre la razón y el delirio eligen lo segundo. Paul Tabori los incluiría entre los estúpidos. Si realmente lo son, ellos serán los últimos en saberlo: nadie los pone sobre aviso, porque la ignorancia de la estupidez equivale a la inocencia.
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