Los caminos del Señor son tan inescrutables como quién se esconde realmente tras el personaje de Isabel Preysler (71) que, emulando a El héroe de las mil caras de Joseph Campbell, desde hace más de cinco décadas ha sabido metamorfosear ese mismo personaje para no dejar nunca de ser 'la reina de corazones'. ¿El secreto? Sabe medir milimétricamente los tiempos. Sabe callar los secretos de sus amigos. Sabe escuchar a los que quiere. Y, sobre todo, sabe controlar su imagen.
En esa tricotomía que da la fama, celebridad o popularidad (ámbito público, privado e íntimo), Tamara Falcó (40) es todo lo contrario a la socialité filipina, que nunca ha dado puntada sin hilo. Tamaraes ciclón, tormenta eléctrica, terremoto y un arcoíris para la prensa, que en las últimas semanas se ha mostrado condescendiente a causa de la granizada ocasionada por el fenómeno Onieva. De los labios de Tamara surgen torrentes de palabras, dice lo que piensa, pero lo importante es cómo lo dice, con ese aire pijo que asume con la misma naturalidad con la que se aferra a su fe. Su madre ya le ha dejado por imposible. “¡Ya sabéis cómo es Tamara!”, suele decir la Preysler cuando su sucesora en el cuché se va de la lengua.
De repente, se hizo la luz. Un día cualquiera de 2012, Tamara entró en La Casa del Libro posó su vista en la Biblia. Ipso facto la compró. Su lectura le movió los cimientos de su interior, un nuevo horizonte empezó a aflorar por la relación que Cristo ha tenido con la Humanidad. Esa inspiración divina caló en sus huesos. Tras leer el Antiguo y Nuevo Testamento, Tamara no volvió a ser la misma.
“Me he enamorado de Cristo. Cristo es mi amigo fiel. Es la proyección viva de lo que mi corazón aspira a ser”, le comentó al periodista Jesús García en el libro Estamos de vuelta. Peregrinos españoles dan testimonio tras su asombrosa experiencia en Medjugorje. Aquel 2012, empezó una “experiencia religiosa” que nada tiene que ver con la que cantaba su hermano Enrique Iglesias. A raíz de aquella llamada del Señor, comenzó su conversión al cristianismo desde un ateísmo pasivo.
Tami, como la llaman sus familiares y amigos, había sufrido otra ruptura amorosa cuando después de dos años de relación, en el 2011 rompió con el italiano Tomasso Musini. El joven llegó a la capital para estudiar un posgrado en Ginanzas, necesitaba un alojamiento y Tamara alquilaba una habitación en su espectacular piso del Madrid de los Austrias para compartir gastos. Eligió al estudiante para compartir techo.
Tras la ruptura se sintió vacía, decepcionada, no era feliz. La casa materna fue su refugio. Ni la piscina climatizada interior, ni la piscina del jardín, ni los suelos de mármol, ni las figuras de porcelana fina, ni la servidumbre, ni los lujos que el dinero puede ofrecer podían confortar a una chica que pronto encontró el verdadero amor, el de Dios.
Durante la primera semana de agosto de aquel 2012, Tamara peregrinó a Medjujorge porque en este pueblecito de Bosnia-Herzegovina se reúnen cientos de jóvenes para celebrar el Festival de la Juventud ‘Mladifest’. ¿Por qué es importante esta localidad cercana a la frontera de Croacia? Porque, al parecer, desde 1981 empezaron las primeras apariciones de la Virgen, lo que conllevó el inicio de un sinfín de peregrinaciones y conversiones.
De momento Medjugorje no tiene el estatus de Fátima o Lourdes, pero Jesús García explica cuál es la postura de la Iglesia. “Benedicto XVI constituyó una comisión de investigación para los fenómenos de 2010 cuyo trabajo terminó cuatro años más tarde. Se hizo un informe para Doctrina de la Fe y esta se lo enseñó al Papa Francisco. El contenido es secreto”, asegura el autor, que añade que “ha habido filtraciones en las que, al parecer, el estudio da por ciertas las siete primeras apariciones y el resto lo deja en abierto para seguir investigando”. De hecho, el mismo Papa lo confesó en el avión oficial que le traslada por el mundo.
Son muchos los que afirman que hasta que no fallezcan todos los videntes no se puede producir la aprobación tras las respectivas comprobaciones en las que no existe un protocolo escrito, “pero no es cierto. Se puede aprobar. , de momento, todos los videntes de Medjugorje siguen vivos”.
Antes de su radical trasformación, Tamara había acudido en varias ocasiones a uno de los conventos que las Clarisas tienen a las afueras de la capital. Durante ese 2012, Tamara se volcó de lleno en los vericuetos católicos. Empezó a ayudar en el comedor social de Santa Micaela que gestiona la Orden de Malta e iba a misa diaria a la parroquia de Santiago y San Juan, que estaba muy cerca de su antiguo domicilio en el Madrid de los Austrias. Allí se preparó para recibir la confirmación, iba a misa diaria y recibía catequesis dos veces a la semana.
Tras prepararse, en mayo de 2013, llegó uno de los momentos más hermosos para Tamara, ya que en el patio de la Almudena recibió la confirmación de manos de Antonio María Rouco Varela (86), el entonces arzobispo de Madrid. Posteriormente dio testimonio de su fe a los niños del centro escolar religioso Edith Stein, viajó hasta Mozambique para apoyar al orfanato Casa do Gaiato, que acoge a decenas de niños sin hogar, y colaboró con la Fundación SOS.
A pesar de que EL ESPAÑOL | Porfolio ha tratado, sin éxito, contactar con Falcó, su representante, Susana Uribarri, ha ofrecido algunas unas respuestas breves de la socialité: “En Medjugorje conoció al padre Cruz”. Desde entonces, el padre Miguel Fernando Cruz ha sido su director espiritual, como ella misma nos confirma: “El padre Cruz es un sacerdote amigo que en muchas ocasiones me ha guiado espiritualmente. Pertenece a la parroquia de Santa Adela en Madrid”.
El religioso ha estado a su lado en todo momento, especialmente, en los más duros de su vida: la muerte de su padre Carlos a causa de la Covid, el fallecimiento de su abuela materna, Beatriz, ferviente católica y, por supuesto, el dolor que le ha supuesto la ruptura con Íñigo Onieva (33). A su lado también han estado, desde el punto de vista terrenal, Isabel Preysler (71) y su hermana Ana (33), que viajó ex profeso desde Dubái para consolarla.
Para conocer la personalidad del padre Cruz y de Tamara, EL ESPAÑOL | Porfolio ha contacto con el escritor Jesús García.
P.– ¿Cómo conoció a Tamara?
R.– Hace diez años en un retiro en El Escorial al que fui con mi novia, que en la actualidad es mi esposa. Tamara es una chica que si no la conoces cae mal. Hay un montón de prejuicios entorno a ella como niña pija, hija de Isabel Preysler, muy frívola… pero cuando la conoces te cae muy bien. Es auténtica. Lo que ves es lo que hay, no lleva a ningún engaño. No tiene doble fondo ni segundas intenciones, es absolutamente honesta. Nos caímos muy bien.
P.– Y, a partir de ahí, cultivaron una relación.
R.– Sí. En aquel momento estaba escribiendo el libro sobre los testimonios de los peregrinos a Medjugorje, le pedí si me podía ofrecer el suyo y me recibió en su casa como si fuéramos amigos de toda la vida. Estuvimos como tres horas hablando y empezó una amistad muy bonita.
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P.– Cuéntenos algún momento entrañable.
R.– No es nada diva. La invitamos a nuestra boda en 2013 como hicimos con todas las personas que colaboraron en mi libro, pero Tami nos dijo que ese fin de semana tenía un cumpleaños en Ciudad Real. Pero el viernes, víspera del enlace, llamó a mi mujer para decirle que la fiesta se había suspendido y le preguntaba si aún estaba a tiempo para ir a la boda. Fue un detalle muy humano, sobre todo cuando yo soy el primero que suele escaquearse de las bodas, ja, ja. Ese día supe la calidad humana de la que estaba hecha. Y dura hasta hoy.
P.– ¿Cómo ha visto su evolución espiritual?
R.– Cuando la conocí era un bebé espiritual que daba sus primeros pasitos y necesitaba que alguien le cogiera de la mano para ayudarla. Ahora es una testigo, una profeta en medio de este mundo. Su crecimiento y madurez espiritual ha sido brutal. Me asombra la firmeza con la que da testimonio para hablar de la fe desde un ámbito como el suyo que es muy complicado.
P.– Muchos la criticarán porque tanto hablar de Dios, de la fe y la espiritualidad y sigue vinculada a marcas de lujo, acaba de comprarse un ático de 1.5 millones de euros…
R.– No ha hecho voto de pobrez. Si lees el Evangelio me recuerda mucho a las mujeres que acompañaban a Jesús cuando recorría toda Galilea predicando. Ahí estaban María Magdalena, María de Cleofás o Juana de Cusa, mujer del administrado de Herodes, algo así como el ministro de Hacienda. En el Evangelio dice que estas mujeres “ayudaban a Jesus en sus necesidades”, vamos, que le financiaban todo. Aquella primera comunidad cristiana de Jesucristo era itinerante y había que sufragar los gastos de comida, transporte y alojamiento. Me maravillan ese grupo de mujeres de la alta sociedad que ponían su plata al servicio del Evangelio. A este respecto, Tamara pertenece a un estrato social muy alto y es marquesa, pero eso no quieta la autenticidad de su fe.
P.– Así que no es obligatorio vivir en pobreza.
R.– No. Desde su posición puede ayudar muchísimo más y seguramente lo hace.
P.– De qué se habla con Tamara en estas circunstancias.
R.– Nuestro trato siempre ha sido muy espiritual hablando de santuarios, peregrinaciones… También me ha apoyado mucho porque vino a la presentación oficial del documental Hospitalarios sobre Lourdes y también participó en el de Medjugorje.
P.– Recordando a aquel bebé espiritual, ¿quiénes fueron los primeros en tenderle la mano?
R.– Sin duda, el padre Cruz. Es un tipo absolutamente anónimo que no busca la fama, todo lo hace es desde el corazón. Durante la agonía de su abuela que desgraciadamente falleció, la única persona que estuvo con ella en su habitación durante horas fue el padre Cruz. Y en este último trance amoroso ha ido a su casa de Tami varios días seguidos durante horas y horas.
P.– ¿Cómo se conocieron el padre Cruz y la VI marquesa de Griñón?
R.– En su primer viaje a Medjugorje se sentó con un cura a confesarse y, de las decenas que había, resultó ser un español, el padre Cruz. No fue algo buscado. Él fue quien me casó en 2013 y durante el evento recordamos todo aquello partiéndonos de risa. Va mucho a casa de Tamara, vamos, cuando ella le requiere.
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P.– ¿Cómo es en la intimidad el padre Cruz?
R.– Es un amor de persona, absolutamente entregado a su labor, humilde, sencillo y no le importa nada el estatus social de la gente. Todo lo hace desde el corazón.
P.– ¿Cuál es la función de un director espiritual?
R.– El concepto de dirección no es el de una persona que dé directrices, más bien te acompaña, te ayuda a discernir lo que te está pidiendo el Señor, qué puedes hacer para crecer más o para descansar o parar. El final del camino lo has de hacer tú. El director es una persona con mucha experiencia espiritual y de oración, una especie de maestro Jedi. El padre Cruz es Yoda.
P.– ¿Dónde se ubica su parroquia?
R.– Está en la parroquia de Santa Adela en el barrio madrileño de Canillejas. Es muy sencilla y nada pomposa, como las de los Jerónimos o la Concha. Yo la llamo la parroquia del destierro (risas).
P.– ¿A qué orden pertenece?
R.– Es un sacerdote navarro de la diócesis de Madrid que sigue a rajatabla la doctrina de San Francisco, por lo que es franciscano. Es una persona tremendamente humilde que vive en el extrarradio.
P.– ¿Cómo le conoció?
R.– Ahora tengo 45 años y le conocí cuando tenía 17. En aquel momento hacía un voluntariado con toxicómanos, les recogía de la calle, los metía en su coche, se los llevaba a su casa y de ahí a una comunidad de rehabilitación.
En la actualidad Jesús está terminando un curioso documental sobre la maternidad cuya protagonista es la Virgen María, por lo que ha lanzado una campaña de crowfunding a través de la web de su fundación www.gospaarts.org. La última peregrinación de Tamara a Medjugorje tuvo lugar del 30 de julio al 4 de agosto de este año. La hija de Isabel Preysler acudió como una más de los 300 peregrinos que acudieron a esta localidad de Bosnia-Herzegovina.
“Es una embajadora que con sutileza y elegancia lleva la fe donde quiera que esté y es querida por ser, simplemente, una más de nosotros. Estuvo con el grupo que vino de la macrofiesta del Rosario”, asegura Irene quien, junto a Nikola, son los fundadores de Red Gospa, que organiza peregrinaciones desde España a Medjugorje (Gospa en croata significa Virgen María). Desde el punto de vista de Irene “desde que en el 2012 tuviera esa explosión de conversión se nota una madurez en lo personal y en las respuestas que da cuando hace referencia al a fe. Es muy transparente”.
Entre 2012 y 2019 no tuvo ninguna pareja sentimental, hasta que apareció el biólogo Iván Miranda Álvarez-Pickman, pero solo duró tres meses. Y, en marzo de 2020, llegó quien creía que era su gran amor terrenal, Íñigo Onieva, que por sus acciones ha cometido uno de los peores pecados en la relación de pareja.
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Tras anunciar su compromiso matrimonial con Íñigo Onieva (33) el pasado 22 de septiembre, la almibarada historia de amor se resquebrajó en unas horas tras emitirse y confirmarse la infidelidad del empresario a través de un vídeo en el que se ve al joven besando a otra mujer en el festival Burning Man de Nevada (Estados Unidos), estado al que suelen recurrir numerosos famosos para sus bodas exprés. Tamara se vino abajo.
Cinco días después, en una coreografía perfectamente orquestada por sus asistentes, una deslumbrante Tamara hacía su primera aparición pública en el Teatro Real en un evento de Kronos Homes, firma de la que es imagen y a la que ha comprado por 1,5 millones de euros un ático de 186m2 con piscina privada en The Collection, la nueva área de lujo de Puerta de Hierro diseñada por el arquitecto de los famosos, Joaquín Torres, del estudio A-cero.
Ante un regimiento de micrófonos, flases y grabadoras, la VI marquesa de Griñón confesó: “Ha sido todo muy reciente, estoy en estado de shock, pero reconozco que estoy contenta de que haya salido ahora porque al final si estas noticias hubieran salido estando casada o peor, con familia y tal…”. A los pocos días, Íñigo recogía sus pertenencias de casa de su exnovia, así como la moto que tenía aparcada al lado de la puerta principal. La aristócrata remató: “El Íñigo con el que yo me he prometido no tiene nada que ver con ese Íñigo”.
Durante los días que ha permanecido recluida ha estado protegida, especialmente, por su madre y su hermana pequeña, Ana, que voló desde Dubái para estar con ella. Obviamente, el padre Cruz fue su pilar principal. Este ofició el pasado mes de abril la boda de Álvaro Falcó –primo hermano de Tamara e hijo de la entonces celebérrima Marta Chávarri y Fernando Falcó, III marqués de Cubas– con Isabelle Junot –hija de Nina y el playboy Philippe Junot– en el Palacio del Marqués de Mirabel, en Plasencia, una de las hermosas propiedades de los Falcó, concretamente, la que Fernando cedió a su hija Alejandra Falcó y Girod tras su fallecimiento en pleno estado de alarma en 2020.
Tras la traumática ruptura, Falcó pasó unos días de peregrinación en Nuestra Señora de Lourdes en compañía, curiosamente, de una tía de Onieva. Una persona cercana a la socialité y empresaria confirma que nuestra protagonista pagó de su bolsillo el uniforme de la Hospitalidad en vez de alquilarlo, como hacen muchas otras personas. Allí intentó colaborar en la cocina. Su ex se refugió en la mansión de su madre en La Moraleja, hasta donde llevó sus pertenencias una vez dejó el piso de Tamara. Poco después, viajaron hasta Turquía para evitar el acoso de la prensa y encontrar, a su manera, cierta paz.
El último evento religioso al que ha acudió la VI marquesa de Griñón ha sido como pregonera del Domund 2022, el 19 de octubre, donde puso de manifiesto que su misión es la de testimoniar el amor de Cristo. Ahí tiró de humor cuando dijo que en su familia “que no es para nada convencional con mil divorcios y matrimonios”, ha sido de gran ayuda para los diferentes baches vividos. Que la paz esté con Tamara.