Siento tanta impotencia que me están entrando ganas de ponerme a aullar con nuestros perros. Novecientos animales podrían morir aplastados entre los dos ejércitos que están a punto de colisionar en la ciudad, si es que no mueren antes de hambre”, dice Angelina Rybchenko, de 48 años y fundadora del refugio de animales 'Oportunidad' de Jersón.

No es sencillo conversar con los civiles que han quedado atrapados en las zonas ocupadas en el sur de Ucrania por los agresores rusos porque las autoridades del Kremlin interrumpen a discreción el servicio de Internet y bloquean el acceso a redes como Facebook. Burlando las restricciones, EL ESPAÑOL | Porfolio ha hablado a trompicones casi a diario durante más de seis semanas para terminar de componer una historia aterradora: la de un grupo de mujeres del óblast o provincia de Jersón que han decidido quedarse junto a los animales callejeros que protegen en su santuario, pese a que el inminente choque de los ejércitos de Ucrania y Rusia junto al río Dniéper va a convertir la capital de la región en un infierno bélico. No se trata de un juego. Lo hicieron ya en febrero cuando los rusos invadieron la ciudad , y le costó la vida a una de ellas, Alexandra Polishchuk.

En vísperas de la gran batalla de reconquista de Jersón, su mayor prioridad es encontrar la forma de seguir alimentando a sus animales. Los rusos acaban de bloquear el acceso a la cuenta de Paypal del refugio. Se trata de una prueba más de que la estrategia del nuevo comandante en jefe de las fuerzas rusas en Ucrania, Sergei Surovikin, pasa por extender el pánico, la destrucción y la miseria entre los civiles, tal y como ya hizo en Siria. Mientras las chicas del refugio buscan una solución, la amenaza de una hambruna entre los animales es cada vez más inminente. Angelina se ha llegado a plantear incluso soltar a los perros y los gatos.

Animales refugiados en la perrera de Oleshki. Cedida

Una voluntaria del refugio Oportunidad de Jersón, junto a los perros. Cedida

Muchos llevaban tiempo sin comer su ración completa diaria cuando Rybchenko comenzó a considerar muy seriamente el tirar la toalla y devolverlos a la calle. Si no quedara otra opción, eso sería incluso preferible a dejar que agonicen dentro de hambre. La cuestión es que está a punto de quedarse sin opciones ahora que las tropas de Kiev llaman de nuevo a las puertas de la ciudad y se prevé que dé comienzo en breve la que podría ser una de las más encarnizadas batallas urbanas registradas en el transcurso del conflicto.

El problema es que necesitamos como poco 150 kilos diarios de pienso para que no nos ladren y se queden tranquilos”, nos dice. “En un arrebato de desesperación, les he abierto las puertas y no quieren irse. El refugio es su hogar. ¿Cómo puedo explicarles que no podemos darles de comer? Durante los combates de febrero, todos corrían hacia mí cuando escuchaban explosiones porque creían que yo era su protección, pero se han equivocado conmigo. Ya no puedo protegerlos”.

Existe un vídeo divulgado en las redes sociales donde se registró el momento que menciona hace unos días. Desesperada, Angelina prueba a abrir las puertas de uno de los dos refugios que mantiene junto a otras voluntarias —el que se halla en Oleshky— y los animales, arracimados en el umbral en torno a ella, se resistían a abandonar ese pequeño santuario gracias al cual han sobrevivido hasta la fecha. “Esto es como es. No nos quedan fuerzas ni nos quedan lágrimas. Hemos estado luchando por la vida de los animales todos estos meses y ahora el refugio podría estar a punto de perderse”, afirma.

De hecho, es prodigioso ya de por sí que Angelina y sus compañeras hayan logrado mantener a flote su protectora de animales desde finales de febrero. Las chicas de “Oportunidad” mantienen dos espacios para ellos. Uno se halla propiamente en Jersón y el otro, en la citada población de Oleshki.

[El Cruel Currículum de Surovikin, el "Perro Sanguinario" de Putin en Ucrania: Ataques Químicos y Torturas]

Es decir, la protectora se encuentra repartida entre dos localidades situadas en las orillas opuestas del Dniéper (conocido también como Dnipro). Por la margen derecha por el norte se aproximan ahora mismo las fuerzas ucranianas con la intención de reconquistar Jersón, lo que explica, entre otras cosas, que los rusos dieran la pasada semana la orden de evacuación a la población civil. Se estima que las tropas enviadas por Zelensky están ahora mismo a unos 12 o 14 kilómetros del aeropuerto. Durante las últimas semanas, no han dejado de empujar hacia el sur mientras los rusos se replegaban.

Jersón en la encrucijada

Fuentes del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Ucrania revelaron el pasado viernes, día 28, que el Kremlin ha movilizado alrededor de 1.000 soldados rusos para fortalecer sus posiciones en la margen derecha o norte del río Dnipro. Este nuevo contingente ha sido instalado en las viviendas de la población civil que Sergei Surovikin ordenó evacuar la pasada semana hacia la margen izquierda de ese río. Muchos de ellos fueron reclutados por la fuerza y han sido desplegados como “carne de cañón” en lo que en breve será la primera línea.

Lo ocurrido refuerza la idea de que los rusos se plantean organizar una defensa numantina de la ciudad de Jersón. Aun así, nada está a su favor. Los ucranianos siguen empujando hacia el sur y aproximándose al río, pese a que las vastas llanuras que separan a los rusos de las fuerzas de Kiev han sido minadas por los hombres del Kremlin cuando retrocedían, lo que enlentece el avance de la operación de reconquista. Las Fuerzas Armadas ucranianas mantienen absoluto silencio acerca del desarrollo de su ofensiva, de modo que se desconoce cómo se está moviendo la primera línea.

Se sabe igualmente que Surovikin está intentando crear una especie de milicia popular con los ucranianos que se niegan a ser evacuados. Se da la circunstancia de que los primeros en partir han sido los prorrusos, de modo que es improbable que consigan crear una fuerza significativa.

Mapa de las operaciones militares en Ucrania, actualizado a 17 de octubre. Fuente: ISW, Ministerio de Defensa de Reino Unido

Una ofensiva ucraniana en la margen izquierda o sur —es decir, en la franja donde se halla la perrera de Oleshki— deberá esperar porque el propio río de los cosacos sirve de línea de defensa a los hombres de Putin. Existen tres puentes estratégicamente importantes en la región de Jersón: el puente Daryivsky sobre el río Ingulets; el puente Antonivsky para conexión vial a través del río Dnipro y un puente de exclusivo uso ferroviario que es también conocido como puente de Antonivsky. Los ucranianos han dañado las tres infraestructuras con HIMARS y bloquean los movimientos de los rusos en todos ellos.

Eso aísla Jersón de las líneas de suministro rusos y compromete su defensa. Se han creado sistemas de pontones pero son tristes remedos de los puentes originales. Durante las últimas semanas, los pasos alternativos han sido casi exclusivamente utilizados por los militares de modo que, para franquear el río, los civiles han tenido que servirse de barcazas.

En estos momentos hay 600 perros y 107 gatos en Oleshki y 200 perros más en Jersón. En total, 907 animales están a punto de quedarse atrapados entre dos fuegos y aislados de cualquier línea de suministros, aunque los más expuestos son los de Jersón, que va a ser el escenario principal en breve de una nueva colisión frontal entre ambos contendientes.

Para que alcance al menos algo para todos los perros y los gatos, se está fraccionando la comida. Y ese es el problema: el pienso. “Compramos alimento a principios de septiembre gracias a la ayuda que nos llega y a una pequeña herencia que recibió un voluntario. Nos lo gastamos todo en una tonelada y media de alimento pero hace días que se acabó y no hemos sido capaces de conseguir más apoyo”, nos decía la fundadora de la protectora en una de sus últimas comunicaciones.

Alexandra 'Shasha' murió durante un bombardeo en las cercanías del puente de Antonovsky. Cedida

Su refugio de Oleshki está en medio de la ruta por la que los rusos accedieron a la región en febrero pasado. La población se halla separada de la capital por un conocido puente ahora prácticamente inutilizado, el de Antonovsky. No se espera que haya hostilidades en esa franja oriental del río de momento. “¡No quiero ni pensar qué sucedería si nuestros animales se quedaran divididos entre la zona rusa y la ucraniana!”, confiesa Angelina. Ese es, de hecho, uno de los escenarios posibles. Que las fuerzas de Zelensky recuperen el control de Jersón y las chicas tengan un refugio dividido entre dos zonas controladas por enemigos irreconciliables.

¿Qué pasará, en cualquier caso, con los animales de Jersón tan pronto como colisionen los ejércitos? Las cuidadoras no les abandonaron en febrero, cuando los rusos conquistaron la ciudad, y ni se plantean hacerlo ahora. “¡Hay brutales batallas en el puente y uno de nuestros refugios está a solo doscientos metros de la carretera!", nos decía el 26 de febrero una de ellas en medio de un violento intercambio de fuego. Mucho antes del conflicto, su labor ya era algo memorable, pero tan pronto como los rusos avanzaron por Oleshki y Jersón, estas mujeres se convirtieron en verdaderas heroínas.

El tercer día de los combates, Angelina seguía en compañía de otra voluntaria junto a quinientos perros, durmiendo sin estufa en una vieja casa desvencijada con temperaturas de muchos grados bajo cero. Su valentía y su altruismo fueron tan notorias que, tras la ocupación, se ganaron la indulgencia incluso de los agresores, al menos, hasta el punto de autorizarles a seguir ocupándose de los animales.

Hay vídeos grabados a principios de la primavera donde se escucha a los perros aullando entre las explosiones de la artillería y los disparos que ambos bandos se intercambiaban a solo algunos metros del lugar. Estaban aterrorizados, al borde del paroxismo. Muchos murieron fuera y dentro del refugio de un paro cardíaco o alcanzados por la metralla.

"En un arrebato de desesperación, les he abierto las puertas y no quieren irse. Después de siete meses de guerra, el refugio es su hogar"

Angelina Rybchenko, responsable del refugio de animales 'Oportunidad'

Siete meses de guerra

La odisea de Angelina y del resto de las voluntarias no pasó desapercibida en su momento ni en la prensa internacional, que glosó en algunos reportajes el modo en que, arriesgando su vida, se quedaron al lado de sus protegidos, cual escudos humanos. ¿Cómo han mantenido a flote los refugios desde la llegada de los rusos hasta que, tal y como sucede ahora, vuelven los ucranianos con la intención de recuperar el control de la ciudad?

Durante los primeros días de ocupación rusa del óblast, no era posible adquirir pienso ni menos todavía transportarlo hasta sus instalaciones, así que sobrevivieron de las reservas que aún quedaban. “El problema del suministro fue muy grave, especialmente, en marzo, cuando las antiguas rutas logísticas estaban destruidas y aún no se habían encontrado otras nuevas”, explica Tatyana, de 39 años.

Ella logró escapar de Jersón junto a su madre en mayo, pero mantiene contacto casi diario con quienes siguen atrapados en la ciudad. “Había muy poca comida en la ciudad. Algunas familias se morían de hambre y la comida para animales era muy difícil de encontrar, de mala calidad y mucho más cara. Sé de lo que hablo porque yo misma tengo un gato y dos perros”.

Lo sucedido con los perros de Jersón ilustra en paralelo lo infernal que es la vida para la población en las zonas ocupadas. Antes de la invasión, los habitantes del óblast franqueaban el Dnipro gracias al famoso puente de Antonovsky. La estratégica infraestructura cambió de manos varias veces durante la batalla por el control de la ciudad, cuando los rusos trataban de abrirse camino desde Crimea hacia el centro de Ucrania.

Angelina y el resto de las voluntarias han conseguido a duras penas hasta la fecha alimentar a 700 animales pese a trabajar en la zona de guerra. Cedida

Kiev finalmente perdió ese área el 26 de febrero de 2022 tras feroces combates. El pasado 19 de julio, el puente fue dañado por disparos de cohetes ucranianos, supuestamente HIMARS, suministrados por los Estados Unidos. En agosto, las fuerzas rusas construyeron un sistema de pontones pero no puede ser usado por los civiles.

¿De qué modo ha afectado a los perros? Del mismo que a los residentes atrapados en el fuego cruzado. Los ocupantes no han cesado de intentar crear una conexión logística entre sus fuerzas de ambas márgenes del río, pero debido a los combates casi no hay oportunidades para el transporte civil por ninguno de los cuatro cruces alternativos improvisados. Tan pronto como encuentran la manera, los rusos tratan de cruzar, pero relegando por sistema las necesidades de la población.

No es un asunto baladí porque esta línea de suministros interrumpida es precisamente la que ha impedido que se abastezcan de combustible y municiones con efectividad. En otras palabras, los invasores están casi aislados de sus líneas de aprovisionamiento y eso ha dejado en una posición aún más complicada a los civiles y en una todavía peor, a los perros y los gatos.

Su única fuente posible de abastecimiento de comida se halla ahora mismo mucho más al sur. Si la evolución del conflicto cortara esa red logística, humanos y animales sufrirían una nueva hambruna, como sucedió el pasado mes de marzo.

[Palomo, el Ginecólogo de la Jet-Set Española que Ha Montado una Clínica en una Ciudad Fantasma de la Jungla]

“Desde el mismo momento en que los rusos entraron en la ciudad, todo dejó de funcionar”, nos explica Tatyana. “Su objetivo era crear la apariencia de un desastre humanitario y extender el pánico. Mucha gente perdió su empleo porque los invasores cercenaron las rutas de suministro de las tiendas, vendieron las mercancías que había almacenadas y luego... ¿qué? Ni siquiera permitieron la creación de corredores verdes para que llegara la ayuda humanitaria procedente de Ucrania”.

Esto no solo afectó a los supermercados, sino a las farmacias y, en parejo, a los productos veterinarios, de modo que, durante bastante tiempo, quedó seriamente comprometido el suministro de fármacos para los animales y también de pienso.

Más tarde, los voluntarios empezaron a viajar por su cuenta y riesgo a la vecina Mykolaiv, en Crimea, con el fin de comprar lo más necesario: medicamentos para el corazón, insulina para los diabéticos, antipiréticos elementales para los resfriados y a última hora, por encargo, productos veterinarios de urgencia o remedios contra los ácaros, la demodicosis y la sarna sarcóptica, que se transmiten unos a otros mientras aguardan, apretados en los corredores de los refugios.

Bajo esas circunstancias, un nuevo tipo de negocio comenzó a aparecer en Jersón. Los emprendedores y los oportunistas viajaban hacia el sur; adquirían productos y los revendían en la calle, a veces, a precios desorbitados. Se revendía incluso la ayuda humanitaria.

Evacuación de Jersón el pasado marzo, al poco de iniciar la guerra. Cedida

A la postre, se ha producido una situación disparatada: la Crimea bajo control ruso se ha convertido en la única ruta de suministro de los habitantes de la ciudad. Todo lo que entra en ella pasa por la estrecha franja del istmo de Krasnoperekop y el puente recientemente saboteado.

“Fíjate si es ridícula la situación que había una granja avícola en Jersón que era la única proveedora de carne de la localidad. ¡Ésta dejó de funcionar de inmediato debido a que los rusos bloquearon la compra de pienso para pollos!”, prosigue Tatyana. “A partir de ese momento, ¡comenzamos a recibir huevos desde Chuvashia! Es decir, viajaban casi 2.000 kilómetros, un día entero en tren. Los huevos rusos saben mal puedes oler los antibióticos y cuestan un 250 por ciento más”.

Esas son las disparatadas circunstancias en que Angelina y el resto de las voluntarias han tenido que mantener a flote sus animales durante todos estos meses. Desde febrero hasta ahora, sus perros y sus gatos han sobrevivido a duras penas gracias a las donaciones llegadas desde el extranjero y, en menor medida, de la propia Ucrania, repitiendo a través de las redes, día tras día, llamados desesperados de ayuda.

No pocos de los expatriados ucranianos en España han reservado un lugar en su corazón también para los perros y los gatos tras dejar su país, lo que es una seria llamada de atención para quienes repiten el cliché de que, en medio de un desastre humanitario, debería relegarse la piedad con los animales.

"Le pido a todo el mundo, allá en España, que se pongan en contacto con nosotras si disponen de refugio para alguno de nuestros animales"

Angelina Rybchenko, responsable del refugio de animales 'Oportunidad'

Este es el caso, por ejemplo, de Lina, quien sigue contribuyendo al sostenimiento del refugio de Jersón, su ciudad natal, desde el pequeño concejo aragonés de Conchel, perteneciente al municipio de Monzón. “Hace ya más de tres años que cada mes les envío dinero. Sé que hace unos días los perros y los gatos no tienen ni comida ni posibilidad de recibir ayuda veterinaria”, nos cuenta.

[INSERTAR AUDIO MP3 DE LINA].

La batalla inminente

En un último intento por esquivar las restricciones rusas al acceso a Internet, logramos recontactar con Angelina Rybchenko y ella mismo nos explica cuál es la situación en estos momentos.

Seguimos ocupadas por los rusos [sin conexión con el resto del país] y el puente de Antonovsky no puede atravesarse. No se nos autoriza a recibir ayuda humanitaria [de Ucrania] y existe un único lugar en el que se nos permite adquirir la comida. Ese lugar se halla en Crimea. Hay un transportista fiable con el que tenemos un acuerdo y hasta el día de hoy, todavía logramos que nos traiga el alimento. Pero es más caro y complicado que antes del conflicto y no nos llegan donaciones. Los perros y los gatos necesitan esa ayuda externa”, dice.

A todos esos problemas se añade ahora el ya citado de que los rusos han bloqueado el acceso a su cuenta antigua de Paypal, la que figuraba en su página oficial de Facebook.

Treinta y dos perros han conseguido ser repatriados a Bélgica. Cedida

Ciertamente, la situación no es mucho mejor ahora que en la pasada primavera. “Los ocupantes están sacando a los civiles por transporte fluvial hacia la ciudad de Gola Prystan; luego los conducen en autobuses hasta la ciudad de Henichesk, o en dirección al pueblo de Chongar y más allá hasta Crimea”, dice Tatiana.

“La gente está siendo alojada en campamentos creados por las autoridades rusas. Por lo que sé, no puede moverse con absoluta libertad. Entre los amigos que yo tengo, nadie se ha prestado todavía a salir de la ciudad de forma voluntaria. Muchos de los que se están yendo son prorrusos o personas procedentes de las zonas en las que hay batallas calientes y que no pueden ser evacuadas por la parte ucraniana”.

Tatyana ni siquiera descarta que la población pueda ser eventualmente utilizada para proteger la retirada de los rusos, si Sergei Surovikin, el comandante en jefe de las fuerzas rusas del país, da orden a sus fuerzas de replegarse, para lo cual han creado ya varios corredores de escape.

“Ya ocurrió en el Donbás, cuando el equipo militar ruso se movía junto a las columnas de civiles para que el Ejército ucraniano no pudiera dispararles mientras se batían en retirada”, nos dice. “Escapar al territorio controlado por Ucrania es imposible ahora mismo porque los rusos han cerrado todas las vías de entrada y salida hacia la región de Jersón. La población está siendo llevada, a menudo, a remotos confines de Rusia. Es decir, a la clase de lugar donde nadie desearía vivir”.

Panorámica del puente Antonovsky sobre el río Dniéper a su paso por la ciudad de Jersón. Ferran Barber

Entre quienes se van hay médicos y, por supuesto, veterinarios, lo que está dejando a las chicas que gestionan el refugio Oportunidad de Jersón prácticamente solas junto a sus animales y a los pocos miles de civiles que se niegan a abandonar sus casas. De ahí, entre otras cosas, la necesidad de aprovisionarse de alimentos, en previsión de lo que pueda suceder. Algo mejor es la situación de los perros de Oleshki, mucho mejor conectados con las líneas de suministro.

Durante los combates de la pasada primavera, Alexandra Polishchuk no fue la única voluntaria ucraniana que murió tratando de salvar a sus animales. Shasha falleció en las proximidades del puente de Antonovsky debido al bombardeo del inmueble donde vivía con su hijo, quien sí salvo la vida.

El pasado 4 de marzo, tres jóvenes de Kiev fueron asesinados por las tropas rusas cuando regresaban de transportar alimentos a un refugio situado en la infaustamente famosa barriada de Bucha. Testigos presenciales de lo acaecido aseguraron que un tanque o un vehículo blindado de los invasores abrió fuego a quemarropa contra el turismo en el que viajaban Serhiy Ustymenko, de 25 años, Maxym Kuzmenko, de 28, y Anastasia Yalanska, de 26.

Cómo ayudar a los perros

Hay un viejo edificio en el refugio de Oleshki donde la propia Angelina pasa a menudo las noches con sus perros. Los vidrios están completamente reventados pero no van a cambiarlos pese a que el invierno se avecina. Temen que sería inútil porque habrá más explosiones y harían añicos los cristales nuevos.

“Las ondas expansivas han reventado hasta los marcos así que, provisionalmente, hemos puesto maderas y plásticos para cubrir los huecos. Además, necesitamos el dinero porque soportamos otros gastos. Tengo que llevar perros a Kajovka para esterilizarlos porque en las actuales circunstancias no deben reproducirse. Hace unas semanas, logramos evacuar 32 animales a Bélgica a través de Crimea. No precisamos permisos especiales. Los podemos sacar a través de un corredor que pasa por Polonia de modo que, por favor, le pido a todo el mundo, allá en España, que se pongan en contacto con nosotras si disponen de refugio para alguno de nuestros animales. Podemos transportarlos. Sabemos cómo hacerlo”.

La situación es más grave aún en las calles de la ciudad, donde ya merodeaban como proscritos antes del conflicto. Se convenía que en Ucrania existían al menos 50.000 perros callejeros a las puertas de la invasión. Claro que según las protectoras, esa cifra oficiosa era tres o cuatro veces inferior al número real de criaturas que se agrupaban en manadas dentro de los ecosistemas urbanos. Las protectoras ucranianas hacen lo que pueden hasta el punto de arriesgar las vidas de sus propios activistas, pero no dan abasto.

Quienes deseen contribuir al mantenimiento de los perros de Oleshki y de Jersón pueden realizar sus donativos a través de las siguientes cuentas. Las originales han sido reemplazadas en vista del bloqueo impuesto por los rusos. A cierre de esta edición, éstas son las operativas (muy preferentemente, sugieren que se haga a través de Paypal):

—Cuenta bancaria: 5168742730428681 (Rybchenko A.R.)

—PayPal: dayanarybchenko@gmail.com

Está siendo relativamente habitual que, con la excusa de la guerra, toda suerte de desaprensivos se aprovechen de las circunstancias para supuestas falsas causas humanitarias o de defensa de los animales. Un día antes del cierre de este reportaje, Twitter mantenía una cuenta falsa con el nombre del refugio Oportunidad de Jersón, que ha sido reiteradamente denunciada como un fraude y que finalmente fue eliminada. En ningún caso, hay que enviar dinero a los citados estafadores (el refugio no posee ningún perfil abierto en Twitter). Las cuentas legítimas son las que EL ESPAÑOL | Porfolio incluye en la información.

La protectora 'Oportunidad' de Jersón:

https://www.facebook.com/shelterkherson

Contenido exclusivo para suscriptores
Descubre nuestra mejor oferta
Suscríbete a la explicación Cancela cuando quieras

O gestiona tu suscripción con Google

¿Qué incluye tu suscripción?

  • +Acceso limitado a todo el contenido
  • +Navega sin publicidad intrusiva
  • +La Primera del Domingo
  • +Newsletters informativas
  • +Revistas Spain media
  • +Zona Ñ
  • +La Edición
  • +Eventos
Más información