Pasado ya el puente de diciembre, en los hogares españoles comienzan los preparativos para las fiestas navideñas. Familias enteras alrededor de una mesa para celebrar la Nochebuena, con todos los miembros sentados en sus sillas, dispuestos a vivir una velada en la que superar las desavenencias surgidas durante el año. Sin embargo, hay familias que no superan esos baches en su relación y terminan celebrando la Navidad por separado. Es justo lo que les ocurre a los Borbón y Grecia, que pasaron de celebrar la noche del 24 de diciembre reunidos en el palacio de La Zarzuela con casi 100 personas, a la tristeza de una reina emérita que va a pasar la velada sola en su residencia con su hermana, la princesa Irene de Grecia.
Cuando Juan Carlos era el jefe del Estado, las navidades comenzaban en la Casa del Rey el 20 de diciembre. Ese día es el cumpleaños de la infanta Elena y era una tradición comer todos juntos para celebrarlo y dar así el pistoletazo de salida a unas fiestas que tenían su gran cita la noche del 24 de diciembre.
Una velada en la que todos se reunían para ver el tradicional mensaje de Navidad del Rey rodeados de decenas de invitados a la mesa. No faltaban Irene de Grecia, las hermanas del emérito; la fallecida infanta Pilar con todos sus hijos y la infanta Margarita con su marido y sus hijos, y durante varias Nochebuenas también se reunían allí Constantino de Grecia con su esposa, Ana María, y sus cinco vástagos. En total podían llegar a juntarse más de cien personas para celebrar una noche tan especial.
En esa cena el menú estaba elaborado con recetas tradicionales como la sopa de almendras, pavo, besugo, perdices escabechadas o cordero. De postre había higos secos, dátiles (los favoritos de doña Sofía), tartas y, sobre todo, mucho turrón, un dulce que le vuelve loco al hermano de la reina emérita. Todo eran risas y el inglés era la lengua oficial en aquellas nochebuenas, lo que hizo que la primera Navidad en Zarzuela de Letizia, que no hablaba nada de inglés, le resultara muy complicada en aquel lejano 2003.
Tras la cena, y esto es lo que más le hace sufrir en la actualidad por no poder hacerlo a la madre de Felipe VI, llegaba el gran momento, la entrega de los regalos. Doña Sofía es una amante de regalar. "A ella no le importa en absoluto lo que le regales. Le da exactamente igual, pero le encanta ser la que regala. Lo hace con un mimo asombroso. Aquellos años felices, sobre todo cuando llegaron los nietos, ella se encargaba de los presentes de todos: hijos, hermanos, nuera, yernos, sobrinos…", revela a EL ESPAÑOL | Porfolio una amiga de la madre de Felipe VI.
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"Se iba a Londres de compras y traía cosas para todos, cada uno envuelto con un amor increíble y con sus nombres escritos a mano. Ese momento, en el que se juntaban alrededor del árbol para que los pequeños abrieran los paquetes, es justo lo que más echa de menos. Ahora ve a las hijas de los actuales reyes antes de cenar, que se pasan por la residencia de doña Sofía a felicitarle la Navidad con sus padres... y ya. Ya no hay bullicio y mucho menos felicidad. A ver si este año le dejan por lo menos pasarlo con Juanito".
Dos Nochebuenas en Abu Dabi
Y esa es la misma idea que sobrevuela hoy la residencia del emérito, en la lujosa isla de Nurai, a pocos kilómetros de Abu Dabi, donde reside Juan Carlos desde que abandonara España el 3 de agosto del 2020. Si no consigue regresar por Navidad a España, esta sería su tercera Nochebuena fuera de Zarzuela.
A pesar de que Corinna Larsen asegura en el último capítulo de su pódcast que Juan Carlos odiaba esas cenas familiares del 24 de diciembre, lo cierto es que todo su alrededor sostiene lo contrario. "Eso que dice es completamente falso. El rey amaba esas cenas de Navidad. De hecho, era él quién invitaba a todo el mundo. Siempre ha sido una persona a la que le ha gustado mucho estar acompañado. No sabe estar solo. Por eso sus primeros meses en Abu Dabi se le hicieron tan difíciles".
"La primera Nochebuena fuera de España la pasó con un buen amigo que tiene allí", asegura la misma fuente, quien se refiere a Abdul Rahman El Assir, que se encuentra en busca y captura internacional por defraudar a Hacienda en España más de 14 millones de euros, y quien pasa largas temporadas con el emérito. "La segunda, con unos compañeros de regatas que quisieron viajar hasta allí para que no estuviera solo. Pero lo lleva fatal, y con el pronunciamiento del tribunal de Londres, igual…", cuenta un amigo íntimo de Juan Carlos.
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"El problema es el de siempre: no puede quedarse en Zarzuela. "Ese no es ningún inconveniente, tiene muchos sitios donde pasar unos días, incluso meses si le dejaran. Desde la casa de su hermana Margarita, que ya se la ha ofrecido en varias ocasiones hasta la de Pedro en Sanxenxo", añade.
El padre de Felipe VI tiene la esperanza de que vuelva a ocurrir algo similar a lo que aconteció el pasado mes de mayo, cuando el anuncio por parte de la Fiscalía española de que archivaba las causas abiertas sobre él tras las investigaciones sobre su patrimonio en el extranjero, motivó en gran medida que se 'autorizara' su viaje para participar en las regatas de Sanxenxo.
Tras pasar cuatro días con sus compañeros de vela, en medio de una gran expectación mediática, y antes de regresar a Abu Dabi, Juan Carlos estuvo unas horas en Zarzuela para reunirse con su hijo, el actual rey, y ver a algunos familiares, entre ellos a la reina Sofía. Casa Real emitió un comunicado asegurando que el emérito había comido con Felipe y Letizia, aunque algunas fuentes cercanas a la pareja niegan este hecho.
El caso es que el exjefe del Estado se marchó de vuelta a Oriente Medio con la idea de poder volver en junio para participar en el Mundial de 6 metros con 'El Bribón', pero el plan se quedó sin realizar por el enfado del Gobierno y la rotunda oposición de su hijo tras la sobrexposición mediática que se había supuesto su primera visita. Ahora, el marido de doña Sofía tiene la esperanza de que el monarca esté menos enfadado y pueda pasar parte de las fiestas en suelo español.
"A lo que no va a renunciar, si la salud se lo permite, es a estar presente en la jura de la Constitución de su nieta Leonor en el Congreso de los Diputados. Eso ya lo ha avisado, que él quiere estar y que considera que tiene derecho por ser su abuelo y porque gracias a él, y no lo olvides, ella estará ahí en ese momento" sentencia la misma fuente a este periódico.
Cordón sanitario
Se le ablande el corazón a Felipe VI o no, lo que no va a pasar nunca es que vuelvan a pasar la Nochebuena cenando juntos. Los actuales reyes y sus hijas lo harán como lo hacen desde que decidieron poner un cordón sanitario entre ellos y la antigua familia real, solos en su residencia del Pabellón del príncipe en Zarzuela.
Los reyes se han tomado toda la semana del puente de diciembre para descansar. En realidad, ninguno de los dos ha salido de Madrid. De hecho, se ha podido ver a la reina de compras por el centro de la capital, pero no han tenido ningún acto público en la agenda. Lo que sí han hecho es mucho trabajo de despacho, ya que Letizia ha estado preparando su próximo viaje a Los Ángeles, el próximo lunes día 12, donde inaugurará la nueva sede del Instituto Cervantes en Hollywood.
Además, este viernes ha vuelto a casa la princesa de Asturias. Leonor ha comenzado sus vacaciones de Navidad, que la tendrán al lado de su familia hasta el próximo cuatro de enero, cuando retomará las clases. La hija mayor de los reyes vuelve con la idea de descansar ya tras examinarse de los duros exámenes del trimestre del Atlantic College de UWC, muy exigentes en segundo de bachillerato.
Así, la familia Borbón Ortiz disfrutará de una cena de Nochebuena tranquila. A la mesa sólo estarán ellos cuatro y la madre de la reina, Paloma Rocasolano, que tiene como costumbre pasar las fiestas con su hija. Antes de ver en la televisión el mensaje de Navidad de don Felipe, al que asisten también a la grabación que tiene lugar en Zarzuela unos días antes, pasarán por la zona residencial de su abuela, la reina Sofía, para desearle feliz noche a ella y la princesa Irene de Grecia.
La esposa de Felipe VI quiere que esté todo listo antes de las siete de la tarde. No es porque vayan a cenar pronto, sino porque la tradición de Casa Real es que todo el personal que trabaja allí, menos el de seguridad, pueda irse a sus casas para cenar con sus respectivas familias. Esa noche la Familia Real se sirve sola.
El menú lo elige y decide Letizia, pero es cierto que en Nochebuena suele hacer alguna concesión al capricho y deja que la familia se salga de la estricta dieta 'healthy' que siguen todos sus miembros. Pavo relleno de verduras, salmón ahumado, pudín de marisco, jamón ibérico, foie y angulas son parte de las delicias que van a probar esa noche. Además, como postre siempre hay dulces navideños, fruta y el helado favorito de Paloma Rocasolano, el de sabor café.
Tras la cena, y como hacían en las nochebuenas bulliciosas de la antigua Zarzuela, se acercan todos al árbol de Navidad para compartir los regalos. Se recupera además la tradición, pues con la pandemia se dejó de hacer, de que se acerquen varios amigos íntimos de los reyes, tanto del grupo del rey como de los de Letizia. Y así la velada se alarga hasta altas horas de la madrugada.
Algunos años entre este grupo de amigos se encontraba la hermana de la reina, Telma Ortiz, así que, tras dos años de no hacerlo por la pandemia, puede que este año se anime y pase con ellos la Nochebuena. Si es así, lo hará acompañada de su pareja, el irlandés Robert Gavin Bonnar y sus dos hijas, Amanda, de 14 años (fruto de su relación con Enrique Martín Llop), y la pequeña Eirin, que el pasado mes de agosto cumplió un año.
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Las que seguro no estarán son las hermanas de Felipe VI, la infanta Elena y la infanta Cristina. La hija mayor de los reyes eméritos está a la espera de ver qué sucede con su padre, ya que está barajando la posibilidad de que, si Juan Carlos no puede viajar a España, desplazarse ella con sus dos hijos, Felipe y Victoria, hasta Abu Dabi para pasar la Nochebuena con él.
Por su parte, la infanta Cristina tiene previsto pasar las navidades como lo ha hecho siempre, en Vitoria, con la familia, del que todavía es su marido, Iñaki Urdangarín. "Es que no entiende otro tipo de Nochebuena. La infanta está muy unida a su familia política y ya se pudo ver el año pasado cuando pasó allí la Navidad y la Nochevieja. Iñaki también estará y sus cuatro hijos, hay duda de Pablo, que depende de sus compromisos con su equipo (el Fútbol Club Barcelona de balonamo). Luego, como siempre, se irán todos a esquiar, aquí sin Pablo seguro", asevera una amiga íntima de la exduquesa de Palma.