El general Francisco Espinosa Navas conoció al 'Mediador' por pura casualidad. Fue una noche en Valencia. El mando de la Guardia Civil había viajado hasta esa ciudad con unos amigos. Salieron a cenar, la noche avanzó y, en un momento dado, decidió salir a fumarse un puro en la puerta de la marisquería.
Nada más prender el tabaco, un hombre de constitución voluminosa le habló desde una de las mesas de la terraza.
—Qué bien huele.
—Es canario, le respondió—
—Yo también soy canario. ¿Me puede dar uno?
Y ahí comenzó la conversación. Marco Antonio Navarro Tacoronte se pasó a la mesa en la que comían el general y sus amigos, se cayeron bien y entablaron amistad, segú el relato de este a la jueza. Semanas después de aquella primera reunión le enviaría una caja de puros al guardia civil por medio de uno de sus colegas empresarios.
Fue la primera vez. En aquella cena, Espinosa Navas no estaba solo. Junto a él se sentaba José Suárez Estévez, el 'Drones', uno de los empresarios que después formarían parte de la trama por la que todos ellos han sido detenidos.
"Inteligencia extraordinaria"
Aquel encuentro informal en Valencia era parte de un estilo que el general Espinosa Navas llevaba cultivando durante años en los diferentes puestos de responsabilidad que ocupó. Quienes le conocieron, no dudan en calificarlo como alguien de una "inteligencia extraordinaria". Alguien, además, con "don de gentes" y una "energía incansable". No dejaba indiferente a nadie.
Estas virtudes lo llevaron a lo más alto de la Guardia Civil, donde llegó al rango de general de División. Pero también le ayudaron a establecer una extensa red de contactos que luego utilizaría para crear un imperio en la sombra, cimentado en la corrupción.
La inteligencia sólo le falló para apartarse antes de que se destapara la olla y evitar que le pillaran. El sumario del llamado 'caso Mediador' lo señala como una parte esencial de la trama, en la que empresarios de las Islas Canarias pagaban mordidas a políticos del PSOE a cambio de favores en contratos y otros negocios, además de evitar inspecciones, entre 2020 y 2021. Los contactos se producían a través del mediador —Navarro Tacoronte— quien da nombre al caso.
"Bebe mucho pero tiene mucho aguante y fuma mucho puro. Se arrimaba siempre a los empresarios con más dinero, solicitaba expresamente conocerlos y comer con ellos"
En este entramado —o "telaraña", en palabras del propio Espinosa Navas a la jueza que instruye el caso—, la función del general era desatascar gestiones en trámite y conseguir suculentos negocios gracias a su influencia y contactos, tanto en las islas como en la península y en varios países de África y América. Aunque ya estaba retirado, los poderosos tentáculos del uniformado eran esenciales para que los empresarios pudieran enriquecerse y para que, por ende, los políticos y el conseguidor cobrasen sus mordidas.
Sólo tenía contacto con el mediador y algún empresario. Las fuentes de su entorno consultadas por EL ESPAÑOL descartan que conociera al diputado socialista implicado en la trama, Juan Bernardo Fuentes Curbelo, apodado 'Tito Berni'.
Según explica el sumario, Espinosa Navas recibía del mediador sobres con cantidades de efectivo entre 1.500 y 3.000 euros cada vez que se veían. El dinero era de los empresarios que buscaban favores, quienes le llamaban "mi general" y "Papá". También obtuvo otros beneficios, como regalos de cumpleaños y viajes pagados para él y su amante.
Investiga el CNI
El general fue detenido el pasado 14 de febrero a la salida de su piso en Madrid a petición del Juzgado de Instrucción 4 de Santa Cruz de Tenerife, que lo investiga por los presuntos delitos de cohecho, tráfico de influencias y malversación de caudales públicos.
En un primer registro de su vivienda, los investigadores encontraron 61.110 euros, parte de ellos, escondidos en una caja de zapatos. Dos días después de su arresto, el general justificó su posesión ante la jueza por su "exitosa carrera profesional", y dijo que los tenía porque creyó que "se iba a acabar el mundo", en el contexto de la pandemia de Covid-19.
Pero según dicen fuentes cercanas al Espinosa Navas en Canarias, el 'caso Mediador' es sólo "la punta del iceberg" de lo que parece una prolija actividad irregular sostenida a lo largo de los años y cuyo alcance es todavía un misterio. En conversación con EL ESPAÑOL, estas fuentes insinúan que Espinosa Navas está metido "en una trama criminal muy potente" que explicarían que fuese el único personaje del caso que permanece en prisión desde su detención.
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Es más, estas fuentes adelantan que, además del propio Servicio de Asuntos Internos de la Guardia Civil, a Espinosa Navas "lo está investigando el CNI". "Un general de División de la Guardia Civil no acaba entre rejas por unas mordidas y unos cuantos favores", dejan caer.
En esta línea, otras fuentes de la inteligencia estatal dirigen su atención hacia el viaje que ha llevado a la ministra Margarita Robles precisamente hasta Mali, uno de los países en los que operaba la misión del Sahel dirigida por el general. Se trata de un lugar de suma trascendencia desde hace años para España. La zona se encuentra en plena ebullición, con las filiales de las principales organizaciones yihadistas haciendo retroceder a Occidente, disputándose el terreno de unos países en los que el estado brilla por su ausencia. De ahí la relevancia de la visita de la titular de Defensa.
Pero Robles no se ha desplazado sola. Junto a ella, en las imágenes del viaje difundidas por su gabinete, se ve a Esperanza Casteleiro, su mano derecha y además directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Es de suponer, apuntan las mismas fuentes, que junto a la jefa de los espías se haya trasladado a este país del África subsahariana todo su séquito.
"La lógica indica que se habrán 'interesado' por el tema puesto que podría haber repercusiones no deseadas con otros países o con los acuerdos que se puedan tener. No va toda la cúpula a un lugar como ese para hacer turismo", señalan fuentes próximas a los servicios secretos.
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Cuentas bancarias en Bélgica, dinero en efectivo de dudosa procedencia, una imputación por revelación de secretos, relaciones con todo tipo de empresarios y negocios ajenos a su responsabilidad como jefe de la Guardia Civil, 12 millones de euros de gastos sin acreditar cuando estaba como responsable del proyecto de seguridad europeo en el Sahel... Son sólo algunos de los hechos que han trascendido.
Detrás de un hombre de reputación intachable, que intervenía como experto en geopolítica y seguridad africana en entrevistas de radio o en seminarios de Casa África, se escondía alguien que probó las mieles del poder y la impunidad. Su obsesión por esta segunda vida sin normas, colmada de influencia, dinero y placeres a partes iguales, sólo fue en aumento con el paso de los años, hasta que fue demasiado tarde.
“El Pocero” de Canarias
Espinosa Navas ingresó en la Academia General Militar en 1973. Fue ascendido a teniente en 1978 y llegó a su primer cargo relevante en el 2000, cuando ocupó la Jefatura de la Comandancia de la Guardia Civil de Algeciras. Estuvo en el cargo hasta 2004, año en que fue destinado a la agregaduría de la Embajada de España en París, posición que mantuvo hasta 2008. Ese año fue nombrado primer jefe de la Comandancia de Las Palmas de Gran Canaria hasta 2012.
Luego fue el número dos del Estado Mayor de la Guardia Civil (2013-2016), Jefe de la Secretaría de Cooperación Internacional (2016-2017) y desde 2017 hasta 2021, director del proyecto de la UE GAR-SI Sahel, cuyo objetivo era la coordinación de cuerpos policiales europeos en colaboración con las autoridades y fuerzas del orden locales para la lucha antiterrorista en la región. El proyecto lo dirigió España y participaron en él Francia, Italia y Portugal.
Pero su época más fructífera y donde estableció los contactos que desembocaron en el 'caso Mediador' fue de 2008 a 2012 al frente de la Comandancia de Las Palmas. Allí le conocían también con el sobrenombre de 'El Pocero', por la intensa actividad que mantuvo con el constructor Ángel Ramón, a quien llamaban ‘alférez Mon’.
"Nada más llegar a Las Palmas, donde llevaba todo años parado, Espinosa Navas se puso a hacer obras en la comandancia. Ahí conoció a su amigo Mon, a quien luego contrató para el mantenimiento y otras reformas en casas cuarteles… Le llamaban 'El Pocero'", dicen fuentes cercanas a su entorno en Gran Canaria.
Fue a través de Mon que Espinosa Navas estuvo imputado en su primera causa por revelación de secretos. La alcaldesa de Arrecife (Lanzarote) iba a ser detenida en el marco del 'caso Unión' —otra trama de corrupción en las islas— y el general la avisó de que los agentes iban a por ella. La regidora era, al mismo tiempo, prima de Mon. El general quedó libre de cargos porque su amigo declaró que él no tenía ninguna responsabilidad en el chivatazo.
Reservados y puros
Según otras fuentes, también próximas al entorno del general en Gran Canaria, Espinosa Navas "es el mejor relaciones públicas" que han conocido. Alguien que habla "cuatro o cinco idiomas, con un altísimo nivel".
Así describen a EL ESPAÑOL su día a día en sus años canarios: "Por la mañana recibía a los empresarios más fuertes de la isla en su despacho de la comandancia y tomaba café con ellos. Llegadas las 12 de la mañana, ya se tomaba su primera caña en la cafetería de la comandancia. De ahí se iba a alguno de los mejores restaurantes de la ciudad, el Ribera del Río Miño o el Restaurante Rías Bajas. Después del almuerzo siempre hacía sobremesa y empataba con la cena. Otras veces hacía el maratón en el mismo reservado del restaurante donde almorzaba y le daban, de lunes a lunes, las tantas de la madrugada”.
Las mismas fuentes prosiguen: "Bebe mucho pero tiene mucho aguante y fuma mucho puro. Se arrimaba siempre a los empresarios con más dinero, solicitaba expresamente conocerlos y comer con ellos. Algunos son Eutasio López, de Lopesan; Anil Partrap Harani, de NH; Miguel Ángel Ramírez, presidente de la Unión Deportiva Las Palmas…"
De este último, el general se hizo muy amigo. "Eran íntimos, estaban todos los días juntos, a pesar de saber y de advertirle todo el mundo quién era este señor, y las numerosas condenas que llevaba a su espalda y las causas que tiene pendientes por numerosos delitos contra Hacienda, la Seguridad Social, etc. Estaban todo el día juntos en reservados de restaurantes y con compañía alegre", relatan las fuentes.
'Chocho volador'
La relación con Miguel Ángel Ramírez llegó a tal punto que, según explican las fuentes, este le pidió a Espinosa Navas la concesión de la cafetería de la comandancia a una empresa de su amante, Alicia Rosa Pérez Sánchez, igualmente imputada en varias causas con el presidente de la Unión Deportiva.
Tras la concesión, la hermana de Alicia Rosa, Adelaida Pérez Sánchez, comenzó a llevar la cafetería de la comandancia. Fue así como Espinosa Navas conoció a su amante. Adelaida aparece en el sumario del 'caso Mediador' con el sobrenombre de 'chocho volador'. El general habría buscado en la red de empresarios implicados un trabajo para ella con un sueldo de 3.000 euros y habría pedido otros 3.000 para hacer un viaje con ella a Fuerteventura.
A esta escapada se refirió el mediador Navarro Tacoronte en una conversación registrada en un restaurante con uno de los empresarios de la trama: "Quiere todo pagado para echar un polvo", dijo, según consta en el sumario del caso.
La razón de que Espinosa Navas le buscase un nuevo trabajo a su amante no era otra que las sospechas de su mujer sobre su relación fuera del matrimonio: "La cafetería está justamente debajo de la vivienda de Espinosa Navas en la comandancia. La esposa estaba arriba y la amante abajo, con lo que, en medio de esta situación morbosa, la mujer comenzó a sospechar", dicen las fuentes.
El general no logró que los empresarios de 'Mediador' le solucionasen la papeleta y acudió de nuevo a su amigo Miguel Ángel Ramírez, a quien, según las fuentes, "le pidió que por favor le diese un negocio a 'chocho volador'". Este accedió y le montó una tienda de complementos ubicada en la Calle Las Ramblas de la capital grancanaria.
La cosa no queda ahí. Espinosa le pidió además a Miguel Ángel Ramírez que le cediera dos pisos de su propiedad para él y su amante. Uno está ubicado en una urbanización para que ella pudiera vivir con sus hijos, y el otro se encuentra en un complejo cercano para que el general pudiera verse con ella.
Sobre los pisos, las fuentes indican a este periódico que, a día de hoy, "todavía los tienen en uso", en referencia al general y a su amante, mientras sospechan de los presuntos favores que hacía Espinosa Navas al empresario grancanario para que este accediera a todas sus peticiones.
A pesar de estas atenciones, el general no evitó que Adelaida le fuera infiel. En uno de los pasajes de su declaración ante la jueza, Navarro Tacoronte relató que en 2021 viajó a Las Palmas junto al general y el empresario José Suárez Estévez. Los tres se alojaron en el hotel Imperial Playa.
De acuerdo con su testimonio, Espinosa Navas se sintió despechado porque su amante Adelaida le había puesto "los cuernos el día de su cumpleaños". Entonces el general pidió "acostarse con un churumbel, un travesti". Suárez Estévez fue el encargado de pagarle este servicio, según el mediador.
"Trampas" en el Sahel
Además de Canarias, otro puesto de los que más marcó la trayectoria de Espinosa Navas fue el de director del Proyecto GAR-SI Sahel. Su nombramiento le convirtió en uno de los únicos 10 Jefes de Misión que la Unión Europea ha tenido en el mundo.
Según fuentes del alto mando de la Guardia Civil consultadas por EL ESPAÑOL, su grado de autonomía a la hora de dirigir la misión del Sahel era muy amplio. "Contaba con una gran autonomía en ese sentido", dicen. "Daba cuenta directamente a la Unión Europea. En el mando de operaciones o en la Dirección Adjunta Operativa (DAO) igual tenía que comentar alguna cosa, pero era algo muy indirecto. Manejaba los fondos de la UE. Era el que daba cuenta del manejo de los fondos y del uso que se estaba haciendo de ello".
El general hacía y deshacía a su antojo desde la dirección del proyecto. Tanto es así que levantó numerosos interrogantes sobre su gestión, tal y como confirmó una investigación independiente encargada por la Comisión Europea sobre sus resultados entre 2017 y 2021.
El informe detectó irregularidades en la adquisición de equipamiento para las fuerzas de seguridad de los países locales empleadas en la lucha antiterrorista. Unas "trampas" que señalan que, bajo el mando de Espinosa Navas, se emplearon hasta 12 millones de euros para la compra de material defectuoso sin justificar debidamente.
"Los evaluadores estiman que al menos 12 millones de euros corresponden a gastos sin acreditar que corresponden con gastos desconsiderados e injustificados, sin tener en cuenta las dificultades halladas con la Manufactura de Equipamientos Militares en Chad, que tiene el monopolio de importación de equipamientos militares”, dice el informe, al que accedió 20 Minutos. "La evaluación identificó trampas en la elección de equipamiento y materiales", prosigue.
Adjudicaciones en África
Ahora, la jueza tiene en su punto de mira, precisamente, sus contactos con empresarios de la trama del 'caso Mediador' a quienes les adjudicaron posteriormente una quincena de contratos, algunos de ellos sobre las actividades que él mismo dirigía en el Sahel, tal y como adelantó EL ESPAÑOL.
La magistrada ha ordenado a la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas (FIIAPP), dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores, que le entregue el expediente completo de cuatro contratos que adjudicó a una de las empresas implicadas en la trama de corrupción.
La empresa beneficiaria de estos contratos es la mercantil Asesoramiento y Servicios de Drones S.L., cuyo propietario es, de facto, el empresario José Santiago Suárez Estévez, amigo del guardia civil con quién este conoció a Navarro Tacoronte en Valencia. La Policía sospecha que Suárez Estévez se benefició de su contacto con el general que coordinaba el proyecto GAR-SI Sahel.
La juez instructora ha incorporado al sumario la transcripción de una conversación en la que Suárez Estévez explica al intermediario Navarro Tacoronte: "Todo lo que hago con África, a través de Papá, ¿vale?", decía. "El contrato que tengo ahí metido con el Ministerio... o sea, con la Fundación", señalaba. Se refería por supuesto al general Espinosa Navas.
En conjunto, la compañía de Suárez Estévez se embolsó un total de 113.692 euros de la Fundación FIIAPP, que preside la ministra de Economía, Nadia Calviño y de la que depende el proyecto dirigido por su amigo.
Todas estas actividades han salpicado en paralelo la meteórica carrera de Espinosa Navas en la Guardia Civil. Le convierten en alguien que siempre ha estado "en todas las salsas", como describen las fuentes de su entorno. "Era conocido por todo el mundo, con un poder enorme y a quien debían muchos favores", añaden. Que su nombre apareciera en el sumario del 'caso Mediador' no ha sido una sorpresa. "Pero el ovillo del que sale este hilo puede ser de dimensiones considerables", concluyen.
Un currículum brillante
Espinosa Navas creció de joven en los cuarteles de la Comandancia de la Guardia Civil de Sevilla. Su intensa vida en el Instituto Armado comenzó en 1973. Ingresó en el cuerpo en la Academia General Militar de Zaragoza.
Su ascenso a general se produjo en enero de 2013. Ha desempeñado cargos en múltiples destinos en España y el extranjero En sus primeros pasos de profesional, ya de teniente, fue destinado a Logroño, desde donde prestó e impulsó sus servicios en el País Vasco: Vitoria, Bilbao, San Sebastián, Lemóniz, Legazpia Echarri-Aranaz, etc.
A partir del año 1980, pasa a la Agrupación Tráfico y regresa a Sevilla. Ayudó a crear el destacamento de San Juan de Aznalfarache, al oeste de la ciudad. Fue jefe de este destacamento hasta su ascenso a capitán. En estos años decide estudiar la carrera de Derecho, siendo destinado, por sus conocimientos jurídicos, como profesor de Derecho Penal y Procesal a la Academia de Oficiales de Aranjuez.
Ya con su diplomatura en Información, pasa destinado a la Zona de Sevilla a las órdenes directas del entonces comandante González Lamelas, creando el Grupo Operativo de la Zona. En 1988 fue convocado al Curso de Jefes, preparó y realizó también el de Estado Mayor. Ya en posesión del empleo de Comandante DEM, pasó destinado a la Jefatura de Investigación e Información de la Dirección General.
A partir de 1993, el general Espinosa comenzó su andadura por el extranjero. Realizó un curso en Clermont Ferrand (Francia), participó en reuniones operativas con la Interpol sobre Medio Ambiente, etc. Posteriormente fue designado para incorporarse a Calafat (Rumanía) a la operación de Embargo en el Danubio.
De vuelta a Sevilla fue profesor en la Universidad de esta capital. Seguidamente, la Dirección General del Cuerpo le designa para la Misión de Bosnia-Herzegovina, para después integrarse en el Grupo de Trabajo Internacional de Policía Militar de la OTAN, con reuniones en diferentes países de Europa y Estados Unidos.
Pasó por la Comandancia de Algeciras. También por la Embajada de España en París, realizando en esta estancia el Curso de Altos Estudios de la Defensa Nacional. Alcanzó el ascenso a coronel. En este empleo solicitó destinos difíciles o al menos de mayor riesgo entre ellos la Comandancia de Bilbao; el Mando decidió que se incorporara como Coronel Jefe a la Comandancia de las Palmas.
Fue después de su paso por el archipiélago canario cuando al Ministerio del Interior y a la Guardia Civil le interesó que comandara la importante y delicada Misión de la Unión Europea contra el Terrorismo y contra el Crimen Organizado en el Sahel, con desarrollo en Níger e incluyendo a Mauritania, Mali, Burkina Faso, Chad y Senegal. Fue su misión más significativa y sobre la que se centra la investigación de la UE.