Alfred (Prat de Llobregat, 1997) ha vuelto y tiene la canción que -está convencido- representará a España en Eurovisión el próximo año, Desde que tú estás. Es su apuesta fuerte para el Benidorm Fest y la amasa como una joyita secreta antes del lanzamiento, pero, generosamente, ha dejado a este periódico escucharla antes de su presentación oficial.
Hasta donde podemos contar: es un hit. Una balada romántica, deliciosa y delicada, sellada al piano -la letra es exclusivamente suya, en la música colaboró Raúl Gómez, el que fuese compositor de Tu canción, el tema con el que Amaia Romero y él nos representaron en Eurovisión en 2018-. Habla de conocer a la persona que nos ayuda a vernos “tal y como somos” y a “sentirnos más seguros de nosotros mismos”. De esto que uno se mira al espejo y se siente diminuto pero se hace grande cuando pasa por el filtro de la mirada de alguien que nos quiere porque nos entiende, alguien gracias a quien los colores vuelven a ser más intensos, alguien capaz de encender de golpe todas las luces de la Gran Vía de Madrid.
La canción flota en el aire como un castillo de naipes hermoso y frágil, como un poemita redondo y sencillo, y es transversal porque resulta capaz de apelar a una sentimentalidad común, a la de un amor incipiente y mágico que nos reinaugura la vida. Como decía Gabriel Marcel: “Amar a alguien significa decirle ‘tú no morirás nunca’”. Igual que parecemos un rato eternos cuando estamos enamorados, igual que las canciones de nuestra vida son más largas y anchas que nuestro propio espíritu.
Alfred lo escribió porque lo sintió: siendo casi un niño salió de un programa de éxito masivo como Operación Triunfo, experimentó un romance público con su compañera Amaia, vivió persecuciones por la calle, protagonizó polémicas políticas -por expresarse como un joven de izquierdas, catalanista, feminista y crítico con los aspectos más rancios de España-, representó a nuestro país en Eurovisión y se echó a las espaldas tres giras extenuantes.
Cuando todo eso paró, apenas se reconocía. Se dedicó a reubicarse emocionalmente en una masía en el campo, durante casi un año, y llegó a pensar que se quedaría allí toda la vida, apartado del mundo, al estilo Marisol. “No tanto, al final”, sonríe. “Pero te diré que me encantan las fotos de Marisol paseando a su perro en Málaga”.
La vida de muchacho célebre y nómada le hacía rajitas por dentro: se acostumbró a vivir en hoteles, a existir sin arraigos, a despertarse por las mañanas en una suite con vistas a la Gran Vía y a rodar sin parar “en la ciudad que nunca duerme, como Nueva York, la ciudad en constante movimiento en la que buscas una chispa para sentir cosas de verdad… y ahí fue cuando apareció esta persona, para ubicarme”. ¿Qué es el hogar para el chico de los viajes? “Eso me preguntó el otro día mi madre, que de dónde me siento ahora: soy feliz en muchos sitios, pero he decidido hacerme una casa donde me siento más a gusto: en la montaña”. ¿En qué montaña? “¿Ah?”. Y vuelve a sonreír.
La canción casi que le brotó sola, como una epifanía: esa tarde coincidió en el estudio con Pablo López, que estaba componiendo canciones para Raphael, y los planetas se pusieron en fila. Salió de allí con el tema cosido y ahora cree que es la mejor composición de toda su carrera. A veces estas cosas suceden así: Manolo García, por ejemplo, parió un himno como Insurrección en 20 minutos. “Las canciones son cosas raras”. Es muy cierto.
El año pasado, Alfred se enganchó al Benidorm Fest y lo siguió con devoción. Dice que no recuerda las polémicas de tongo. “Lo que pasó con Chanel fue absolutamente justo: yo creo que Rigoberta tenía la mejor canción, y que es una de las mejores que se han compuesto en este país, pero Chanel tenía la mejor propuesta global y escénicamente era bestial. Lloré con su actuación: me emocionó su historia, me emocionó que una chica que llevaba tantos años trabajando y esforzándose y dedicándose a musicales pudiera estar ahí y hacer algo tan grande como lo que hizo. Fue la mejor actuación de la noche y quedó tercera: ¿quién ha quedado tercero desde hace veinte años? Nadie”.
"Mi madre me preguntó el otro día cuál era ahora mi hogar: he decidido hacerme una casa en la montaña"
Alfred está creciendo: ha sufrido y ahora se muestra menos politizado que entonces. Fueron muchos los palos. Pero sus referentes y su aura siguen en la misma línea rebelde y altruista, desprejuiciada e idealista, como un Quijote aún jovencísimo. Le inspira mucho su insurgente amigo Albert Pla. Y Robe Iniesta, de Extremoduro. Adora a su tío David Castillo, poeta y periodista musical en Cataluña, parte de la generación beat y contracultural de Barcelona. Y a María el Mar Bonet. Y a Sabina, y a Aute, y a Carlos Sadness, y a Bob Dylan y Justin Vernon. Fue a visitar a Antonio Escohotado en su último verano en Ibiza. Le dijo que debemos huir de “las palabras heredadas”. Lo lleva tatuado a fuego. Es un artista que no para de buscar las propias.
P.- Este año, la UERR ha dejado fuera de Eurovisión a Rusia por su declaración de guerra. ¿Qué te parece esta decisión? ¿Hubieras participado también con Rusia en el ajo?
R.- Yo soy una persona que defiende la música por delante de todo y creo que que los conflictos políticos a veces se tienen que dejar a un lado para dejar paso a la a la protagonista, que es la música y es el arte, porque suficientes problemas tenemos como para no dejar que que el arte sea el protagonista del momento.
P.- ¿Qué hay del crecimiento de la extrema derecha en Europa? ¿Te preocupa? El último caso ha sido el de Meloni en Italia, de corte posfascista. ¿Crees que desde Eurovisión se puede hacer una canción antifascista?
R.- Lo que te decía antes, yo creo que hemos de centrarnos totalmente en la música y en el arte y apoyar a los artistas, porque creo que los artistas no son políticos, hasta donde yo sé.
P.- Pero a ti siempre te han gustado mucho los artistas insurgentes, los rebeldes, empezando por Albert Pla.
R.- Sí, pero fíjate que cantantes como Robe Iniesta, por ejemplo, siempre, siempre se han centrado en la música y cuando tienen letras punzantes siempre es a través de los versos de sus canciones y no de las palabras que usan.
P.- Él es anarquista.
R.- Puede ser, sí, puede ser. Además, acaba de de sacar un disco impecable. Ahora que hay muchas entrevistas y me preguntan mucho “¿pero por qué ahora, por qué te presentas al Benidorm Fest, qué te ha hecho estar aquí?”, pienso en una frase que dijo el otro día en su concierto: “Si no es ahora, ¿cuándo?, si no eres tú, ¿quién?, y si no es aquí, ¿dónde?”. Fue como muy revelador para mí. Dije: sí, es el momento. Y este año voy a representar a España en Eurovisión.
P.- Lo tienes realmente claro.
R.- Sí.
P.- La última vez que fuiste, inevitablemente, estuvo marcada por la política. Defendiste que hay muchas maneras de ser español y mosqueaste a la derecha al regalarle a Amaia el libro España de mierda, de Pla. ¿Cómo te sientes ahora con respecto a España? ¿Ha cambiado tu manera de sentirte patriota?
R.- Claro, hay quien me dice “pero con todas las polémicas que hubo en su momento, ¿cómo te has atrevido a volverte a presentar?”. Bueno, en aquella ocasión salimos airosos porque hicimos una buena actuación y porque al final somos profesionales y nos dedicamos a esto. Yo creo profundamente en este país y en las personas que quieren cambiarlo y defenderlo de la mejor manera que saben, que es con sus canciones y con su música, que es mi caso.
También creo que TVE ha hecho un trabajo excelente con el festival y yo quería participar de alguna manera. Las cosas han cambiado desde que yo estuve en Eurovisión: justo salía de OT, pasé de ser un estudiante de Comunicación Audiovisual y Periodismo a ser una persona famosa que todos los medios querían entrevistar, no se sabe muy bien para qué, por música o relaciones personales o lo que fuera, pero ahí estaban, y estaba haciendo dos giras a la vez, era un momento políticamente complicado también. Estaban pasando muchas cosas en este país. España se ha fortalecido desde entonces y su riqueza cultural se puede comprobar en este festival.
P.- ¿Te gusta más España que antes, pues?
R.- Soy un enamorado de España y me la he recorrido entera, he estado en todas las ciudades tocando y he llegado a todos los pueblos que he podido: este país es rico y diverso, y vas a cantar a Sevilla y se saben la canción que se llama Madrid y vas a Zaragoza y se saben la que se llama Barcelona y vas a Argentina y te cantan todas nuestras canciones.
P.- ¿Te atacaron con especial dureza por ser catalán?
R.- No lo creo, ¿no sería un poco raro? A ver, esa minoría reaccionaria es una filfa. En cinco años de carrera, nunca nadie me ha dicho nada por la calle. Jamás. Ni una palabra. Tampoco en entrevistas, por mucho que haya habido artículos despectivos, pero es que todo eso es virtual, no es real, es una máscara. Nadie ha osado nunca insultarme por catalán. Eso son especulaciones.
P.- ¿Por qué no compusiste la canción para Eurovisión en catalán?
R.- Es muy romántico, y es mi lengua materna, pero no tenía mucho sentido. No lo hice porque quiero que toda España me entienda verdaderamente, que todo el mundo podría saber catalán, ¿no?, pero no todo el mundo lo habla ni lo entiende. Es verdad que Salvador Sobral cantó una canción en portugués, pero en fin, la canción me salió así, no lo estudié demasiado antes. También podría haberla hecho en inglés, porque yo compongo en todas las lenguas, pero me salió este temazo en español y ha quedado genial.
"Todo el mundo podría saber catalán, pero compuse la canción en castellano para que toda España me entienda verdaderamente"
P.- Serrat estuvo vetado en su día por el régimen franquista: dijo que si no le dejaban cantar su canción en catalán, no cantaba. Lo desafió. Un momento difícil para ser valiente.
R.- ¡Me imagino! Es un momento que yo no he vivido, gracias a dios, pero hubo mucha gente, como él, que se jugó la vida en el franquismo para que muchos estemos aquí ahora y podamos cantar con libertad. Un tiempo donde si te reunías con más de dos personas en la calle ya podías ir a la cárcel.
P.- El público de Eurovisión es muy abierto, diverso y queer. Tú también te has mostrado transgresor y has roto roles de género con la moda que eliges vestir. ¿Te ves como un icono LGTB?
R.- La moda no tiene género, siempre lo digo, y yo trato de reivindicar que todo el mundo pueda vestir cualquier prenda sin sentirse observado. Ninguna prenda es de hombre o de mujer, eso es absurdo. Es verdad que es curioso que un chico con falda aún no no se observe con normalidad, pero depende de la cultura, en Escocia no te diría lo mismo.
P.- Te he escuchado decir que de Tu cara me suena, el programa en el que pronto empiezas, te alienta mucho el hecho de que donen dinero para causas sociales. ¿Cuáles son las más urgentes para ti?
R.- Conozco muchas de cerca porque cada vez tengo más amigos que se dedican a esto y ya he estudiado a qué se dedica cada céntimo y he visto las transformaciones conseguidas. A Open Arms los conozco muy de cerca desde hace cinco años y los he apoyado siempre, os recomiendo la peli llamada Mediterráneo.
Estoy muy a tope ahora con Casa Terra, una organización sin ánimo de lucro encabezada por Miquel, el que fuera cantante de Charango: se dedican a defender causas sociales en Nepal, sobre todo a su infancia. Digamos que son niños que se podrían dar en adopción pero ellos defienden que están realmente felices en su país y procuran darles herramientas para que puedan vivir allí, para encontrarles una familia allí y no siempre extranjera, más desenraizada. Y bueno, luego siempre estoy con las causas de mi pueblo, más pequeñitas, como con una organización que se dedica a dar trabajo a personas con capacidades diferentes. Es una causa noble, muy bonita. Y el Festival Esperanza, y etc, etc…
P.- ¿Cómo valoras a posteriori tu paso por OT? ¿Te sentiste utilizado en algún momento, te arrepientes de algo?
R.- No me arrepiento de nada. Además, tampoco te creas que lo he visto mucho. No he visto el programa como tal, ¡serían miles de horas que ver más tarde y…! Ya pasó, ya está. Soy bastante como los actores que no ven sus propias pelis. Mi trabajo ahí está hecho. Fue algo precioso y algo que no volverá a repetirse. También significó la introducción de las redes sociales en televisión, fue el primer programa que participó en esa hazaña: estaba todo el mundo conectado, viviendo a la vez, y la verdad es que yo le debo todo a Operación Triunfo.
P.- ¿Pecaste de inocente?
R.- No es que pecase de inocente, es que era inocente. Tenía 19 años, y Aitana 18, por ejemplo. Es injusta la pregunta. Yo tampoco sabía lo que iba a pasar. No sabía lo que significaba tener a dos millones y medio de espectadores cada semana pendiente de nosotros, y eso funcionó porque les gustaba nuestro talento y también nuestra vida.
P.- ¿Conservas amistad con tus compañeros?
R.- Sí, con todo el mundo, y cuando les conté lo de Benidorm Fest, recibí muchas muestras de apoyo y se pusieron muy contentos.
"Hay un grupo de Whatsapp de la gente de OT, pero cada vez tenemos menos cosas que contar"
P.- ¿Tenéis un grupo de WhatsApp?
R.- Hay un grupo de Whatsapp, lo que pasa es que cada vez hay menos cosas que contar, porque ya nos vemos por las redes. Tampoco hace falta estar tan en contacto. Yo tengo en Madrid a algunos de mis mejores amigos, y otros en Barcelona, e igual pasamos un año sin vernos pero el día que nos vemos parece que no ha pasado el tiempo.
P.- ¿Cómo te cambió la vida aquella época económicamente? ¿Te hiciste rico?
R.- Ah, pues sí.
P.- ¿Y qué hiciste con eso?
R.- Gané dinero. O sea, me dedico a esto y bastante bien. También me esfuerzo mucho en que así sea: mi destino, mi pretensión, siempre es la calidad. Yo he dejado canciones y videoclips en el armario porque el resultado final no me parecía que tuviese la calidad que tenía que tener. Yo he sido reticente a la rueda de la industria y no obedezco a algoritmos, sino a las canciones que me salen. Tengo una discográfica para gestionar mi catálogo lo mejor que pueda. Decido en qué momento se sacan las cosas y cómo se sacan, y no creo en tirar cosas por tirarlas.
P.- ¿En qué te gastaste el dinero después del pelotazo de OT?
R.- Lo primero que hice fue donarlo, la verdad.
P.- ¿En serio?
R.- Sí: salí y lo primero que hice fue donar 5.000 euros a causas sociales como Open Arms, y ahí me hicieron embajador, o algo así, no sé ya qué me hicieron. Y luego he invertido mucho en mi propio trabajo, en Alfred García.
P.- Tu trabajo central es como compositor, ya sea de canciones para ti o para otros artistas. ¿Te da miedo la sequía creativa? ¿Has tenido algún bloqueo artístico importante que te haya hecho parar un tiempo?
R.- No me preocupa: las canciones siempre salen. Además, yo no soy de esas personas que se sientan a componer una canción, sino que la canción me viene sola. Las canciones son cosas raras. Es una cosa espiritual, casi divina, aunque puede sonar pedante decir esto.
"Las canciones son cosas raras. Es una cosa espiritual, casi divina"
P.- Es hermoso.
R.- Sí, y sobre todo es cierto. Tú en el subconsciente vas almacenando información, vivencias, sufrimiento, alegrías… y un día te acaba saliendo una canción. Mira, yo ahora estoy componiendo para Sergio Dalma y pienso continuamente en él, en su voz, en su cara. Pienso en él para ser honesto a la hora de componer, para que las canciones me vengan en forma de recuerdo o en forma de símbolo subconsciente, y para pasar un poco de las palabras heredadas, que es algo que me enseñó Eschotado cuando fui a Ibiza el pasado verano a verle, antes de que nos dejara.
P.- Háblame de ese encuentro.
R.- Fue importante para mí: Antonio me enseñó a dudar de lo que creemos que significan las palabras. Me habló de que las palabras deberían mutar y avanzar con la sociedad, en el sentido artístico y en todos los demás. Yo creo que para eso soy un poco más clásico y tengo que esforzarme mucho para no repetirme, per hacer las cosas con el corazón también lleva a repetirse.
P.- El estilo, al final, es repetición.
R.- Sin duda. Aunque al final me esfuerzo más para los otros artistas para os que compongo.
P.- Me interesa la generosidad esa de hilvanar una canción para que la cante otro: me recuerda a uno de los discos más importantes de la historia de España, Marinero de Luces, que José Luis Perales escribió para Isabel Pantoja después de quedar muchos días con ella y entrevistarla largamente para entender su dolor por la muerte de Paquirri y poder construir una banda sonora perfecta de su vida desgarrada.
R.- Para mí José Luis Perales es uno de los mejores compositores de este país, y Te quiero es todo un himno. Hay una versión de Elefantes, Love of Lesbian y Sidonie que es preciosa.
P.- ¿Entiendes el amor más como Perales o como Sabina? Uno es el esposo y el otro el amante, el canalla… son las dos Españas sentimentales.
R.- ¡Sí! (ríe). Sabina siempre está saliendo por la puerta. Yo creo que me siento identificado con los dos, tengo la forma de amar de Perales y también la de Sabina. Pero depende del momento.
P.- ¿Qué sabes del amor ahora que no sabías con 18 años?
R.- Me he dado cuenta de que cuanto más me quiero a mí mismo, más quiero a los demás. Cuando más me he cuidado a mí mismo, más he cuidado a los demás. Estos años me he estado formando también en gestión de equipos, porque al final yo trabajo con muchísima gente, con unas 20 personas, y mover a un equipo tan grande y gestionarlo es un esfuerzo.
Y yo creo que lo que más funciona para amar y querer a las personas es cuidarlas de verdad, pero para eso, uno antes se tiene que cuidar a sí mismo. Es como cuando vas subido a un avión y las azafatas te dan las instrucciones de lo que hacer en el vuelo en caso de emergencia por despresurización: te dicen primero que te coloques la mascarilla tú y luego que se la coloques al de al lado. Yo creo que la vida tiene mucho que ver con esto. Con salvarte a ti mismo primero para poder salvar al de al lado.