Multimillonaria. Rubia. Hija del hombre más rico de España. Menos de 40 años. Estilosa y en gran medida una socialité. Eso es lo único que muchos parecen haber visto en Marta Ortega Pérez, la nueva presidenta del grupo de moda más grande del mundo, Inditex, a partir del próximo 1 de abril, por orden y gracia de su padre, dueño y fundador, Amancio Ortega.
Sin embargo, esta mujer de 37 años (Vigo, 1984) habla cinco idiomas, ha estudiado en un internado en Suiza y se ha licenciado en la prestigiosa European Business School-Regent's University de Londres. Lleva trabajando en la empresa familiar, que ahora va a presidir sin funciones ejecutivas, desde los 23 años y sólo tiene tres menos de los que contaba Pablo Isla, el hasta ahora todopoderoso hombre de Inditex, cuando asumió el cargo de vicepresidente y consejero delegado.
La niña de Amancio ha pasado en estos 15 años por el departamento de finanzas, el de contabilidad, análisis de ventas y diseño en las oficinas de Londres, París y Shanghái, donde se trasladó a vivir para supervisar la expansión china de Inditex.
Fue nombrada vicepresidenta de dos dos sociedades patrimoniales de la familia, Gartler y Partler, a través de las cuales invierten en Inditex. Ha estado en estrategia y hasta en la supervisión de los diseños de Woman en Zara, de la que es inspiradora de una línea de pasarela dentro del low cost de la marca que se agota cada temporada a los pocos días de salir a la venta. Sin embargo, lo que se ha resaltado en muchos artículos sobre ella es que doblaba camisetas en una de las tiendas estrella del grupo en Londres.
"Me gustaría estar cerca del producto. Es lo que mi padre siempre hizo"
"Me gustaría estar cerca del producto. Es lo que mi padre siempre hizo", aseguraba este verano Marta Ortega en una entrevista única en el periódico estadounidense The Wall Street Journal, con la que rompía el tradicional silencio de una mujer que parecía más carne de imagen que de palabra. En las páginas salmón del periódico más prestigioso del mundo, ya se sugería el "cambio generacional" que ha ejecutado un Amancio Ortega de 85 años que tiene claro que va a dejar a manos de su hija (eso sí, bien acompañada y asesorada) todo su imperio.
El arma secreta
El periódico económico la calificaba entonces como "el arma secreta de Zara" y advertía en su publicación en Instagram que "el liderazgo no significa necesariamente seguir las convenciones o adherirse a una fórmula" y que los Ortega eran expertos en no seguir las normas para conseguir el éxito más rotundo.
Lo curioso es que en el relevo de Inditex, Amancio Ortega se ha adherido a la misma fórmula que han ido poniendo en marcha los hombres más ricos de España que lo acompañan en la lista Forbes. En febrero del año pasado, el sexto español más rico, Juan Abelló, cedía el testigo de Torreal a su hijo Miguel y, el pasado mes de mayo, el empresario Juan Miguel Villar Mir (puesto número 29) se retiraba dejando la presidencia del grupo a su hijo Juan.
Ambas decisiones pasaron sin pena ni gloria por la Bolsa y ni se mencionaron en la prensa generalista o por redes sociales. Sin embargo, el nacimiento de la nueva gran reina de la moda (al nivel sólo de Carolina Adriana Herrera o Allegra Versace) ha arrancado un huracán de debate sobre méritos y enchufes poco visto en el traspaso de otros grupos de padres a hijos (y digo bien, hijos).
¿Dónde está la diferencia ahora? ¿Por qué este revuelo? ¿Por qué la capitalización de Inditex cayó en más de 5.600 millones de euros en bolsa el lunes pasado cuando se anunció el nombramiento de Marta Ortega? ¿Será porque Marta no se llama Amancio?
6.829 tiendas
Si es por conocimientos y preparación, la mujer más poderosa del mundo en el sector de la moda [al menos en números pues cuenta con 6.829 locales repartidos por todo el globo entre Zara, Massimo Dutti, Pull&Bear, Bershka o Stradivarius], ha crecido rodeada de tiendas, diseños, modelos, líneas de lanzamiento, prendas, combinaciones, colores, telas... Y eso que hasta los 13 años, tal y como cuenta una de sus amigas de la infancia que ahora trabaja para ella, no fue consciente de que su padre era el dueño de todas las Zara del mundo mundial.
La moda e Inditex han sido el monotema cada vez que ha llegado a casa y sigue siéndolo ahora en su hogar. Casada en segundas nupcias con Carlos Torretta, hijo del famoso diseñador Roberto Torretta, ambos manejan bien sus apariciones públicas conscientes del poder que supone la moda low cost, la influencia de la alta costura y el nivel de fidelidad que generan en sus clientas.
De hecho, una de las tareas diarias hasta ahora de Marta Ortega era ver cuáles eran las prendas más vendidas en el mundo para testar, casi al minuto, el gusto de las millones de compradoras y compradores que entran en alguna de sus tiendas. Un fervor internacional que ha supuesto unas ganancias récord de 1.300 millones de euros tras las restricciones de la Covid-19.
"Creo que es importante construir puentes entre la alta costura y la calle, entre el pasado y el presente, entre la tecnología y la moda, entre el arte y la funcionalidad", aseguraba en la entrevista al WSJ Marta Ortega Pérez en una clara declaración de intenciones de a qué juega esta niña rica (su padre cuenta con un patrimonio de casi 70.000 millones de euros) pero que no quiere salir de Arteixo ni de A Coruña.
Boda Valentino
Quizá por eso, en 2018 se casó con un increíble vestido de su diseñador fetiche Pierpaolo Piccioli (de la casa Valentino) en una boda gitana que se rumorea le costó hasta 20 millones de euros a su riquísimo padre. Pero luego es capaz de agotar cualquier pantalón, camiseta o abrigo de Zara, Massimo Dutti o Bershka a nivel mundial con una sola vez que se lo ponga.
Una perfecta combinación de formas de vida, entre la alta costura y el low cost, que sigue manteniendo en su día a día más allá de la ropa; y que se ve por las calles de A Coruña, donde pasa del dúplex de lujo donde vive con su marido y sus dos hijos, Amancio de 8 años, de su primer matrimonio con el jinete Sergio Álvarez y Matilda, de un año, a afianzar la bonita costumbre de tomarse su copa en el Rialto, un lugar tradicional de la gente guapa de la ciudad gallega, donde es relativamente fácil verla rodeada de sus amigas de siempre.
Pero Galicia no es su único hogar. Acostumbrada a visitar una tienda de Zara diferente cada semana, una mezcla de obligación y devoción que se impuso hace años, Marta Ortega y su esposo han repartido zapatillas de estar por casa en sus otros lugares, eso sí, de paso: un búnker que le regaló su padre en el Paseo de Gracia de Barcelona cuando se casó y uno de los pisos más caros ahora mismo en Madrid, una vivienda de 500 metros en la Villa Plaza de París, la promoción de los Matutes y Rafael Nadal que se ha vendido más cara que el propio edificio del hotel Four Season: 20.000 euros el metro cuadrado.
De hecho, justo antes de este nombramiento, se especulaba mucho sobre si Marta Ortega estaba pensando en pasar menos tiempo en A Coruña y trasladar sus bultos a Madrid, la ciudad donde conoció a su actual marido y donde tiene muchas de sus amigas más relacionadas con la alta costura, el modelaje y los desfiles.
Sin embargo, si sigue los pasos de su padre con este nuevo cargo, Arteixo va a convertirse en el lugar del mundo que más visite, teniendo en cuenta que Amancio todavía se sienta (casi cada día) en las mesas largas y compartidas, con sillas altas y de ruedas, donde su hija sigue casi en vivo la marcha de su imperio.
Tercera mujer en el Ibex 35
La designación oficial de la heredera, que parece haber revolucionado el sector financiero español, ha posibilitado que Marta Ortega Pérez se convierta en la tercera mujer en presidir una de las 35 empresas que conforman el IBEX 35. Las otras dos son Ana Patricia Botín en el Santander y Beatriz Corredor en Red Eléctrica (un nombramiento del Gobierno).
De hecho, los informes alertan de que en las empresas cotizadas sólo el 17% de los puestos directivos está ocupado por una mujer. Esto significa 73 puestos contados. Además, sólo tres empresas tienen un consejo de dirección paritario y dos de ellas son públicas: Aena y Red Eléctrica. La tercera es Colonial. Los expertos, además, aseguran que en la industria de la moda, esta presencia es todavía menos relevante por paradójico que parezca.
Los Torretta
Si está claro que la moda y el diseño fueron la almohada sobre la que nació Marta Ortega Pérez, entre hilos y botones mientras su abuela materna la cuidaba y su madre no perdía día de trabajo en Inditex; ésta sigue siendo el lugar donde reposa cada noche de nuevo tanto si está en casa de sus padres como en casa de sus suegros.
La relación con Carlos Torretta, que empezó en 2016, parecía sumar sinergias en ambas direcciones en el mundo de la moda hispana aunque, más bien, lo que Amancio Ortega ha sumado es otro soldado a su ejército, ya que su yerno es ahora el responsable del departamento de comunicación online de la marca.
No le ha ido tan bien a los Torretta, que pasaron de ver crecer sus ventas un 111% el año en que se oficializó el romance entre Marta y Carlos a perder un 65% de las mismas en 2019, antes de la pandemia.
La pareja se conoció en el 40 cumpleaños de la exmodelo Eugenia Silva, celebrada en el Museo del Traje de Madrid; una broma del destino o quizá no, pero el escenario único donde la reina de Zara y el hijo de Roberto Torretta tenían que cruzar la mirada, y los teléfonos. Porque, como recuerdan sus próximos, por increíble que pareciera, Marta Ortega y Carlos Torretta no se conocían hasta entonces (él estaba trabajando en una agencia de modelos en Nueva York como booker). Desde ese día... luces de colores y a pasarlo bien.
Muchos incluso achacaron al argentino, más acostumbrado a la prensa y a los eventos de la alta socialité, que la heredera gallega empezara a dejarse ver cada vez más por las calles de Madrid y se apuntara a estrenos y presentaciones, eso sí, bien seleccionadas y normalmente vinculados al mundo de la moda, su mundo.
En pocos meses, pasamos de verla siempre en los hipódromos, su otra gran pasión, tanto que su padre le construyó uno en una de sus propiedades que se ha convertido en un punto fijo en la organización internacional de carreras, a pasearse por fiestas y bodas de beautiful people española y de parte del extranjero.
"He vivido esta empresa desde mi infancia y he aprendido de todos los grandes profesionales con los que he trabajado durante los últimos 15 años. Siempre he dicho que dedicaría mi vida a desarrollar el legado de mis padres, mirando al futuro, pero aprendiendo del pasado y estando al servicio de la compañía, nuestros accionistas y nuestros clientes, en el lugar donde se considere que soy más necesaria", asegura en un comunicado Marta Ortega después de conocerse su ascenso.
Presidencia sin funciones
Aunque su puesto, que será efectivo en abril de 2022, no tendrá funciones ejecutivas, la heredera gallega seguro que irá asumiendo cada vez más protagonismo en las decisiones que van a marcar el futuro de la mayor empresa del mundo en el sector.
Analistas de Kepler aseguraron a Times, que dedicó un largo artículo a la figura de la heredera esta semana, que "tanto Marta Ortega como el director ejecutivo Óscar Maceiras tienen mucho que demostrar cuando se trata de su capacidad para manejar este gran monstruo en medio de la crisis de Covid". Puede ser verdad, pero ojalá examináramos igual a cualquier hijo de rico que asume la empresa de alguno de sus padres incluso antes de sentarse en el sillón de mando.
Eso sí, personalmente, no quiero ni imaginar la conversación durante la comida de Navidad este año en casa de los Torretta: la línea de estilo vaporoso de la última presentación del diseñador presentada en Ifema frente a la nueva estrategia mundial de alguna de las divisiones de un imperio internacional.
Porque, por mucho que la cuñada de Marta, María Torretta, lo negara, la alta costura en esa mesa desfila hasta en los manteles y es imposible evadirse de la noticia más grande sobre el sector de la moda desde hace décadas: "Marta es familia y en casa no se habla de moda o empresa, sino de familia", aseguraba María.
Claro que eso era antes de que la hija de Amancio fuera la nueva reina del flow.