La policía de Filipinas ha abatido a tiros al coruñés de 32 años Diego Bello Lafuente, residente en la isla de Siargao, a 800 kilómetros al sureste de Manila. Los hechos han ocurrido dentro de una operación antidrogas. Desde el año 2016, en Filipinas es legal abatir a personas que estén involucradas en el tráfico de drogas, según las leyes impuestas por el presidente del país asiático, Rodrigo Duterte.
Diego Bello Lafuente poseía en la localidad de General Luna varios negocios relacionados con la hostelería y la moda, según el medio local Minda News. Se encontraba temporalmente en la isla de Siargao, en Filipinas.
La Policía filipina acusa a este coruñés de haber sacado una pistola cuando se percató de que había vendido cocaína a un agente de la ley. Diego Bello habría llegado a disparar a los agentes, según relatan estos a los medios locales. La Policía Regional de Surigao del Norte señala que los hechos fueron "en legítima defensa" de sus funcionarios.
Por el momento, el gobierno filipino no se ha pronunciado al respecto. Desde que comenzó la campaña antidrogas en el país, se ha abatido a unas 6.700 personas sospechosas de estar relacionadas con el tráfico de estupefacientes.
Diego Bello Lafuente, coruñés que había cursado sus estudios en el colegio Compañía de María, era un gran aficionado del surf y los deportes acuáticos. Sería uno de los motivos principales por los que se habría trasladado a Filipinas, donde tenía una tienda de ropa y un hostal, además de una sala de fiestas.
La versión de la policía
Según Reynel Serrano, portavoz de la policía filipina en Surigao del Norte, Bello era un "traficante de drogas de alto valor" y en el momento de los hechos llevaba encima 10 gramos de cocaína y 30.000 pesos filipinos en billetes marcados (unos 500 euros). La justificación para abatirle fue "legitima defensa", según Serrano, que sostiene que Bello llevaba una pistola del calibre 45 y disparó primero a los agentes.
Se trata del primer español que muere en una operación de estas características en Filipinas, en donde la policía ha matado ya a 6.700 sospechosos en operaciones de este tipo. El gobierno de España no ha hecho ninguna declaración por el momento.