Aspronaga ha sido una de las asociaciones coruñesas que más ha sufrido las consecuencias del coronavirus. Uno de sus usuarios fue la primera víctima mortal de esta pandemia en Galicia. Pese a ello, esta asociación ha sabido salvaguardar la salud de sus 150 usuarios en residencias y de sus 125 trabajadores.

Juan Fontela, director gerente de Aspronaga en A Coruña, nos cuenta cómo hicieron frente a esta crisis sanitaria y la gran muestra de solidaridad de empresas, instituciones y particulares en cuanto hicieron un llamamiento para pedir materiales. Hablamos también con él del futuro de la entidad y del ánimo con el que afrontan sus usuarios y empleados esta situación desconocida.

¿Cómo valoráis desde Aspronaga la crisis del coronavirus?

Tuvimos la mala fortuna de que el primer fallecido en Galicia fuese un usuario de Aspronaga. Fue un choque importante. Ya habíamos acometido un pequeño plan de contingencia por lo que pudiese pasar. Compramos material, pero nadie pensaba que aquello llegase al punto que todos conocemos.

¿Cómo fueron esos primeros días?

El lunes siguiente a la declaración del estado de alarma se constituyó un equipo de coordinación. Desde entonces, nos reunimos todos los días por videollamadas todos los directores de los centros y técnicos. Tratamos la situación de nuestros usuarios y del personal. Hubo muchas bajas médicas entre los trabajadores, lo que supuso un reto para nosotros. Por otro lado, nos preocupaba mucho la situación del material de protección.

Al tercer día, nos dimos cuenta de que no nos llegaba el material para todo el personal de Aspronaga. Sí que tenían EPIs quienes trabajaban con usuarios, pero no las personas que se ocupan de la limpieza de los centros y otras tareas.

"Fue muy emocionante la colaboración. Empresas como Hijos de Rivera o Grupo Caamaño han colaborado desde el primer minuto"

Juan Fontela

¿Recibieron muchas ayudas externas?

Promovimos una campaña a través de las redes sociales para pedir donaciones de material. Fue realmente sorprendente y emocionante. A los 15 minutos teníamos una avalancha brutal de llamadas de empresas, instituciones y particulares. Al día siguiente ya teníamos nuevo material para poder seguir con nuestro día a día. Todo el personal tuvo entonces los medios adecuados para trabajar.

¿Cómo cambió la situación a partir de entonces?

A partir de aquel momento, pudimos controlar todos los problemas que fueron surgiendo. Nuestra principal residencia, con 70 usuarios, no cuenta con ningún positivo. La casa de Lamastelle, con 22 usuarios, tampoco registra ningún positivo tras hacerse test. Las otras dos residencias, en A Coruña y Oleiros, no hay ningún usuario ni trabajador con síntomas. Sí que ha habido cinco usuarios que han dado positivo, pero no han dado ningún síntoma. Estamos satisfechos de haber podido atajar esta crisis de la manera que lo hemos hecho.

¿Lleváis la cuenta de la cantidad de material que os han donado?

Habitualmente consumimos a la semana unas 2.000 mascarillas en nuestros centros, además del resto de materiales necesarios. Hemos conseguido abastecernos gracias a las donaciones. Ahora ya hay un suministro regular por parte de la Administración, pero al principio fue gracias a las donaciones de empresas y particulares. Fue muy emocionante la colaboración. Empresas como Hijos de Rivera o Grupo Caamaño han colaborado desde el primer minuto. Estamos en deuda con todas esas personas que han donado material y nos han ayudado a controlar la pandemia.



"Hay que reconocer el esfuerzo que han hecho y la motivación que han tenido [los trabajadores]. Han demostrado una dedicación tremenda"

Juan Fontela

¿Cómo llevaron esta situación los usuarios y trabajadores?

Todos nos encontramos con algo desconocido. Es normal que hubiese miedo y nerviosismo al principio. El hecho de poder garantizar el material al personal cambió radicalmente la visión de los trabajadores. Hay que reconocer el esfuerzo que han hecho y la motivación que han tenido. Han demostrado una dedicación tremenda. He podido hablar con casi todos los trabajadores y me dicen que tienen buen ánimo y están motivados. Aspronaga está súper agradecida con todos sus trabajadores.

En cuanto a los usuarios, también ha cambiado su día a día. Han pasado de tener actividades fuera de las residencias y diferentes salidas a una situación totalmente distinta. Tuvimos que adaptar sus programas para que fuesen desarrolladas solo en las residencias. Al tener instalaciones con jardín, el confinamiento ha sido algo más agradable. Por otro lado, hemos dotado a todos los centros de tecnología para que los usuarios estén en contacto permanente con sus familiares.

¿Cómo afronta Aspronaga esta nueva situación tras el confinamiento?

Estamos empezando a perfilar nuestros planes. En las residencias, estamos comenzando a organizar las visitas de los familiares, siguiendo siempre las recomendaciones sanitarias. También tenemos en mente que haya terapias a domicilio para aquellos usuarios de centros de día. Creemos que en un plazo breve podremos volver a trabajar plenamente.