Una semana después de que trascendiesen las presuntas "broncas" y malos modos entre la alcaldesa Inés Rey, el portavoz municipal José Manuel Lage Tuñas y dos de las concejalas del consistorio de A Coruña, el gobierno local de la ciudad no ha hecho todavía ningún comentario oficial sobre el ya conocido como "escándalo del 8-M". Ayer la portavoz municipal del PP, principal partido de la oposición, Rosa Gallego, volvió a pedir a Inés Rey en RadioVoz que aclarase lo sucedido. La alcaldesa no ha dicho hoy nada acerca del tema en su intervención semanal en la misma emisora.
La noticia de la semana pasada ha sido el culmen de los días más complicados del gobierno herculino durante esta legislatura, con las calles repletas de basura e incendios de contenedores y camiones durante varias madrugadas por los problemas con el sindicato, la situación de violencia nocturna en el Orzán y la dimisión del concejal de urbanismo, Juan Díaz Villoslada. Esto último habría sido el desencadenante de los ya famosos y todavía presuntos sucesos del 8 de marzo, el supuesto maltrato verbal a dos integrantes de la corporación por parte la alcaldesa y su mano derecha.
Según adelantó la semana pasada el diario digital DiSínoticias y varias fuentes han confirmado a Quincemil estos días, la directora de comunicación del ayuntamiento de A Coruña, Emma Cid, habría intentado convencer a las implicadas y a los testigos de lo sucedido que compareciesen a negar los hechos, algo que no habría conseguido. Hay fuentes que han asegurado a Quincemil que las presiones habrían continuado esta semana, pese a estar una de las personas implicadas de baja laboral.
Quincemil se ha puesto en contacto con el departamento de prensa de A Coruña para confirmar o desmentir estos hechos y conocer el punto de vista del ayuntamiento, sin haber recibido respuesta desde el martes.
Amplia repercusión de la noticia en A Coruña
Tal y como adelantó el digital Mundiario y varias fuentes confirmaron a Quincemil posteriormente, horas antes de la manifestación del 8-M el pasado martes, los dos máximos responsables del ayuntamiento habrían atacado verbalmente a dos concejalas de María Pita (Esther Fontán y Eva Martínez Acón), en dos reuniones diferentes sucedidas en la misma mañana. En el caso de la segunda, le habrían exigido de muy malos modos que cediese su acta de concejala.
El grupo Popular de A Coruña se hizo eco de estos hechos reflejados por Mundiario en el pleno del pasado jueves, siendo calificados de "fake news" y de "basura" por parte de Lage Tuñas, portavoz del gobierno y uno de los presuntos implicados en el asunto, en una tensa sesión del consistorio.
La noticia ha tenido una enorme repercusión en la ciudad y generado todo tipo de reacciones y comentarios: los exsenadores José Manuel Sande y José García Buitrón expresaron públicamente su repulsa ante los hechos presuntamente sucedidos en el seno del gobierno de A Coruña, y hay personas que aseguran que existen grabaciones o transcripciones de las "broncas" ocurridas en María Pita en ese atípico 8-M, pero desde Quincemil no hemos podido confirmarlo.
La oposición critica al gobierno
Además del punto de vista del PP, ya expresado en el pasado pleno por Rosa Gallego y reiterado ayer en las ondas, los otros partidos que no forman parte del gobierno también han expresado su punto de vista acerca de los sucesos de la semana pasada.
Isabel Faraldo, concejala de Podemos, ha declarado a Quincemil: "La repercusión de los plenos del 10 de marzo (dos días después del 8 M) tiene su origen en el fondo y en las formas. El gobierno de la sonrisa que anunciaba la alcaldesa queda en los últimos días visible que ha mostrado su verdadera cara: el gobierno de las broncas. Dimisión, conflictos internos que afectan al bien gobierno de la ciudad y, un trato despectivo a la oposición. El pleno extraordinario quedo reflejado que cruzó importantes líneas rojas en lo que respecta a participación, transparencia y por tanto a las mínimas reglas democráticas que caben exigir y ofrecer. Lo que debiera ser una buena noticia para la ciudad (aprobación de los presupuestos municipales) ha quedado totalmente ensombrecida por un talante que no puede esperarse ni consentirse en fuerzas progresistas".
Por parte del BNG, Francisco Jorquera ha comentado a este medio: "Vemos con moita preocupación como os problemas internos do PSOE coruñés se están a trasladar ao Concello, xerando non só inestabilidade institucional mais tamén parálise na xestión. Lembremos que a alcaldesa xa cesou no seu día a concelleira de Emprego -naquela altura secretaria xeral da agrupación socialista local- e retirou as competencias ao concelleiro de Cultura, para a seguir designar un director de área de Cultura que abandonou o cargo aos poucos meses de tomar posesión. A marcha de Villoslada -e as fortes discusións e disputas que provocou no seo do Goberno Local- non fai máis que deixar ver que o gabinete de Inés Rey non só non practica o diálogo coa oposición, como se viu na non negociación dos orzamentos e na ruptura unilateral do Acordo de Investidura que asinaran co BNG, senón que é mesmo incapaz de dialogar consigo mesmo. Por outra parte, este ambiente de inestabilidade, crises de goberno recorrentes e división interna vese agravado por un xeito de funcionar que ten como principal característica o feito de unha persoa actuar como alcalde na sombra, asumindo, de portas para dentro, todos os poderes."
Marea Atlántica ha declarado a Quincemil poco después de la publicación del artículo que "Na Marea Atlántica estamos centradas en traballar por unha cidade que atende os problemas das súas veciñas. Vimos de aprobar un orzamento con varios eixes que nos parecen urxentes: saúde mental, cambio climático, vivenda, enerxía, barrios, crise socioeconómica. Que os conflitos internos do PSOE se interpoñan neses obxectivos, no que importa, parécenos grave. O goberno municipal ten que poñer a cabeza na cidade e non nas liortas internas do seu partido. Neste sentido, queremos pedirlle responsabilidade e altura de miras porque son tempos difíciles para moitas persoas que precisan solucións e non máis ruído".
No habrá moción de censura
Diversos comentarios en redes sociales aseguraron durante los últimos días que puede estar negociándose una moción de censura contra el actual gobierno, pero Quincemil ha podido confirmar que esto no es cierto. No se han producido conversaciones al respecto entre los principales partidos de la oposición.
Para que una moción de censura prosperase en el Ayuntamiento de A Coruña harían falta al menos 14 votos firmados de antemano. Esto implicaría, salvo una implosión del gobierno local o un radical cambio de parecer en Marea Atlántica, que el PP y el BNG lo acordasen y sumasen sus nueve y dos escaños, y a estos once votos habría que añadir como mínimo otros tres.
Aparte de poner de acuerdo a personas de tan diversa orientación ideológica, los participantes de la conjura tendrían que consensuar quién sería el nuevo alcalde, algo que se antoja imposible. A solo un año de las elecciones locales, la moción de censura no es más que una simple quimera matemática, y nadie la ha planteado.