De norte a sur y de este a oeste, Galicia es el paraíso de los parques naturales, espacios protegidos y lugares repletos de especial valor ecológico, paisajístico o etnográfico. Uno de estos rincones se encuentra en el Monte do Gato, una de las cimas más altas de la comarca de Betanzos, con cerca de 515 metros de altura. Se trata de un espacio con una enorme biodiversidad, atestado de yacimientos arqueológicos y vestigios históricos como el Castillo del Rey Teodomiro, datado del siglo VI. Dicho sistema montañosos conforma además el límite natural entre los concellos coruñeses de Aranga, Coirós y Oza-Cesuras.
Hace sólo unos meses un grupo de mujeres liderado por Mónica Fernández-Aceytuno, bióloga y Premio Nacional de Medio Ambiente (2003), inició una recogida de firmas a través de change.org para conseguir que el Monte do Gato sea declarado Parque Natural de Interés Arqueológico. "Conseguir la declaración nos permitiría preservar el modo de vida rural en sus hermosos valles y proteger el paisaje de los disparatados proyectos", detallan en el escrito dirigido al concello de Oza-Cesures y a la Reserva de Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo. Esta iniciativa surgió como respuesta al plan de convertir este monte coruñés en un Parque Eólico con hasta 40 aerogeneradores, tres subestaciones eléctricas y cinco líneas de alta tensión.
El patrimonio natural del Monte do Gato
Conjuntos de cientos de petroglifos y mámoas, una fortaleza de la Edad Media, muros de piedra seca ―Patrimonio de la Humanidad por la Unesco― y otros tantos recursos naturales conforman el patrimonio histórico y natural de este macizo granítico conocido como Monte do Gato. De hecho, uno de los mayores atractivos de esta sierra recae sobre la torre de Teodomiro, un antiguo castillo altomedieval situado en la cima de este monte que fue declarado Bien de Interés Cultural en 1994. Hasta la fecha su existencia era únicamente conocida a través de fuentes documentales, aunque en el año 2021 se hallaron varios posibles restos arqueológicos en los límites territoriales del municipio de Aranga.
En esta misma línea de hallazgos recientes, la bióloga Mónica Fernández-Aceytuno encontró a finales de 2020 en el Monte do Gato varios promontorios singulares que suscitaron toda su atención. Poco después, los técnicos de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Xunta confirmaron su sospecha: se trataba de túmulos funerarios del Megalítico propios de la zona noroeste de la península Ibérica. Dicho descubrimiento se encuentra además a escasos 90 metros del punto donde prevén construir el Parque Eólico proyectado en este entorno de la comarca de Betanzos y que podría terminar por destruir el patrimonio oculto sobre las laderas del monte.
Más sobre la petición
Hasta la fecha, Galicia tiene declarados seis parques naturales: el Complejo Dunar de Corrubedo y Lagoas de Carregal e Vixán y As Fragas do Eume en la provincia de A Coruña; Baixa Limia y Serra do Xurés, O Invernadeiro y A Serra da Enciña da Lastra en la provincia de Ourense; y Monte Aloia en Pontevedra. La figura de protección de los parques naturales tiene en cuenta factores como la belleza paisajística, la representatividad de sus ecosistemas, la escasa ocupación humana así como otras variables educativas y científicas.
Hace casi dos décadas que la comunidad gallega no suma ningún nuevo espacio a la lista de parques naturales, por lo que si la petición llegase a buen puerto, el Monte do Gato sería el primer lugar declarado a raíz de una movilización popular. Por lo pronto, el llamamiento a través de la plataforma de peticiones en línea ha registrado más de 36.500 firmas ―de las 50.000 solicitadas―, aunque la intención de sus promotoras es seguir buscando apoyos en aldeas remotas y cualquier otro lugar al que no haya llegado la demanda.