Los problemas de inseguridad continúan en Monte Alto. En concreto, desde el pasado mes de noviembre estos se concentran en la parte alta del barrio. Manuel Martínez, de Mercería La Ilusión, señala que la inseguridad "se disparó" desde inicios de este año. Para protestar por esta situación han convocado una gran cacerolada que se llevará a cabo este martes a las 17:00 horas en la plaza de San José.
Este movimiento está impulsado por los vecinos y comerciantes de la zona. Lo hacen ante la presencia de varios narcopisos que se han instalado en la zona de la avenida de Hércules y que están afectando a todas las personas que residen en los alrededores: "Son unos cuatro narcopisos actualmente. Antes estaban en la calle de la Torre y se han ido moviendo hacia arriba", recuerda el comerciante.
Hace unas semanas se produjo una protesta que generó mucha tensión, ya que un hombre drogodependiente irrumpió en la misma y se enfrentó a los vecinos. Varios de ellos lo identificaron como uno de los ladrones que tiene atemorizado al barrio.
"No se puede meter a toda la gente en el mismo saco. Nosotros somos las víctimas, somos enfermos. El problema de las drogas es una enfermedad y lo que hacemos es buscarnos la vida", explicaba por su parte este hombre a los medios.
La gente no puede salir por la noche
"En cuanto cae un poco la tarde, la gente mayor desaparece de la calle", explica Manuel a este medio. El comerciante también denuncia que la situación afecta a los más pequeños, que ahora tienen que ir acompañados por sus padres, ya que temen que les pueda pasar algo.
Manuel expone que los delincuentes de la zona acosan a la gente por la calle pidiéndoles dinero e intimidándolos. Las personas que trabajan a primera hora limpiando los portales o que vuelven de madrugada a casa, se ven también muy afectadas por esta inseguridad. "No es recomendable andar a cierta hora por la calle", asevera el comerciante.
De hecho, una comerciante de la zona que prefiere mantenerse en el anonimato, señala que se vio obligada a trasladar su negocio por miedo: "He visto como se ha ido agravando la situación. Hay gente que frecuenta esos narcopisos que hace un año tenía una vida normal y que ahora está consumida por la droga".
Esta comerciante sufrió un robo en su negocio, pero lo que la llevó a irse de la zona es que había presenciado muchas de las cosas que ocurrían en uno de los narcopisos y temía que la tuvieran "fichada". Ahora se prepara para abrir un negocio en otra zona, pero dice que todavía está afectada psicológicamente por todo lo que ha tenido que vivir en el último año.
Reunión con el Gobierno y petición al Concello
Ante esta situación, los comerciantes y vecinos piden que las autoridades "ejerzan la presión suficiente" para que estos narcopisos desaparezcan del barrio. Manuel aprovechó una reunión en materia de seguridad para exponer la problemática ante la Policía Nacional.
Hace unos días, la subdelegada del Gobierno en A Coruña, María Rivas, y miembros de la Policía Nacional pasaron por la zona para conocer la situación: "Están trabajando en esta problemática y nos gustaría que el Concello hiciera lo mismo", concluye.