Hace 15 días el barrio de Monte Alto fue noticia en toda España. Una cacerolada pacífica acabó con el desalojo espontáneo de un narcopiso que tenía atemorizado al barrio. La Policía tuvo que intervenir para evitar que ocurriera algún incidente y los okupas acabaron abandonando el lugar por voluntad propia ante la presión vecinal.
Dos semanas después de lo ocurrido, la parte alta de este barrio coruñés vuelve a respirar con tranquilidad, pero los vecinos y comerciantes continúan en alerta por lo que pudiera pasar: "Hay varios grupos de vecinos que están pendientes por si los ven para avisar a la Policía", señala Manuel de Mercería La Ilusión.
Cabe recordar que al día siguiente del desalojo, los okupas intentaron entrar en un piso cercano de la calle Santo Tomás. El edificio está en obras y aprovecharon para intentar forzar la cerradura de una de las viviendas. Los vecinos dieron aviso a la Policía que acudió al lugar, sacó a los okupas y puso una pegativa que advertía que el edificio estaba vigilado.
Mayor presencia policial
La presencia policial era una de las principales demandas de los vecinos y comerciantes. Manuel se muestra satisfecho, ya que percibe que ahora hay un mayor número de patrullas por la zona que trasmiten una mayor seguridad al barrio.
"Antes venían cada dos por tres porque había alguna reyerta. Ahora los ves solo patrullando y da más tranquilidad", comenta Diego, un vecino que vive en uno de los edificios colindantes al narcopiso de la calle Washington y que sufrió durante un tiempo esta situación.
Diego y Manuel nos comentan que ya casi no se ve a ninguna de estas personas por la calle, y que cuando lo hacen ya no causan problemas: "Robaban a personas mayores y tenían amenazados a algunos chicos. Ahora los padres pueden ir tranquilos con los niños por la calle".
¿A dónde han ido los okupas?
Aunque el problema ha desaparecido de la parte alta de Monte Alto, es posible que se traslade a otra parte de A Coruña. Por el momento la cosa parece tranquila, pero se rumorea que los okupas se han trasladado ahora a Meicende, según señala Manuel.
No muy lejos de allí, en la calle Pintor Román Navarro, hay una casa que los okupas utilizan en ciertas temporadas. Javier, de Calzados Javi, explica a este medio que vecinos y comerciantes han solicitado el derribo de la vivienda o que la tapien para impedir que se vuelva a generar mal ambiente, ya que durante año y medio la zona de la calle de la Torre sufrió lo mismo que la parte alta de Monte Alto.
Aunque alguno de los okupas de la calle Washington podría haberse alojado en esta vivienda, por el momento la situación no parece haber empeorado y la tranquilidad se mantiene. Aún así los vecinos continúan vigilando la zona para que la inseguridad no vuelva al barrio de Monte Alto.