El asesino confeso de tres hermanos en Navidad en Morata de Tajuña ha ingresado sin incidencias en la cárcel de Teixeiro. Lo ha hecho en régimen de aislamiento, puesto que, además de asesinar a los tres hermanos, ha matado, presuntamente, a su compañero de celda en la prisión de Estremera.
En un primer momento del traslado pasó la noche en Madrid III Valdemoro, pero después fue trasladado a Galicia. Sin embargo, no llegó hasta el sábado, según informan fuentes consultadas a Europa Press. El traslado se hizo a través de Naclares, en Álava, y de ahí llegó a Teixeiro.
Por el momento ha ingresado sin incidencias en la cárcel y ha mostrado un comportamiento correcto. Con todo, está clasificado en el régimen más restrictivo. Se trata del módulo de aislamiento, además se le han aplicado las mismas medidas que en su momento se le impusieron a Fabrizio Joao Silva Ribeiro, que en 2019 apareció muerto en su celda de aislamiento en la cárcel de A Lama, o Igor ‘el ruso’.
Mató a su compañero de celda
Los movimientos entre prisiones son habituales en hechos como el que habría cometido el prisionero. El hombre confesó matar a los tres hermanos de Morata de Tajuña, además de presuntamente matar a golpes su compañero de celda con una pesa que el fallecido habría robado del gimnasio del penal unos días antes, lo que había sido comunicado a la dirección del centro. Este tipo de artículos no están permitidos en el interior de las celdas.
La mancuerna, de 2,5 kilos de peso, fue localizada en el cubículo tras el crimen, que ocurrió a las 2 de la madrugada. El supuesto asesino no llevaba tanto tiempo compartiendo celda con el fallecido, Ángel A.V., un ciudadano búlgaro de gran corpulencia, de 40 años, y con numerosos antecedentes.
El asesino confesó a los agentes que le habría matado por problemas de olores y de convivencia en la celda y por una pelea previa esa noche, aunque los funcionarios de prisiones no reportaron incidentes ni broncas ese día ni anteriores entre ambos, ya que en ese caso les habrían separado de cubículo.
De hecho, fuentes penitenciarias consultadas por Europa Press aseguran que jugaban frecuentemente al ajedrez. Tras supuestamente matar a su nueva víctima, Dilawer se habría duchado y habría tapado el cadáver con una manta. Fue entonces cuando llamó a los agentes confesando lo ocurrido.
Desde que entró en la cárcel el 24 de enero hasta el nuevo asesinato la madrugada del 15 de enero, los dos presos convivían en el módulo 12 de Estremera, el que aglutina a los presos más conflictivos.
El preso fallecido tenía antecedentes por violencia de género, agresión sexual, lesiones y robos y estaba en prisión provisionalmente por haber maltratado cruelmente a su pareja. Había pisado ya las cárceles de Torrecica (Albacete) y la de Ocaña (Toledo) y contaba con varios informes carcelarios negativos por mal comportamiento.