Esta mañana, el puerto de A Coruña acogía dos simulacros de atentado terrorista, bajo el nombre de ejercicio de seguridad marítima MARSEC-24. El primero tenía lugar en torno a las seis de la mañana en alta mar, con un ataque fingido al crucero Costa Diadema y la posterior actuación de varios equipos de las fuerzas de seguridad, incluyendo helicópteros.

El segundo de ellos y más elaborado tenía lugar en tierra a lo largo de la mañana con el mismo buque como protagonista. Tras desembarcar los casi 5.000 pasajeros del barco, efectivos de cuerpos de élite (entre 200 y 300 en total) como el Grupo Especial de Operaciones (GEOS), unidades de subsuelo y caninas y equipo Técnico Especialista en Desactivación de Artefactos Explosivos (Tedax) se pusieron manos a la obra.

Tras una primera inspección del interior del crucero, los GEOS localizaban y sacaban a los "terroristas" y a los "rehenes" del barco para ser interrogados y tomarles declaración. Poco después, el equipo de los Tedax desembarcaba con una bomba. El artefacto fue colocado al final del muelle y un robot destinado a este tipo de trabajos se encargó de realizar una explosión controlada del mismo.

Una segunda bomba

Tras la primera detonación, se producía una segunda, en este caso en el interior del barco. Ésta provocaba una fuga en el casco del buque, por lo que se movilizaban las unidades de submarinistas.

El comandante de la unidad, Alejandro Museros, explicaba que "lo primero que haremos es buscar que en el casco del barco no haya ningún explosivo y después, a la vez que buscamos esos explosivos, descubrimos que hay como resultado de una explosión a bordo, una pérdida de combustible".

Unidad de submarinistas – Quincemil

Una vez finalizada esta primera parte de la actuación, "vamos a avisar a a la unidad de la Policía adscrita de la Xunta de Galicia, del Cuerpo Nacional de Policía, para que confirme qué tipo de vertido es. Y una vez está confirmado que no es nada radiactivo o nada que sea peligroso, se va a confirmar que es gasoil. Lo que haremos es taponar con unos parches magnéticos que tenemos esa pérdida con unos buzos de trabajo pesado".

Al salir del agua, los submarinistas tuvieron que pasar por unas duchas de descontaminación montadas por la Policía Nacional en el muelle, para evitar posibles daños por el material desprendido del barco.

Supervisión

El ejercicio estuvo supervisado desde el centro de operaciones habilitado en la Comisaría de A Coruña por el delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, que estuvo acompañado por el jefe superior de la Policía Nacional en Galicia, Ramón Gómez Nieto, y la subdelegada del Gobierno, María Rivas.

El simulacro contó con la participación de efectivos de la Policía Nacional, Autoridad Portuaria de A Coruña, Sociedade de Salvamento e Seguridade Marítima (Sasemar), la Armada, Capitanía Marítima, Policía Local, Bomberos Coruña y servicios de emergencias del 112 y 061.