Los universitarios de A Coruña enfilan la temida "época de exámenes". Los nervios apuran y, tras unos meses de desenfado y de posponer las tareas del día a día, muchos aceleran para "intentar salvar el cuatrimestre". Es decir, estudiar las materias en tiempo récord y conseguir aprobarlas para tener un verano libre de obligaciones. El primer paso para completar la misión es imprimir los apuntes de la asignatura y comenzar a subrayar, resumir o memorizar, dependiendo del método de estudio de cada uno. Ese es, precisamente, uno de los pasos que más molesta a los universitarios de la ciudad: ir a la imprenta.

En A Coruña imprimir una carilla en blanco y negro cuesta entre tres y siete céntimos, según los negocios entrevistados por Quincemil. En ciudades universitarias como Santiago de Compostela, sin embargo, existen copisterías con "súper precios" que llegan a rebajar un 50% el ticket de compra. Una de las más frecuentadas por los estudiantes de la capital gallega es un pequeño comercio situado frente a la biblioteca Concepción Arenal que cobra 1,5 céntimos por carilla.

Si se compara el precio del establecimiento compostelano con las copisterías de diferentes barrios de A Coruña, se comprueba que en la ciudad herculina puede ser hasta cuatro veces más caro ir a la imprenta. La diferencia es tal que alumnos como Bruno Fariñas (estudiante de segundo de sociología en la UDC) viajan a Santiago para ahorrarse unos euros: "Tengo el bono transporte y el viaje me sale gratis, así que me compensa".

Un modelo de negocio "insostenible"

El caso del local de Santiago parece, no obstante, algo aislado. Diversos negocios de reprografía de la ciudad coinciden en que para ellos esos son precios "inasumibles" e "insostenibles en el tiempo". Explican que tener una imprenta no es tan barato como parece: el precio de las máquinas, su mantenimiento, el papel y la tinta supone un gasto importante que, además, cada año sube.

Sucopia 2.0, ubicada en la Ronda de Nelle, tiene un buen volumen de trabajo. Cerca de su local hay centros escolares y los alumnos suelen imprimir sus apuntes y trabajos en el negocio. Cada época de exámenes la cantidad de hojas que escanean, imprimen y encuadernan aumenta un poco más. No lo hacen así sus beneficios.

"En los últimos años, el precio del papel se ha incrementado un 25%", aseguran desde la dirección. Esas subidas hacen que "los negocios que venden la impresión a un céntimo no le saquen beneficio a la operación", según sus cálculos. Ellos cobran 5 céntimos por copia

Más empresarios del sector no comprenden los malabares económicos que hacen algunos para ofrecer copias a algo más de 1 céntimo. Desde Fotocopias Coruña, ubicado en la calle Benito Blanco Rajoy, en el barrio de Cuatro Caminos, explican que el volumen de copias que hay que realizar para que el negocio sea rentable con esos precios es "enorme", "en torno a un millón de copias al mes". "Hace 20 años había negocios que podían llegar a esos números, pero ahora lo veo casi imposible porque la gente cada vez usa menos papel", explica Eugenia, su propietaria.

Los precios de Fotocopias Coruña oscilan en la media habitual en la ciudad. En el caso de las copias en blanco y negro cobran 0,6 céntimos. Eso sí, cuántas más copias realice el cliente, más opciones habrá para hacer una pequeña rebaja en la factura. Es una estrategia de marketing muy empleada en el sector, a partir de cierto número de hojas impresas el rango de precios disminuye uno o dos céntimos.

"Tengo que pagar el papel, el mantenimiento de la máquina, la luz y el salario de la persona que traba. Bajar más los precios sería insostenible", recalca la propietaria de Fotocopias Coruña.

Opositores: apuntes y proyectos más cuidados y a color

Domingo, propietario de la copistería Ositos (Avenida Salvador de Madariaga), instauró hace unos años un modelo especial para atraer a clientela: las tarjetas de fotocopias. En su negocio los clientes pueden imprimir cada carilla por 3 céntimos o comprar una tarjeta monedero de 25 euros con la que tienen derecho a 1.000 copias. Con esta última opción los universitarios pueden llegar a ahorrar 5 euros.

De los negocios consultados por Quincemil, Ositos es una de las tiendas más competitivas a nivel económico. Preguntado sobre si podrían igualar las "súper ofertas" de Santiago son claros: "Es matemáticamente imposible poner papel de 80 gramos con esos precios". "El coste del papel y del mantenimiento de la máquina ya supone a cada negocio, como mínimo, un céntimo", explica Domingo. Si sus cálculos son ciertos, la famosa copistería de Santiago solo estaría obteniendo medio céntimo de beneficio por copia.

No obstante, el verdadero negocio está en las copias a color y los proyectos de grado. Domingo asegura que las épocas de exámenes y las oposiciones "se notan mucho" en el negocio, pero no por los exámenes, sino por los trabajos. Es habitual que la última recta del curso o de la oposición conlleve la entrega de proyectos finales, que suelen ser "proyectos a color y a una sola cara". Es ahí cuando las matemáticas pueden cambiar y el beneficio subir ligeramente. En la ciudad pueden encontrarse impresiones a color desde los 25 a los 50 céntimos por carilla. Un precio que, en cualquier caso, aumenta en función del tipo de papel y tamaño del cuadernillo.

¿Qué hacen los universitarios?

Entrada de la biblioteca Concepción Arenal, en Santiago. QUINCEMIL

Bruno: "Voy a Santiago a imprimir porque es más barato"

Mientras tanto, los estudiantes de A Coruña se resignan a tener que pagar más que sus compañeros de Santiago. La mayoría entiende que el caso de la capital gallega es casi un oasis y son comprensivos con los precios de las copisterías coruñesas. No obstante, también hay quien se resigna a perder dinero. Es el caso de Bruno Fariñas, estudiante de 2 de sociología, que cada cuatrimestre viaja a la capital gallega solo para imprimir sus apuntes.

"Eu vou imprimilos a Santiago porque é máis barato. Creo que é a copistería máis barata de Galicia, custa entre un e dous céntimos a copia porque a imprimes ti mesmo", explica este joven. Sin embargo, entiende que es un caso muy particular y que es complicado trasladarlo a A Coruña. "En Santiago durante boa parte do ano a poboación está formada por universitarios, é normal que haxa máis copisterías e máis baratas", añade Bruno.

Desplazarse no le cuesta esfuerzo, pero tampoco dinero. Es usuario del bono de transporte del Gobierno central, por lo que viaja a Santiago de forma totalmente gratuita. "Senón o tivese imprimiría aquí na Coruña, claro", reconoce.

Su compañera de curso, Lara, es lo que hace: "Imprimo en la copistería de mi barrio y me cuesta 10 céntimos la carilla", un precio que le parece "bastante caro". Este cuatrimestre apenas ha gastado 20 euros en impresión, pero "porque en la carrera no tenemos muchos apuntes".

Marta: "Encargo los apuntes a una copistería online"

Internet y las pantallas están cada vez más presentes entre los jóvenes. Marta y Carlos se conocieron en el grado de Terapia Ocupacional de la UDC y estudian segundo y tercer curso, respectivamente. A ambos les une, además de su amistad, que nunca imprimen en copisterías de la ciudad. Ella encarga todos los apuntes por internet para ahorrarse unos euros. Él estudia directamente con su tablet por el mismo motivo.

Explican que este cuatrimestre tienen que estudiar cerca de 350 páginas o, lo que es lo mismo, 700 carillas. A un precio medio de 5 céntimos por carilla, imprimir en una copistería local les costaría cerca de 25 euros cada cuatrimestre. Es decir, 50 euros por curso.

Ni Marta ni Carlos están dispuestos a invertir ese dinero, así que han encontrado fórmulas para rebajar el gasto. Por primera vez, Marta ha encargado sus apuntes a una copistería online: "Los envíoy en dos días me llegan a la puerta de mi casa. Es más barato que la mayoría de copisterías físicas, pago 3 céntimos por copia", explica esta estudiante de segundo curso del grado en Terapia Ocupacional.

Su amigo y compañero, Carlos, es incluso más radical: se niega a pagar dinero por pasar a físico sus apuntes. En clase toma los notas con su ordenador y, una vez los tiene listos, realiza esquemas a mano y estudia con su tablet. "Lo hago porque es el método de estudio al que estoy acostumbrado, pero también por ahorrar", dice sincero.

Carolina: "Mando todo a mi padre y lo imprime en el trabajo"

Carolina es una apasionada de la rama científica, por eso está matriculada desde hace dos años en el grado de Química de la UDC. Sus apuntes se dividen en información teórica, multitud de ejercicios prácticos y algún que otro esquema e infografía que le ayuda a retener mejor la información. "El año pasado cogí 10 asignaturas que eran obligatorias, pero este año lo he rebajado a ocho: dos por cuatrimestre", explica a Quincemil en la puerta del centro universitario de Riazor.

"Química es una carrera muy práctica. Por asignatura podemos tener 50 carillas solo de ejercicios, luego a eso hay que sumar la parte teórica", relata Carolina. El gran volumen de trabajo hace que la mayoría de estudiantes hagan sus ejercicios a mano y no lleguen ni a imprimir los enunciados. Ese pequeño gesto, dicen, puede rebajar sustancialmente la factura de la copistería.

Hay quien, sin embargo, hace ‘trampas’. Carolina es un ejemplo de ello: "Yo mando todo a mi padre y lo imprime en el trabajo", confiesa entre risas. No obstante, hay días en los que se ve obligada a hacerlo en alguna copistería de la ciudad. Entiende que los precios sean distintos, sobre todo en las fotocopias a color: "Esas son mucho más caras, si imprimo fuera de casa lo hago siempre a blanco y negro", asiente.

Servicio de imprenta de la UDC

La Universidade de A Coruña cuenta con un servicio de reprografía propio. Repronor es la empresa adjudicataria y se dedican a elaborar todo tipo de impresiones, además de vender material de papelería. En el campus de la Zapateira cuentan con oficinas en la Facultad de Ciencias de la Educación, Facultad de Economía y Empresa y Facultade de Ciencias.

Los precios del servicio, que atiende a cientos de universitarios cada día, son muy semejantes al de otros negocios de la ciudad: 4 céntimos por carilla si se imprime en blanco y negro y 25 en color. La encuadernación oscila entre los 1,50 y los 2,90 euros dependiendo de si el alumno elige tapa dura o tapa blanda y del número de hojas que contenga su documento.