Con el buen tiempo, muchos coruñeses se han animado a salir a la calle a realizar paseos por las zonas más emblemáticas de la ciudad. El entorno de la Torre de Hércules es uno de los lugares favoritos para desconectar mientras se observa el mar en el horizonte. Las casetas ubicadas en el parque de Punta Herminia permitían disfrutar de este paisaje a través de una ventana mientras te resguardabas del viento o de la lluvia.

Sin embargo, desde hace unos meses, estos rincones construidos a base de madera han desaparecido de un día para otro. A pesar de que haya pasado tiempo, muchos son los que se están dando cuenta ahora de su ausencia. Y no, no se los ha llevado el viento: el Concello tuvo que retirarlos a causa de su deterioro.

Fuentes municipales informan que su retirada se decidió durante la renovación del mobiliario urbano en esa zona, por lo que decidieron quitar las casetas para que "destacara más el entorno natural de Punta Herminia". Ahora el paseo parece más amplio y verde. Y aunque ninguna otra construcción haya ocupado el lugar de las casetas, la caracola todavía se conserva.

¿Qué simboliza la escultura de la caracola?

Aunque la escultura de la caracola no cuente con un techo bajo el que resguardarse, es un lugar idílico para disfrutar del paisaje y de la brisa marina. Y, a pesar de ser una representación de la ciudad herculina, muchos coruñeses no saben lo que esto simboliza. Se trata de la recreación fantástica de la concha de un enorme molusco que adquiere la forma de un cuerno de la abundancia, en el que se guardan los sonidos del mar.

Esta figura fue restaurada a la vez que se retiraban las casetas de madera. Al tratarse de construcciones expuestas a las inclemencias del mar y del clima, estas tienden a deteriorarse. Igual que los Menhires por la Paz, la Caracola se ha fundido con el paisaje del entorno de la Torre.