Hay cosas que difícilmente se pueden saber si no eres de A Coruña. Y una de ellas es que en San Juan Orzán y Riazor suelen albergar un público objetivo muy distinto. Mientras los jóvenes toman el primer arenal, las familias se establecen en el segundo. La reserva de parcelas en el Orzán durante las horas previas al San Juan es una práctica que se remonta años atrás. Sin embargo, tras la pandemia la tradición comenzó a acentuarse. Tanto es así que actualmente muchos jóvenes coruñeses duermen en la playa la noche antes del 23 de junio. A 36 horas de San Juan 2024, el Orzán ya está dividido en parcelas.
Las primeras personas llegaron al filo de las 06:30 horas de la mañana. El madrugón, dicen, vale la pena porque así se aseguran de ocupar los mejores sitios de la playa: los que están pegados a los muros. Es el caso de Martina, Aldara y Malena, unas jóvenes de 16 años que acampan por segundo año consecutivo en el arenal. No obstante, en 2023 tuvieron "un problema con la parcela" y tuvieron que pasar la Noite Meiga en Riazor: "Hicimos mal los turnos y la perdimos", explica.
Este año no estaban dispuestas a repetir el error, por eso se levantaron antes de que amaneciese para ir a la playa. En su parcela se reunirán cerca de 30 personas, por lo que creen que lo mejor es no tentar a la suerte y establecer un lugar concreto en la playa: "Es mejor tener un sitio al que perteneces que estar por ahí suelto", apuntan. Además, Aldara defiende que "es tradición" hacerlo porque "así la fiesta dura dos días".
No están tan de acuerdo Arón y Álvaro. Ambos tienen 20 años y acumulan cerca de un lustro celebrando el San Juan en la playa. Siempre reservaron parcela, pero no siempre madrugaron tanto para hacerlo. "El año pasado vinimos más tarde y no había ni la mitad de gente que ahora, cada año se viene antes", explica Álvaro. Por el momento ellos se conforman y siguen al rebaño, para pasar el día y la noche llevan comida y bebida a la playa, además de un tablero de ajedrez, cartas y alguna pelota.
"Realmente te lo pasas bien reservando parcela: estás con tus amigos, conoces a gente de alrededor", explica Laura, también de 16 años. Su amiga, Carolina, sin embargo, la corrige y dice: "Lo pasaríamos igual de bien sin venir, pero como todo el mundo lo hace… si no te arriesgas a no poder estar en la playa".
Muchos de los acampados hoy en el Orzán tienen entre 15 y 20 años, según los testimonios recogidos por el periódico. Una franja que colisiona con los que recorren el paseo marítimo la mañana del sábado. "Hace 25 años que conocí a mi marido en San Juan en esta playa" comentaba una mujer de mediana edad a su amiga con nostalgia y cariño. Eso sí, seguramente ella no durmiese en la playa la noche del 22 de junio. Diferencias que marcan las generaciones.