La huelga de basuras en A Coruña cumple tres semanas mientras las bolsas siguen acumulándose en los contenedores y los cartones y vidrios campan a sus anchas por las calles. Los primeros salen despedidos cuando sopla el viento y los segundos se apilan en las puertas de algunos establecimientos a la espera de ser recogidos. Este viernes fracasó el último intento de negociación entre el comité y la empresa, por lo que los paros continuarán al menos hasta el martes, cuando podría conovcarse un nueva reunión.
Los vecinos de muchos barrios comparten en redes su frustración con una situación que se alarga desde el pasado 24 de junio. Las imágenes de contenedores de topo tipo desbordados es la estampa que por el momento caracteriza al atípico verano coruñés de 2024, en el que el calor no termina de asentarse, algo positivo al menos en cuanto a la huelga de basura se refiere.
Y es que en algunos puntos de la ciudad la acumulación llega al punto de impedir la circulación peatonal o incluso a aneagar algún tramo del carril bici. Son bolsas de basura, pero también muchos cartones que es habitual ver rodando por las calles cuando sopla el viento. Ninguna zona se salva. Este sábado, la calle Oliva ofrecía una imagen peculiar: la de una gran cantidad de botellas de vidrio apiladas en cajas. Misma imagen ofrecía este domingo el cruce de la calle Betanzos con la calle Rosalía de Castro.
La estampa por el momento continuará sin cambios después de que este viernes fracasara la negociación entre la empresa concesionaria del servicio de recogida de basuras, PreZero, y el comité de empresa, formado mayoritariamente por el Sindicato de la Limpieza (STL).
Negociación enquistada
El sindicato propuso este viernes "desconvocar la huelga y los paros convocados y empezar mañana mismo a negociar un convenio colectivo". Pero la empresa alegó que "tenía que consultar al Ayuntamiento", según relató el portavoz de STL, Alfonso Seijo. Por ello, el sindicato decidió continuar los paros hasta que se vuelvan a reunir, previsiblemente a comienzos de esta semana, y demandó al Concello que "obligue a la empresa a que cumpla los pliegos".
Por su parte, la alcaldesa, Inés Rey, ha denunciado en varias ocasiones el incumplimiento de los servicios mínimos y reiteraba este viernes en rueda de prensa que el consistorio no va a "ceder a chantajes", por lo que pedía "la comprensión de los ciudadanos" ante una situación que ella misma también sufre en primera persona. "Entiendo la molestia vecinal por una situación desagradable para todos", relató.
Respecto al posible decreto de la emergencia sanitaria, Rey aseguraba que el Ayuntamiento sigue estudiando si sería aplicable en este caso, si bien consideró que la última vez que se decretó, en febrero de 2022, la situación era más grave, ya que "no había convocada una huelga y había muchísima más basura en la calle". Con todo, vecinos de hasta seis plataformas han convocado una protesta el próximo 19 de julio para pedir que se decrete dicha emergencia sanitaria.
Mientras tanto, la alcaldesa anunció una posible modificación de la Ordenanza de Basuras mediante la que los vecinos y vecinas pagarían menos en momentos puntuales en los que el servicio no se presente con regularidad, como durante las huelgas.