Camino del centenar de cruceros en lo que va de año, el puerto de A Coruña da hoy la bienvenida a uno muy especial por primera vez. El espíritu de la factoría Disney atraca en el muelle de Transatlánticos con la llegada del Disney Dream, con numerosas familias con niños a bordo: 3.700 pasajeros y 1.700 tripulantes.
De Barcelona a A Coruña. Esta es la ruta por el litoral peninsular que ha seguido durante una semana este crucero de 340 metros de eslora y decorado con el estilo característico de la marca Disney. Llegó a las seis de la mañana procedente de Vigo y partirá a las 18.15 hacia el puerto inglés de Southampton para completar la travesía.
El barco está diseñado para que las familias y sus hijos disfruten de un viaje lleno de atracciones, entre ellas un tobogán de 233 metros de longitud, el mayor del mundo instalado en un trasatlántico, y espectáculos con los principales personajes de Disney, como Pluto o Mickey Mouse.
Al ser su primera escala en A Coruña, el capitán del Disney Dream ofreció una recepción a las autoridades locales, a la que acudió el presidente de la Autoridad Portuaria, Martín Fernández Prado, junto a otros directivos de la entidad y representantes del Ayuntamiento, Capitanía Marítima, fuerzas de seguridad y la empresa consignataria, Rubine e Hijos. El capitán destacó la gran ventaja que supone la cercanía del muelle de Trasatlánticos al centro histórico de A Coruña, así como el espléndido clima que se disfruta hoy en la ciudad.
Hasta el día de hoy el puerto de A Coruña ha recibido 82 cruceros con cerca de 200.000 pasajeros, un 30% más que los llegados a los muelles en el mismo periodo de 2023. La previsión que tiene Puerto es finalizar el ejercicio actual con más de 150 escalas y de 350.000 pasajeros, lo que supondrá batir el récord de viajeros por tercer año consecutivo. Esta misma semana atracarán el Arvia con casi 6.300 pasajeros y el Seacloud Spirit con solo 136.
“Se calcula que el tráfico de cruceros tiene un retorno económico de 30 millones de euros anuales para la ciudad, sumando el gasto directo que realizan los cruceristas y los tripulantes, y la repercusión en empresas de servicios portuarios, transporte, sector turístico y lugares de interés”, destaca la Autoridad Portuaria.