La costa de Galicia está en riesgo y se empezarán a perder playas en la próxima década. Así lo avanza Greenpeace en el informe Crisis a Toda Costa 2024. Análisis de la situación del litoral ante los riesgos de la emergencia climática que ha presentado este martes y en el que se realiza una radiografía del estado de los más de 8.000 kilómetros de costa española ante las amenazas que vienen.

"No hay región costera española que no esté expuesta a riesgos por exceso de urbanización e infraestructuras, la contaminación, la construcción de barreras artificiales (como diques, espigones, paseos marítimos o puertos deportivos), el despilfarro de recursos naturales y el encauzamiento, soterramiento y desvíos de cauces fluviales", expone la ONG ambientalista, que advierte de que "Galicia no es una excepción".

Derivado de todas estas actuaciones, se ha provocado el retroceso y la pérdida de las playas y su función de barrera protectora, lo que supone un riesgo para millones de personas residentes en el litoral. Tanto es así, que aseguran concretamente A Coruña es uno de los 13 puntos de Galicia en riesgo por la subida del nivel del mar en los próximos años.

A estas malas prácticas, concretan que hay que sumar las debidas específicamente al cambio climático. En este sentido detallan que la subida del nivel del mar, según las previsiones de la NASA, ocasionará la pérdida de playas en la totalidad del litoral. Esto se traduce en que para 2030 ya se esperan impactos muy graves en la costa de Vigo, A Coruña y Vilagarcía.

Concretamente, los tramos más afectados por erosión y retroceso serán: Foz, Viveiro, Ortigueira, Ferrol, Betanzos, A Coruña, Ponteceso, Carnota, Ría de Arousa, Ría de Muros e Noia, Pontevedra, Vigo y A Guarda. Para final de siglo, en ciudades como Vigo el mar se habrá comido más de 40 metros de costa. 

"Durante décadas hemos deformado la costa a nuestro antojo"

"Durante décadas hemos deformado la costa a nuestro antojo, pero eso ya no funciona más. Ya no llegamos a anticiparnos al problema, porque ya está aquí, pero las soluciones tienen que ponerse en marcha con urgencia. Todo retraso resultará en mayores costes económicos y humanos", explica María José Caballero, responsable de Costas en Greenpeace España.

Asegura que "la contaminación es uno de los problemas más graves que afronta la costa gallega" y apunta a la celulosa ENCE en la ría de Pontevedra: "presente en la costa gracias a la negligente e interesada gestión pública, ha destruido una de las marismas más ricas de este tramo litoral".

Otro de los "auténticos puntos negros" concreta que "es el provocado por el vertido de aguas residuales de la mina San Finx al arroyo de As Rabaceiras, parte de la red fluvial que alimenta la ría de Muros e Noia, donde 1.500 familias de mariscadoras recogen el 70% del berberecho gallego".

Otro proyecto que tendría un impacto negativo en la costa gallega según Greenpeace sería la macrocelulosa de la empresa Altri en Palas del Rei (A Ulloa), que vertería 30.000 m3/día de aguas contaminadas, las cuales terminarán en la ría de Arousa, afectando a sus bancos marisqueros y su pesca tradicional.

"Augas de Galicia reconoce cerca de 2.000 vertidos en la costa y al menos un 10% de contaminantes fuera de los límites legales", exponen desde la ONG, aunque especifican que las diferentes plataformas en defensa de las rías "afirman que son muchos más".

Costa en peligro

Según varios mapas elaborados por Greenpeace, los puntos de la costa coruñesa cuyos arenales están amenazados se reparten entre: A Coruña, Ortigueira, Betanzos, Ferrol, Ponteceso, ría de Muros y Noia.

Las proyecciones efectuadas en el estudio de Greenpeace calculan un razonable aumento del nivel del mar de 20 a 30 centímetros hasta el año 2050 y de 50 a 70 centímetros hasta el horizonte del 2100.

Soluciones para la costa

En Greenpeace sostienen que "tan sólo con una reducción moderada de las emisiones de gases de efecto invernadero se podría evitar el 40% del retroceso de las playas de todo el mundo". En esta línea, hacen un llamamiento a "proteger y conservar las playas, lo que supondría un beneficio 150 veces superior a dejar que sigan deteriorándose".

Para revertir la situación actual, consideran que resulta imprescindible: aplicar políticas ambiciosas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y normativas de adaptación y protección de la costa; devolver la calidad ambiental a los espacios costeros, acabar con la contaminación, poner coto a la turistificación masiva, previsiones sobre el cambio climático en la planificación urbanística o impedir la construcción de infraestructuras y la urbanización que generen barreras artificiales.

Otras estrategias serían: facilitar la expansión hacia el interior de marismas y humedales y recuperar sistemas dunares, recuperar zonas inundables y promover la investigación científica.