La pandemia del Covid, con el obligado confinamiento de la población en sus domicilios, disparó en A Coruña (y en otras partes de Galicia) a finales de 2020 y sobre todo a lo largo de 2021 la demanda de viviendas unifamiliares con piscina para comprar o alquilar. También causó un inesperado boom en la propia construcción de piscinas, solicitada por familias con primeras o segundas residencias en la comarca coruñesa que hasta entonces no tenían una instalación privada para refrescarse a cielo abierto. “Fue una locura, no fue normal”, admite Raúl Pérez, uno de los responsables de Multiocio Galicia, con sede en Oleiros. Pero aquella fiebre perdió fuerza, le sucedió una mayor preocupación por el mantenimiento adecuado de las piscinas en lugar de la construcción de una nueva (y en caso de hacerlo, evitando las grandes dimensiones), como constatan los profesionales en el presente.

Esta tendencia ha coincidido además con una “preocupante” pérdida de mano de obra especializada en el sector. “No disponemos de suficientes trabajadores, lo que nos impide atender lo que nos demandan. Si nos llaman para reparaciones o intervenciones en piscinas solo podemos atender a quienes son clientes a los que se las construimos, no podemos encargarnos de quienes no lo son, qué más quisiéramos. No damos para tanto porque no encontramos mano de obra”, detalla Silvia Arca, de Construcciones Deportivas Sada, empresa con más de 40 años de experiencia.

Es la falta de personal especializado, un mal que afecta al sector de la construcción en general en Galicia, lo que acumula encargos durante meses, incluso de un año para otro, en las empresas que durante décadas han proporcionado piscinas en A Coruña y su área metropolitana. Algunos trabajos de mantenimiento se pueden ejecutar a las pocas semanas de contratarse, pero otros más profundos como la retirada de elementos desgastados deben esperar más tiempo.

No ha habido relevo generacional, realidad con la que convive la construcción y que han subrayado la Asociación Provincial de Empresarios de la Construcción de La Coruña (Apecco) y la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias (Fegein). “Es un sector muy especializado que requiere formación específica”, matiza Pérez. “Los que había se han jubilado o lo han dejado, los jóvenes no se interesan por este trabajo, así que no encuentras”, añade Arca. Y también, advierten desde Multiocio, ha habido en los últimos años, con el boom de la pandemia, un intrusismo en el sector por parte de trabajadores “no profesionales, piratas”, que ha provocado “desconfianza”.

Piscina diseñada por Multiocio Galicia. Multiocio

Pese a la caída de la demanda -“suave”, la califica Pérez- la situación no ha impedido seguir construyendo piscinas en la comarca de A Coruña. La tendencia actual en el sector ha cambiado. ¿Qué es más habitual ahora? “Nos piden piscinas pequeñas porque se da más prioridad a tener una bien equipada que una grande, tanto por razones técnicas como estéticas. Yo soy partidario de esto porque, como todo, las piscinas cumplen años. La conservación es más cómoda y a la larga da menos problemas”, considera el veterano profesional de Multiocio. Su empresa ha tenido el último año muchos más trabajos de revestimiento, limpieza, controles químicos, maquinaria robótica o cubrición de piscinas.

Urbanizaciones, nuevos clientes

Construcciones Deportivas Sada dejó de trabajar hace años en obra pública y se centra en demandas particulares, con trabajo sobre todo en Oleiros y Cambre. Apunta que últimamente han crecido solicitudes de construcción de piscinas en comunidades de vecinos o urbanizaciones de viviendas unifamiliares, tanto en ciudad como en concellos próximos. “En casas aisladas se nos piden piscinas de nueve metros de largo y cuatro de ancho, para familias de tres o cuatro miembros, y las urbanizaciones que no tenían ahora sí están más interesadas”, cuenta Silvia Arca. Raúl Pérez, de Multiocio, confirma esta tendencia “en los alrededores de A Coruña” y en ayuntamientos de Pontevedra como Sanxenxo y Portonovo, donde tienen clientes.

Cuando el Covid aún obligaba a la población a tomar precauciones en el contacto con los ciudadanos y muchos vecinos se habían aislado en casas unifamiliares compradas o alquiladas, Fegein difundió un balance del mercado inmobiliario con piscina en Galicia. A comienzos de 2021 esta federación cifraba en casi 3.000 las propiedades de estas características, con cerca de 1.500 en la provincia de Pontevedra y 980 en A Coruña, las dos con los precios más elevados: una media de 1.750 euros el metro cuadrado en el primer caso y de 1.350 en el segundo. Una de estas casas con piscina en A Coruña podría llegar a costar 270.000 euros en A Coruña, hasta 350.000 en Pontevedra.