Hay personas que dejan huella, y un conductor de los autobuses de A Coruña llamado Alberto es una de ellas. Este empleado de Tranvías de A Coruña condujo durante un tiempo el autobús número 385 de la compañía, que da servicio a la línea 5, y recientemente ha cambiado de ruta, pasando a conducir un bus de la línea 23.
Este cambio, habitual en la empresa, no ha pasado desapercibido para los pasajeros habituales de la línea. Uno de ellos ha escrito un poema dedicado a este "busero" que está circulando por diferentes canales, y que un anónimo ha hecho llegar también a Quincemil.
La carta dice lo siguiente:
Agradable, afable, servicial y siempre muy atento con todos los que subíamos al bus que él llevaba. (385) Cambió de línea, dejó la 5 y pasó a la 23. Fue una legión de personas que sentimos su cambio en el transporte de tranvías de La Coruña. Para todos los buenos "buseros" y en especial para él, Alberto, le dedico esto:
El poema
Llegó sin hacer ruido,
y a todos nos enganchó,
su sonrisa en ese asiento,
que a todos nos cultivó.
Siempre atento al viajero,
siempre prestando atención,
y su carácter sincero,
que sembró con gran pasión.
Fueron horas, fueron días,
meses, años a saber,
que llevaste con maestría,
y te dejaste querer.
La línea 5 está triste,
no lo puedo remediar,
hoy no encuentro su sonrisa,
y no la quiero olvidar.
¡Cuánto te echamos de menos!
Otros si disfrutarán,
a esa línea que te has ido,
y sé que te aplaudirán.
Has sembrado en ese cinco,
una legión de amistad,
por ser un buen compañero,
por gozar de tu bondad,
compartida muchos años,
que todos los que subimos,
y todos los que bajamos,
te queremos dedicar,
este aplauso merecido,
desde este rincón del mar.