Las obras en una de las principales arterias de A Coruña como San Andrés están provocando polvo, ruidos, supresión de plazas de aparcamiento e inconvenientes a la hora de los viandantes circular por la zona. Los trabajos están dividiendo a vecinos y comerciantes mientras el ejecutivo de Inés Rey defiende "el resultado positivo" que llegará finalmente el próximo febrero de 2025.
Según la alcaldesa coruñesa, la empresa encargada de la obra la está realizando "en función del proyecto de ejecución aprobado y la licitación que se aprobó" y añadió que las tareas "avanzan a buen ritmo". Actualmente, ha detallado que está listo el 70% de la red de saneamiento y las canalizaciones y el plazo de ejecución es de 12 meses.
"San Andrés es un bulevar recuperando su configuración tradicional con aceras nuevas y más anchas, con circulación en ambos sentidos, más árbores como las moreiras de Valdeorras que era los originales de San Andrés, nuevo mobiliario urbano o nuevas marquesinas", enumera Rey.
Frente a esta visión positiva, comerciantes y vecinos de la zona se muestran preocupados por cómo afectará el corte íntegro del tráfico en San Andrés, dado que hasta ahora la plaza de Santa Catalina actuaba como carga y descarga, pero desde este martes ya es inaccesible.
Sobre su postura, desde el Concello remarcan que esta obra "llevaba siendo solicitada desde hace tiempo por habitantes y dueños de negocios" y concretó que la intención es "mejorar una de las calles más importantes de A Coruña, humanizarla y potenciar la vida comercial que en otro tiempo tuvo y se perdió hace años".
Asimismo, señalando directamente al pequeño comercio, ha especificado que las actuaciones que se están realizando en San Andrés lo favorecen, mientras ayudan a que "se posicione y revitalice".
Aceras estrechas y caminar con complicaciones
Caminar por San Andrés, especialmente por la parte más próxima a la Castrense, es ahora complicado, según denuncian coruñeses que asan habitualmente por la zona, además de comerciantes y vecinos. Exponen que las aceras "son estrechas y los pasadizos habilitados incómodos".
"A muchos clientes les acercan en coche. Hasta ahora podían parar en la plaza de Santa Catalina, pero ahora a ver como hacen", dice Emma, una de las dependientas de La Zapatillera (un comercio con una mayoría de clientes mayores). A esto suman que la acera es "demasiada estrecha" y "las baldosas están todas levantadas".
Raquel Souto, copropietaria del El Paraíso de las Alfombras, entiende que las obras no terminan enseguida, pero subraya que "el tiempo que pasa lo padecemos los comerciantes". En los últimos meses, esta propietaria ha notado que cada vez menos personas pasean por San Andrés.
Por su parte, Agustín Carbayo, encargado de Casa Claudio, también coincide con La Zapatillera y El Paraíso de las Alfombras: "No es cómodo, hay zonas de paso, pero te tuerces los pies porque las baldosas están levantadas. La afluencia de clientes también ha bajado", lamenta.