Un barco de Malpica ha registrado este lunes un avistamiento de 15 ballenas cerca de las Islas Sisargas, en la provincia de A Coruña. Según ha explicado la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma) a Europa Press, se pudieron identificar estos ejemplares como ballenas comunes.

El rorcual común es la ballena más frecuente en las costas gallegas y es la más grande que existe después de la ballena azul. Se caracteriza por su aleta y por medir entre 24 y 25 metros de longitud, ha indicado el presidente del Cemma y veterinario, Xabier Pin.

"Todos los años suelen pasar en esta época de verano", ha subrayado Pin, que también ha esgrimido que es "muy típico" verlas en grupo mientras emigran esta época, como ha ocurrido en este caso. Aún así, ha explicado que en muchos de estos avistamientos lo que se ve son "simplemente los chorros" que expulsan cuando salen a respirar, lo que hace difícil identificar las edades de los ejemplares.

Pin ha advertido de que en estos casos hay que tener en cuenta que los cachorros de esta especie crecen "muy rápido", por lo que el concepto de un "animal pequeñito" no es realista, si se tiene en cuenta que pueden medir 14 metros.

Sin embargo, indica que aunque en muchos de los avistamientos "ves una aleta, un soplo, pero no ves un animal completo" y además concreta que las diferencias de tamaños sugieren que algunos cachorros también han visitado la costa gallega.

¿Por qué están en Galicia?

Xabier Pin ha insistido en que estos avistamientos se debe principalmente al proceso migratorio habitual de estos cetáceos. "En las épocas de verano para van a zonas frías porque es donde hay mucho alimento y en los inviernos bajan a zonas más tropicales, en las que las aguas están más agradables para tener a sus crías y reproducirse", ha indicado.

Por otra parte, Pin ha puesto el foco en que durante los próximos años deben trabajar para conocer el impacto que el cambio climático tendrá en este proceso migratorio.

"Los cambios de temperatura y en los patrones de migración de los peces pueden afectar a las migraciones de estos grandes cetáceos, porque todo está relacionado", ha asegurado. Es decir, el alimento se mueve y, por tanto, las ballenas también lo hacen.