En las últimas horas de este martes se han avistado varios ejemplares de carabela portuguesa en aguas próximas a la zona de O Portiño y Riazor. Un vídeo grabado por el marinero Xosé Iglesias en el que se ven a esta especie de medusas ha hecho saltar las alarmas y el ayuntamiento ya ha tomado medidas preventivas.

Fuentes municipales han confirmado que lo más seguro es que a lo largo de esta tarde las carabelas sean arrastradas por el cambio de viento hasta los arenales. Por ello, en estos momentos los operarios vigilan las playas herculinas por si pudiera detectarse la aparición de estas.

En caso de que finalmente tomen tierra, inmediatamente se alzará la bandera roja en las playas de A Coruña, lo que supondría la prohibición del baño en pleno mes de agosto. Todo ello debido a la peligrosidad de esta especie. 

Características de la carabela portuguesa

Enrojecimiento, descamación y fiebre son algunos de los síntomas más comunes de la picadura de esta falsa medusa, también conocida como aguaviva. Estas suelen llegar muertas a la orilla tras exponerse a temperaturas más altas de lo normal, ya que es una especie que vive en aguas muy frías del Atlántico.

"Se diferencian de otras medusas en que su tentáculo puede llegar a medir tres metros", explica Lidia Muñoz, bióloga marina. Incluso asegura que con el más mínimo roce, "te puede llegar a producir un paro cardíaco".

Prohición al baño en años anteiores

No es la primera vez que aparecen ejemplares de este tipo en esta playa o en el contiguo arenal de Riazor. Tanto es así, que el pasado verano, concretamente también en el mes de agosto, llegó a prohibirse el baño en algunos arenales coruñeses por la presencia de carabelas portuguesas, imponiéndose la correspondiente bandera roja durante varias jornadas. También aparecieron en la ciudad medusas de tipo luminiscente o clavel, con una picadura que produce un intenso dolor y picor.

Otras que han sido avistadas, más en meses de verano, han sido las de tipo velero, una especie mucho más pequeña que la carabela portuguesa cuyas medidas no superan los siete centímetros de largo. Su nombre se debe a que la parte de la medusa que está sobre la superficie se endurece con forma de vela.