Se cumple el pronóstico y el viento arrastra a las carabelas portuguesas hacia la playa de Riazor, después de que un marinero las avistasa este martes en aguas coruñesas y aproximándose a la costa. Por suerte, el ayuntamiento ya había dado orden de vigilar los arenales: era de esperar que en cuestión de horas el viento las arrastrara hacia la orilla.

Dicho y hecho, ayer a última hora cinco ejemplares de estas medusas tomaron tierra. A esa hora no quedaban bañistas en las playas, por lo que nadie corrió el riesgo de ser alcanzado por alguno de los tentáculos letales de esta especie.

Cabe señalar que entre las medidas de prevención del Concello herculino para evitar  cualquier desgracia, se encontraba la de prohibir el baño en los arenales. Las horas eran cruciales, ya que este miércoles las altas temperaturas atraerían a cientos de coruñeses a la playa con intenciones de darse un baño. 

Fuentes municipales relatan que no hay más carabelas en el agua, por lo que la playa de Riazor queda abierta a darse un chapuzón. Algo que temían los bañistas, pues el año pasado a estas alturas de agosto se tuvo que prohibir el baño durante varias jornadas.