La cuenta atrás en la apertura o reapertura de un local de hostelería es un periodo de expectación que mantiene en vilo, respectivamente, a los clientes potenciales más interesados y a los habituales clientes. Los segundos cuentan las horas que faltan hasta que su bar, restaurante o pub favorito vuelva a estar en servicio. Si además el local es ampliamente conocido y tiene clientela fiel, las ganas de reapertura son mayores. Es lo que pasa estos días con el Pontejos, un tradicional bar del centro de A Coruña que volverá a subir la verja este miércoles tras más de un mes de reforma.

Poco después de que terminaran las semanas grandes de agosto, Javier Otero y Loli Castiñeiras avisaron a sus clientes de que sus sabrosas tortillas de patata no se servirían durante al menos un mes. Tampoco sus conocidas tapas de callos y cocido. Habría una obra, que se ha alargado un poco más de lo previsto, y que permitirá presentar un "lavado de cara interior y exterior" al establecimiento, señala su propietario.

"Hacía falta"

La barra, la pintura interior, la instalación eléctrica, los aseos, el techo, el mural que decora la fachada bajo los soportales del cruce de las calles Marqués de Pontejos y Pío XII frente al mercado de San Agustín. Las obras afectan a estas partes y elementos del bar Pontejos, que han sido restaurados o cambiados. "Hacía falta", asegura Otero, que también garantiza a sus clientes que "lo que no cambiará en absoluto" es la oferta de comida y bebida del local. Y las sillas de la terraza, bajo el soportal, tampoco se moverán.

A través del gran ventanal que hace esquina se puede ver todos los días a Javier Otero batiendo huevos y friendo patatas para cocinar sus conocidas tortillas, uno de los platos más celebrados por sus clientes, que cada mañana devoran alrededor de una docena en tapas y raciones. Entre ayer y hoy sus propietarios estaban limpiando en el interior y preparando el suministro de alimentos para que este miércoles no haya sobresaltos en la esperada reapertura.

El bar Pontejos es un negocio familiar del centro de A Coruña surgido hace medio siglo que Otero, de 60 años, heredó de sus padres. Junto a su esposa Loli se encarga de gestionarlo desde hace unos veinte años. Usuarios del mercado de San Agustín suelen consumir en Pontejos, ubicado en un estratégico lugar de paso entre Monte Alto y el casco histórico, que también ayuda a hacer parada en su terraza o su interior.