Segundo día del juicio por la muerte de Samuel Luiz en A Coruña. Los acusados toman asiento en la sala. Se les acusa de participar en la brutal paliza que terminó con la vida del joven coruñés de 24 años el 3 de julio de 2021 en el paseo marítimo de A Coruña. El primero en declarar es Alejandro Míguez, para el que la fiscalía pide 22 años de cárcel. Se le acusa de golpear con puñetazos y patadas a Samuel, evitando que este pudiera huir.
Su letrado, Manuel Ferreiro, decidió que su patrocinado declarara al inicio del juicio -lo normal es que lo hagan al final-. Una estrategia que le siguió el abogado de Katy Silva, que será la siguiente en exponer su versión a lo largo de la mañana de este jueves.
Alejandro Míguez accedió a la Audiencia por la entrada principal. Fue puesto en libertad provisional un mes después de haber sido detenido por el crimen de Samuel Luiz. Tres años y tres meses después se sienta en el banquillo de los acusados para exponer su versión de los hechos.
"Yo solo era amigo de Diego Montaña", responde Alejandro Míguez a la primera de las preguntas de la Fiscalía. Esa noche el joven salía con ese grupo de amigos, del que asegura no mantener ninguna amistad más allá de coincidir con ellos de forma "frecuente".
Esa noche, a Alejandro Míguez lo habían llamado para salir de fiesta. Como trabajaba cerca del lugar, se apuntó. Cuando llegó, el resto de los amigos estaban dentro del pub, pero a los pocos minutos, cuenta el acusado, estos fueron expulsados del local por mal comportamiento.
Al rato, Alejandro Freire junto con Kaio Amaral salieron por voluntad propia del local y se dirigieron a la zona cercana a la bancada del andén de Riazor. "Vimos un tumulto de mucha gente y corrí hacia ellos", relata. En ese momento, se acercaron ambos a aquella multitud de gente: "Katy me dijo: 'No hagas nada que todo esto es culpa de Diego'".
"Diego Montaña y Alejandro Freire van detrás de Samuel"
"Metí los brazos -en el tumulto- e intenté acceder a Diego Montaña con intención de separar, pero fui desplazado hacia atrás", explica.Con ello, la representante del Minsiterio Público le preguntó al acusado con qué intenciones trató de meter los brazos", a lo que respondió que "para separar", pero que le resultó "imposible".
En ese momento, comienza la persecución. El grupo de agresores corre detrás de Samuel, que intenta huir. Al otro lado del paseo marítimo, en la calle Buenos Aires, se encuentran con dos personas que tratan de defender a la víctima. "Diego Montaña y Alejandro Freire van detrás de Samuel e intentan agredir a los senegaleses", cuenta Míguez. Según su versión, este emprende otro camino en diagonal al grupo, observando a lo lejos lo que estaba pasando. "A esa distancia veo que Kaio Amaral y Catherine se acercan a Samuel y a los senegaleses", concluye.
Para facilitar la narración de los hechos, se mostró un plano del paseo marítimo de A Coruña, siendo el punto número uno el lugar en el que se inició la agresión, en la bancada de Riazor, y el cuatro la avenida Buenos Aires, donde mataron a Samuel. Sin embargo, de nada sirvió, ya que Alejandro Míguez no fue capaz de situar el plano. Tampoco fue capaz de recordar numerosos momentos por los que se le preguntó.
Mintió cuando declaró como testigo
A las pocas horas de la agresión, se reunieron en el parque de San Diego de A Coruña, en teoría, para cuadrar versiones. De nuevo, lo niega. "Yumba (Alejandro Freire) me dijo: 'Yo no lo maté, yo no lo maté'". La fiscalía le cuestionó a Alejandro Míguez si recordaba haber preguntado a Diego Villaverde (uno de los menores a condenados) "quién le había dado el último golpe a Samuel". Pero dijo que no lo recordaba.
A los pocos días del crimen, Alejandro Míguez fue llamado a declarar como testigo. Lo que él relató aquel día no coincidía con la versión que cuenta en este juicio, y él mismo lo reconoce. "Tenía miedo, estaba asustado", explica. Aun así, contó aquella misma historia en más de tres ocasiones. "Mi abogado me recomendó que no declarara, me dijo que cuando llegáramos a juicio, ya contaríamos la verdad", añade.
Visionado de imágenes
A Alejandro Míguez le preguntaron en varias ocasiones si se identificaba en alguna de las imágenes que se le mostraron de aquella noche. Durante el juicio se visionaron grabaciones de las cámaras de tráfico, de un vending y del pub en el que se encontran. Sin embargo, tan solo se identificó en una de ellas, "por la vestimenta". En más de diez ocasiones le preguntaron si se reconocía a él mismo o al resto de los acusados, pero lo negó.
"Repito que yo no he agredido a nadie"
En varias ocasiones, el acusado se dirigió a los miembros de las partes (Fiscalía, acusación popular y particular) con un tono a la defensiva. "Repito, que yo no he agredido a nadie", respondía. "Yo no tengo ningún tipo de actitud violenta contra nadie", añadía cortante. Incluso llegó a responder de forma irónica cuando le preguntaron si el color de su camiseta era rojo-anaranjado: "Rojo y naranja no es lo mismo".
En el turno de las defensas de los acusados, estos preguntaron a Alejandro Míguez por la participación de su patrocinado en la agresión. Empezó por preguntar David Freire (Yumba), abogado de Alejadro Freire. "¿Vio a mi cliente golpear a Samuel? ", le preguntó, pero este respondió que "Yumba lo agarró y lo tiró", pero que no había visto "más golpes por su parte".
Asimismo, el abogado de Kaio Amaral, defendido por José Ramón Sierra, le preguntó también por la participación de su acusado. Coincidiendo con lo que expone su letrado, este no vio a Kaio golpear a nadie. Lo mismo Katy. "No la vi pegar ni decirle a nadie que lo hiciese", indica en respuesta a Luciano Prado, que añade que esta incluso se "mete a intentar separar", lo que corrobora Míguez. "Katy le dio bofetadas a Diego en el parque por lo que había sucedido", añade el acusado contando el momento en el que se reúnen en el parque de San Diego a la horas de la agresión.
Al hablar del que era su amigo, Diego Montaña, Míguez confesó que lo había visto agredir a Samuel, pero que era la primera vez que lo veía pegándose con alguien. Así como era también primera vez que hacía comentarios homófobos.