"No tenemos autonomía para movernos por nuestra ciudad". Así de contundentes son los miembros de Grupo de Personas con Discapacidad de A Coruña (Grumico) al referirse a las barreras que tienen que enfrentar cada día por la falta de accesibilidad del transporte público. Miembros y trabajadoras de la asociación se han concentrado esta mañana frente a la estación de tren de San Cristóbal para exigir mejoras en la red de autobuses públicos —urbanos y metropolitanos—, trenes, taxis e incluso aviones.
El objetivo de Grumico es "luchar contra los problemas de accesibilidad en el transporte" y así conseguir una red "inclusiva" "a la que puedan acceder todas las personas", también aquellas con otras necesidades, como usuarios de carritos de bebés.
María Paz Taboada, trabajadora social de la asociación, ha explicado a los medios lo complejo que es encontrar un taxi adaptado o el calvario que supone subir a un autobús urbano en el que "a veces cuesta que te bajen la rampa" a pesar de que "no tendríamos que explicar la discapacidad que tenemos" para conseguir un servicio fundamental. A ello se suma que los autobuses de A Coruña están condicionados también por las obras y la doble fila, que en muchas ocasiones impiden el despliegue del bajadero.
La situación, no obstante, es todavía peor en el transporte metropolitano. Desde Grumico denuncian que muchos autobuses de la red no están adaptados, por lo que "si pasa un autobús sin rampa, los usuarios con discapacidad tienen que esperar al siguiente". Eso, sumado a los "horarios irregulares" de la red autonómica, terminan por "condicionar" la vida de las personas con diversidad motora.
Los taxis y los autobuses (urbanos y metropolitanos) suponen el 90% de quejas de los miembros de Grumico. "Los trenes son lo que mejor están, pero siempre hay algún problema", aclara de todas formas María.
Educar y sensibilizar a la sociedad
La mejora de la red de transportes no es lo único en lo que es necesario avanzar. Las personas sin discapacidad también deben educarse. Ocupar una plaza de aparcamiento reservada o sentarse en un asiento que no corresponde en el autobús, por ejemplo, también son formas de desfavorecer a las personas con discapacidad.
"Las plazas que están habilitadas para personas con problemas de movilidad muchas veces están ocupadas por personas que no deben estar ahí"."Tenemos que entender que hay que dejar espacio siempre porque tiene que bajar una rampa para que esa persona tenga una manera segura de bajar y subir del vehículo", explican desde Grumico.
Con todo, la existencia de una red de transporte accesible no solo beneficiaría a las personas con limitaciones permanentes. También a todo aquel que pueda tener un esguince, pierna rota, problemas de movilidad derivados de la edad... "Para que la sociedad sea inclusiva tenemos que poder acceder todos en las mismas condiciones a algo que es imprescindible para la autonomía en la vida, como el transporte", defendió María.
Existen herramientas específicas para personas con discapacidad como el Servicio Galego de Apoio á Mobilidade Persoal (065) o el Bono Taxi, pero muchas veces no son suficientes porque dejan a muchos usuarios atrás. "El resto de la población que no tiene acceso a estos servicios tiene muchas complicaciones para tener autonomía y moverse libremente por su ciudad", concluían desde Grumico.