La sala de la Audiencia Provincial en la que se juzga el asesinato de Samuel Luiz no olvida el desgarrador testimonio de Maxsoud Luiz, el padre del joven asesinado en el paseo marítimo de A Coruña. Su relato fue clave para conocer de cerca al auxiliar de enfermería de 24 años, presa de la brutal paliza por la que hoy se juzga a cinco personas por su presunta implicación. Tras ello, una treintena de testigos policiales y peritos médicos que participaron en la investigación del crimen ayudarán en las dos próximas semanas a matizar los detalles del caso, con el fin de que el próximo 18 de noviembre se dé lugar a un veredicto.
El primero en testificar en la jornada de este miércoles fue el que en ese momento era jefe de la brigada de la Policía Judicial de la Comisaría herculina. "Me encontraba de guardia cuando me llamaron y me informaron del fallecimiento del joven", cuenta el instructor. Su alta experiencia en homicidios y delincuencia organizada y violenta ayudó a la rápida gestion del equipo. Aunque reconoció que "jamás" había visto algo parecido en los años que llevaba en la profesión -más de 16 en la brigada de A Coruña y otros tantos en el cuerpo-.
En total se tomaron declaraciones a 54 personas durante la investigación. Tan solo de sábado a lunes se presentaron en las dependencias policiales 15 personas que decían haber visto la agresión. Sin embargo, la primera persona con la que contactó la policía fue Lina Fernández, la amiga de Samuel, que vivió en primera persona la paliza mortal.
Las primeras detenciones fueron las de Diego Montaña, Alejandro Freire, Katy Silva y Kaio Amaral. El último fue Alejandro Míguez, dos meses después del asesinato, en septiembre. "Diversificamos el trabajo: se reparten las funciones y yo las coordino", expone el jefe de la brigada. En un primer momento solo se tiene constancia de la cámara de tráfico de la plaza de Portugal. "Se ven muchas cosas, pero no está para enfocar detalles, está para ver el tráfico. No llega a alcanzar las caras, pero sí la vestimenta", añade. Gracias a las descripciones de la ropa que dieron los testigos se pudieron identificar a los implicados y ponerles nombre.
Kaio Amaral: mintió en su declaración
Kaio Amaral se presentó voluntariamente en dependencias policiales el lunes 5 de julio de 2021, dos días después del asesinato. "Colabora parcialmente. Nos daba datos de amigos que habían participado. Él se excluía en todo momento. Luego nos dimos cuenta de que mintió: decía verdades, pero también mentiras", explica el agente. El acusado daba una "versión exculpatoria" y trataba de convencer de que él solo estaba ahí para intentar separar. Además, este dio una descripción errónea de la vestimenta que llevaba puesta esa noche.
Junto a Kaio, se presentó en la comisaría Noa, su novia, presente también en el momento de la agresión: "Excluía a su pareja en todo momento". Al día siguiente (6 de julio de 2021), por la mañana, Alejandro Freire hizo lo mismo. "En este caso, teníamos datos como para proceder a su detención, no podíamos tomarlo como prueba testifical", indicó el policía. Pero antes, arrastró a todos con él. "Es Freire el que involucra a Kaio (dijo que había dado una patada) y a raíz de eso también se investigó a Katy y a Diego, porque había más pruebas contra ellos", señala.
El único que separó
El instructor menciona en su declaración a un testigo crucial para proceder a las primeras detenciones. Óscar, un amigo de los acusados presente durante la pelea, fue el único, además de Ibrahima y Magatte, que se metió en la paliza para separar. "Todo lo que nos contó se correspondía. Óscar nos consta que fue el único que separó: su testimonio era muy verosímil ", recalca.
A mayores de pruebas testificales, "las imágenes del establecimiento nos dieron muchos datos". "Kaio no entró en el local Andén. No había imágenes de él, pero pudimos identificarlo por la vestimenta en las cámaras de tráfico", relata el policía. Incluso su novia lo identificó. "En las escaleras va corriendo a gran velocidad y recorre unos 10 metros en menos de 5 segundos y comienza la primera agresión", señala.
La misma cámara grabó al acusado volver al lugar del crimen al día siguiente de la muerte de Samuel. Según el testigo policial, Kaio se citó con la expareja de su madre para contarle su versión de los hechos. Ambos fueron hasta el punto donde se cometió el asesinato "para comprobar si había cámaras": "Pensó que eso le exculparía", señala el policía.
¿Qué pasó con el teléfono de Samuel?
Hay que recordar que a Kaio se le pide la mayor de las penas: 27 años de prisión por asesinato con alevosía y ensañamiento y robo con violencia. A este acusado se le inculpa también por llevarse el teléfono de Samuel cuando huyeron todos del lugar. "Él dice que encuentra un teléfono por allí y se lo lleva", explicó el agente. Sin embargo, según los datos recogidos en la investigación, el teléfono del joven coruñés se apagó cuando todavía estaba en medio de la pelea. "Es posible que al caer al suelo se apagara, pero también pudo haberlo apagado alguna persona", explica.
"Él nos dijo que lo había tirado a un contenedor antes de ir a comisaría, pero otros testigos nos hicieron saber que lo llevaba encima", añade. Por otro lado, el inspector matiza que "un amigo dijo que Kaio pretendía lucrarse con el teléfono" y que el mismo acusado se lo había hecho saber horas antes.
Míguez: "No pude hacer nada porque me agarró un negro"
Continúan las dudas sobre la participación de Alejandro Míguez en la paliza mortal a Samuel Luiz. Según los datos recogidos en la investigación: nadie lo vio pegar al joven de 24 años, nadie lo señala directamente, no hay fotogramas que lo impliquen y tampoco hay rastro de ADN de la víctima en su ropa. Por ello, Manuel Ferreiro, abogado del acusado, le preguntó directamente al jefe de la investigación: ¿Por qué se le acusa?
Según las imágenes que apuntan a Alejandro Míguez, se observa que este tan solo "mira y no se involucra". En la secuencia del vídeo facilitado se ve al acusado corriendo detrás de Kaio en la persecución a Samuel. Ahí "entra en el núcleo de la agresión, donde sale despedido".
Según un amigo con el que habló el procesado después de la agresión, este le dijo que "no pudo hacer nada porque lo agarró un negro". Según la declaración de Diego Villaverde, uno de los menores ya condenados, pudieron concretar que Míguez había mantenido un "forcejeo" con Magatte, uno de los senegaleses que trataron de auxiliar a Samuel.
Recorrido: Del punto 1 al 4
La agresión la dividen en cuatro puntos. Siendo el punto 1 en el que Diego Montaña acusa a Samuel de grabarle y comienza la pelea. Ahí mismo "Freire le hace un mataleón a la víctima y Katy separa a Lina, impidiendo que auxilie a Samuel", señala el policía. En ese momento, indica que entran en la pelea "al menos 6 o 7 personas según testigos, donde se sitúan todos los investigados".
"Nadie separaba, solo Óscar y los senegaleses", reconoce el jefe de la investigación. Los que estaban en el punto uno se trasladan al punto 2. Alex Míguez encabeza la persecución, pero enseguida lo adelantan va antes que Freire y luego lo adelantan los otros. En el punto 3 es donde Míguez dice que "no pude hacer nada porque le agarró el negro". La avenida Buenos Aires sería el punto 4, donde los captan las cámaras de un vending. Finalmente, Samuel cae desplomado y huyen todos del lugar.
El inspector describió la muerte de Samuel Luiz como un acto de "violencia gratuita", así como algo "brutal, inhumano y atroz". Algo que consideró que se podría ver venir. Los inspectores localizaron en el móvil de Kaio Amaral un videoclip de una canción de trap con letra violenta y en la que salían personas encapuchadas sosteniendo armas blancas. "Una premonición de lo que vendrían a hacer luego con Samuel", señaló el instructor del caso.
Dos primeros policías en ver a Samuel desplomado
Esta misma mañana testificaron también en la Audiencia Provincial de A Coruña los dos primeros agentes de la Policía Nacional que acudieron a la escena del crimen. declararon juntos. La fiscala les preguntó qué se habían encontrado cuando llegaron al paseo marítimo: "Había un joven tumbado en el suelo, estaban los sanitarios tratando de reanimarlo. Hablamos con los agentes de policía local que estaban ya allí, nos dicen que habían sido requeridos por unos señores que habían visto una pelea".
La policía habló con Lina. "Estaba bastante nerviosa. Me contó que Samuel estaba haciendo una videollamada y un chico fue a increparle", explica la agente. La amiga de la víctima no alcanzó a ver la paliza: "Una chica la había apartado". Cuando se quiso dar cuenta, había mucha gente corriendo en una misma dirección, pero cuando ella se acercó, ya se habían ido todos corriendo. "Dijo que iban todos a por él", corrobora la testigo.
Mañana continúa el juicio
Mañana 31 de octubre están citados a testificar otros agentes del Cuerpo Nacional de Policía: el primero será el coordinador de la última fase de la investigación, además de tres agentes encargados de recoger imágenes y otras diligencias.