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No es la primera vez que la Policía Local acude al número 30 de la calle de la Barrera de A Coruña. Los vecinos no soportan más la convivencia con ciertas personas que residen a escasos metros de sus casas. Lo que ocurre dentro de aquel inmueble nadie lo sabe, pero se puede intuir. "Mucha droga", dice un propietario que comparte acera con el edificio okupa.

Después de que el pasado miércoles 6 de octubre, a eso de las 22:00 de la noche, se produjera un incendio en el rellano del edificio okupado de la Barrera, la Policía Local recibió la orden de desalojo. "La situación ya era insostenible", aseguraba el vecino afectado a Quincemil. 

La persona acusada de provocar el fuego la pasada madrugada fue detenida. Pero eso no evitó que a primera hora de la mañana de este viernes, un furgón de la Policía Local se plantara en el número 30 de la famosa "calle de los vinos". "Aquí han llegado a convivir unas 15 personas. Ayer se escuchaban los martillazos de la gente a las tantas de la madrugada intentando abrir las puertas de los pisos que ardieron", explica el vecino. 

Los agentes tenían orden de desalojar tan solo el tercer y cuarto piso, "los afectados por el incendio". A eso de las 10:30 de la mañana, algunos ya tenían sus maletas en la calle, sin saber muy bien qué hacer con ellas ni a dónde irse. "Fue por necesidad que nos metimos aquí, hace tan solo un mes. Empezó a llover y tuvimos que buscarnos un techo", explica una de las personas que okupaban el inmueble. 

"Prefiero vivir en la calle que vivir aquí. Hay muy mala vibra", confesaba la propia persona que fue desalojada esta mañana. Indica que no todas las personas que viven ahí son problemáticas. En su caso, estaba ahí "por necesidad y no creaba ningún tipo de conflicto". 

Este, colaboraba con la policía y aceptaba la situación sin decir ni una palabra. Otro, no era capaz de quedarse callado: "Es la tercera vez que me echan". "Desde la pandemia llevamos así. Van a drogarse a la plaza de aquí al lado y luego siguen dentro del edificio. Cuando se les pasa el subidón es cuando empiezan los gritos", apunta el vecino, refiriéndose a la gente que está ahora en la calle. 

Por el momento, el primer y segundo piso siguen ocupados. Según fuentes policiales, tan solo tenían orden de desalojar el tercer y cuarto piso, "por temas de Urbanismo". No es la primera vez que se produce un desalojo en la ciudad. En junio de este año tapiaban la entrada de un inmueble de nueve plantas en la Ronda de Nelle después de sufrir un gran incendio. 

Este tipo de problemáticas ha llevado a protestas en diferentes barrios de la ciudad en contra de los "narcopisos" en el último año. En barrios como Monte Alto, Os Mallos o la Sagrada Familia, los vecinos lograron controlar el tráfico de droga que se mantenía en los edificios vacíos próximos a sus casas y cerca de donde residían familias gracias a las manifestaciones realizadas.