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La Policía Local de A Coruña gestiona habitualmente el control de los excrementos caninos en la ciudad, de manera que siguiendo la ordenanza vigente constatan que los dueños recojan las deposiciones de sus mascotas para que no permanezcan en la vía pública contribuyendo a ensuciar las calles y provocar insalubridad.

Por este motivo, desde el Concello de A Coruña se ha decidido que en esta lucha por mantener limpias la ciudad habrá agentes de paisano que estarán presentes en áreas con alta concretración de animales para vigilar que se cumplan las normas y en el caso de ser necesario imponer sanciones, tal como han confirmado fuentes municipales.

En este contexto, en marzo de este año desde el Concello de A Coruña se aprobó una modificación de la Ordenanza de Animales que implica el endurecimiento de las sanciones ante el incumplimiento de la normativa con multas de hasta 30.000 euros en caso de las más graves y la obligatoriedad de llevar una botella con agua para limpiar los orines.

El importe de las sanciones de esta manera prácticamente se duplica, dado que las sanciones más leves impuestas a aquellas personas que no recogían los excrementos, por ejemplo, oscilaban antes de esta modificación entre los 30 y los 300 euros y desde principios de año se mueven entre 100 y 500 euros. Las sanciones graves conllevan multas de entre 501 y 5.000 euros y las muy graves, de hasta 30.000 euros (frente a los 15.000 anteriores). 

Asimismo, las personas que paseen a sus perros por la vía pública en la ciudad herculina desde principios de año están obligados a llevar una botella para limpiar los orines y de esta manera evitar los malos olores. Algo que no se modificaba hasta este año y que seguía vigente desde la anterior ordenanza de 1997.