María Pita está sumida en una crisis de Gobierno desde que el BNG, socio prioritario del equipo de Inés Rey, anunciase durante el pleno extraordinario de noviembre que no apoyará los presupuestos municipales de 2025. Las cuentas del próximo año están en un limbo y las opciones son limitadas. No obstante, la alcaldesa de Inés Rey aseguró esta mañana que "habrá presupuestos": "No descarto ninguna de las posibilidades que existen para sacarlos adelante", prosiguió.
Rey evitó valorar la decisión del BNG, que justifica su decisión alegando que "no se dan las condiciones necesarias para apoyar las cuentas" porque "no se han cumplido los acuerdos" alcanzados hasta el momento. "Le tienen que explicar a la ciudadanía por qué han decidido no apoyar unos presupuestos que ni siquiera han discutido ni han empezado a negociar", defendió esta mañana ante la prensa Inés Rey.
El equipo de Gobierno "va a seguir trabajando en los presupuestos" con el objetivo de que la ciudad tenga unas cuentas específicas para 2025. No obstante, los escenarios posibles se limitan a tres: prorrogar los del 2024, seguir negociando o recurrir a una moción de confianza.
Prorrogar los presupuestos
Es la vía más sencilla y la que cuenta con un precedente más cercano. En 2023 el gobierno de Inés Rey ya recurrió a esta fórmula al terminar el año sin que se hubiesen aprobado unas cuentas.
El principal inconveniente de esta 'solución' es que la Administración local no podría realizar inversiones que no estuviesen previstas en 2024. Además, bajo esta fórmula, el Gobierno estaría forzado a poner en marcha numerosos modificativos para garantizar las subvenciones a entidades sociales, deportivas y culturales. Bajo este supuesto, el PSOE estaría también condicionado por el sentido de voto del BNG y PP.
Continuar las negociaciones
El socio "prioritario" del Gobierno municipal (BNG) ha dado un golpe en la mesa y ha retirado su apoyo a Inés Rey alegando al "incumplimiento" de ciertos pactos políticos. Entre ellos está la apertura del Parque del Observatorio. Suponiendo que el Bloque Nacionalista se mantuviese firme en su decisión, la única opción que le quedaría a Inés Rey es negociar las cuentas con el Partido Popular.
Es uno de los escenarios más improbables, ya que aunque ambos grupos han asegurado no guardar cordones sanitarios, la sintonía entre PP y PSOE es casi nula. En los últimos meses, ambos grupos han protagonizado debates de lo más broncos en los plenos municipales y se han intercambiado declaraciones duras en diferentes actos y ruedas de prensa.
El portavoz del Partido Popular de A Coruña, Miguel Lorenzo, vinculó el apoyo de su grupo a una reducción de los impuestos. Durante el pleno municipal también recordó que hasta ahora el PSOE "siempre ignoró" al PP para negociar el presupuesto, del que "una gran parte", recordó, "el Gobierno local no ejecuta".
Moción de confianza
La moción de confianza es un instrumento recogido en la Ley Orgánica del Régimen Electoral General como "un instrumento que permita superar las situaciones de rigidez o de bloqueo". Es una de las vías más arriesgadas. Podría permitir a Inés Rey contar con nuevos presupuestos sin necesidad de tener el 'sí' de PP o BNG. Pero también podría costarle la alcaldía.
En el caso de que la cuestión de confianza no obtuviera el número necesario de votos favorables para la aprobación del acuerdo, la alcaldesa quedaría en funciones hasta la toma de posesión de la nueva regidora. Desde ese momento, los partidos de la oposición tendrían de un mes para cerrar un acuerdo y encontrar un candidato alternativo a la alcaldía. Es decir, BNG y PP deberían llegar a un acuerdo o, de lo contrario, las cuentas serían aprobadas automáticamente e Inés Rey se mantendría como alcaldesa.