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A Coruña es un lugar fascinante para visitar. Es un templo del buen comer. Cuenta con una historia y cultura propia que logra conquistar el corazón de todo aquel que la descubre. Se trata de un destino que fusiona lo tradicional con lo moderno, ofreciendo una experiencia única a sus visitantes. La emblemática Torre de Hércules convive en perfecta armonía con espacios dinámicos como las zonas de ocio nocturno.

La gastronomía es un ejemplo perfecto de esta dualidad, ya que en pleno centro de la ciudad herculina podemos encontrar propuestas clásicas -desde lacón con grelos hasta caldo gallego- y otras más innovadoras impulsadas por chefs locales, pero que siguen utilizando productos de kilómetro 0 y de temporada. Este equilibrio entre lo tradicional y lo contemporáneo convierte precisamente a A Coruña en un lugar irresistible para cualquier persona.

La expresión que muchos coruñeses odian

La Marina de A Coruña

Existen varios términos para identificar la ciudad de A Coruña, pero uno de ellos destaca entre todos por el rechazo casi unánime que genera. En España casi no se conoce y los pocos ciudadanos que sí lo hacen y viven fuera de nuestras fronteras, no entienden esta polémica. El término 'La Coru' para referirse a la ciudad herculina es rechazado por la mayoría de la población.

Aunque algunos aman el verano y otros prefieren los días lluviosos y fríos de invierno, sí existe cierto consenso en la población coruñesa en el siguiente asunto: la inmensa mayoría rechaza el término 'La Coru' para identificar este lugar. Los vecinos de la urbe consideran que el término no refleja la identidad histórica y cultural, y además, según muchos locales, el término 'La Coru' suele usarse con un tono que perciben como peyorativo, insinuando que los habitantes de la ciudad tienen un cierto aire pijo, o de superioridad.

Lamentablemente no deja de ser un estereotipo que algunos consideran injusto y que se aleja de la imagen que los propios vecinos quieren proyectar. El rechazo al término 'La Coru' también tiene raíces en el orgullo por su denominación oficial: A Coruña.

La Ley 3/1983, de 15 de junio, de normalización lingüística, establece en su artículo 10 que los topónimos tendrán como única forma oficial la gallega y que "corresponde a la Xunta de Galicia la determinación de los nombres oficiales de los concellos, de los territorios, de los núcleos de población de las vías de comunicación interurbanas y de los topónimos de Galicia". 

¿Por qué se llama A Coruña?

El topónimo de la ciudad ha sufrido diferentes variaciones a lo largo de la historia, pero... ¿Por qué A Coruña se llama A Coruña? No hay una única respuesta. Más allá de las fábulas, leyendas y comentarios populares, lo único veraz es que en 1208 la urbe gallega recibió su carta fundacional de manos del monarca Alfonso IX. En este momento, la ciudad pasaría a llamarse Crunia, que sustituiría al nombre de Faro, que a su vez había reemplazado al antiguo de Brigantium.

Uno de los mitos más conocidos con el origen del nombre de A Coruña es la leyenda de Hércules y Gerión, una historia inventada por el rey Alfonso X en su obra Estoria de Espanna. También se habla mucho de su posible origen celta, ya que el rey Brigo, quien se asentó en Bergondo, fundó varias urbes, entre ellas A Coruña, a la que llamó Corny, que en celta es: lengua de tierra que se adentra en el mar. Además, una teoría reciente expuesta por un profesor alemán indica que el nombre de Coruña deriva de la palabra fenicia 'Karn', que significa cuerno. 

Al margen de la historia, hay hipótesis que vinculan el topónimo de la ciudad con la forma circular de la bahía coruñesa. Un grupo multidisciplinar de filólogos, historiadores y lingüistas apuntan a que ‘cruinn’ significa redondo y ‘cruinne’ quiere decir redondez, lo que refrendaría su hipótesis de que el origen del topónimo de A Coruña está relacionado con la forma circular de la bahía