Cinco días encerrados a cal y canto en una sala de cuatro paredes deliberando acerca del asesinato del Samuel Luiz. En sus manos estaba el futuro de cinco acusados. El jurado popular debía tomar una decisión trascendental: dictar un veredicto sobre un asesinato que no fue solo brutal, sino también marcado por la discriminación. El de un joven de 24 años al que le arrebataron la vida y al que le debían justicia tres años y cinco meses después de su muerte.
La opinión pública y la presión mediática pesaba sobre los hombros del jurado popular. En ese contexto, las deliberaciones no podían ser sencillas. "A pesar de lo difícil que ha sido, lo que hemos vivido no ha sido en vano. La lucha por los derechos del colectivo LGTBI no termina con este veredicto, pero esperamos que sirva para que no se vuelva a poner en duda que la homofobia es una realidad que sigue costando vidas", indica Ana García, presidenta de ALAS Coruña. La asociación ejerció de acusación popular en el juicio por el asesinato de Samuel Luiz.
El veredicto del jurado popular estableció que el crimen tenía un componente homofóbico, al incluir el agravante de discriminación en la condena de Diego Montaña. "Si te matan al grito de maricón de mierda, es homofobia. Y finalmente, quedó probado". El jurado pupular consideró probado que "por las palabras, gestos, forma de vestir, tono de voz y apariencia física de Samuel, Montaña interpretó que era homosexual, llegando a decirle: Deja de grabar a ver si te voy a matar maricón".
También coincidieron con lo que había contado otro testigo, que dijo haber escuchado a el acusado decir: "Quién le mandó al puto maricón meterse en eso, si era un puto maricón". Con ello, Diego Montaña fue declarado culpable del delito de asesinato con alevosía y agravante de discriminación. "El caso era tan complejo que es comprensible que no se pudiera resaltar la homofobia en los titulares. Sin embargo, es importante que reflexionemos sobre la violencia que se niega una y otra vez", indicó Ana García.
El papel del jurado popular y el veredicto final
A pesar del malestar generado por algunas decisiones del jurado, García subrayó el respeto por su labor. "No va a haber una sentencia perfecta nunca. Había tantas aristas en este caso que era difícil encontrar una solución que convenciera a todos”, explicó. Con ello se refiere a la absolución de Katy Silva. Uno de los puntos que causó controversia fue el hecho de que el jurado declarara no culpable a la exnovia de Diego Montaña. Esta escuchó al que era su novio pronunciar las palabras "maricón de mierda", y sin embargo no intervino.
"Lo que hemos conseguido, aunque no sea perfecto, es un importante paso. El reconocer la homofobia como un agravante en la sentencia puede ser fundamental para sentar precedentes en casos similares", comentó. Ana García recuerda el juicio como "largo, intenso y duro", pero con algo claro: "Lo que queremos es que esto no vuelva a suceder, pero si algún otro caso similar ocurre, esperemos que sirva de lección y de precedente legal".