En la sesión plenaria de diciembre del Ayuntamiento de A Coruña quedó aprobada la nueva Ordenanza Reguladora de las Actuaciones de Rehabilitación para la Mejora Energética de los Edificios. Una medida que busca fijar una nueva regulación y las condiciones para intervenir en las fachadas de los edificios a la hora de implantar sistemas que incrementen su eficacia energética.
El texto, que ya fue validado previamente a finales de noviembre por la Junta de Gobierno Local, que estableció los requisitos específicos tanto para los edificios catalogados como para los que no. "El uso indiscriminado de intervenciones que, aunque necesarias para mejorar la eficiencia energética, podrían poner en peligro la calidad arquitectónica de la ciudad", señaló el concejal de Urbanismo, Francisco Dinís Díaz Gallego.
Con ello, el concejal subrayó que la mejora de la eficiencia energética no debe estar reñida con el respeto por la estética urbana y la imagen de los barrios. Así, según su intervención, la idea es "conservar la imagen histórica de A Coruña mientras se implementan medidas para cumplir con los objetivos climáticos".
La ordenanza generó dudas en cuanto a qué fachadas y elementos arquitectónicos deberían ser regulados. Como señaló Antonio Deus del Partido Popular (PP), existe una preocupación sobre el exceso de normativas y la complicación de los procesos administrativos, especialmente en el caso de edificios no catalogados como patrimonio. La pregunta de quién decide qué fachadas merecen protección y qué criterios se aplicarán en las intervenciones fue una de las principales críticas a la ordenanza. Deus consideró que "el exceso de regulaciones podría complicar innecesariamente la implementación de estas medidas".
Votes a favor del BNG
Por su parte, la concejala del Bloque Nacionalista Galego (BNG), Avia Veira, aplaudió la necesidad de regular las actuaciones de rehabilitación, sobre todo en edificios que, "aínda que non estean protexidos, teñen un valor arquitectónico significativo que contribue á identidade da cidade". Afirmó que es necesario mantener cierta armonía estética en determinadas zonas de la ciudad para preservar su carácter y evitar una banalización del paisaje urbano. Sin embargo, también reconoció que el principal objetivo debe ser la lucha contra el cambio climático, por lo que respaldó la ordenanza con la esperanza de que se pueda encontrar un equilibrio adecuado entre sostenibilidad y conservación de la estética.