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Venezolanos viviendo en A Coruña
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Venezolanos que siguieron la toma de posesión de Maduro en A Coruña: "El pueblo ha perdido el miedo"
Hablan de un "golpe de Estado" y defienden que el opositor Edmundo González fue el ganador legítimo de las elecciones del pasado 28 de julio
Más información: Nueva concentración de la comunidad venezolana de A Coruña en apoyo a Edmundo González
Nicolás Maduro tomó posesión como presidente de Venezuela este viernes. Lo hizo sin haber presentado las actas de votación que avalarían su victoria en las elecciones del pasado 28 de julio. A su vez, el líder de la oposición, Edmundo González, presentó actas que demostrarían su triunfo electoral. Y ante la situación la oposición de Venezuela y los exiliados del país latinoamericano han tachado la toma de posesión de Maduro como "golpe de Estado". El viernes a mediodía la comunidad venezolana asentada en A Coruña salió a la calle para defender a Edmundo González como ganador legítimo del 28 de julio y para exigir apoyo internacional.
Más de 7,7 millones de personas han salido de Venezuela en las últimas dos décadas debido a la crisis política y económica que atraviesa su país. La Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) estima que 6,5 millones han emigrado a países de América Latina y el Caribe, mientras unos 1,2 millones están esparcidos por Europa y otras partes del mundo.
En A Coruña hay una gran comunidad de venezolanos emigrados que desde el pasado 28 de julio han tomado periódicamente el Obelisco con protestas pacíficas "en defensa de la democracia en Venezuela" y en respuesta a los llamamientos de la opositora al chavismo, María Corina Machado. La última se celebró este viernes a las 15:00 horas española y 10:00 horas venezolanas, cuando arrancó la cuenta atrás para la ceremonia de toma de posesión.
Los manifestantes de A Coruña estaban sonrientes, pero nerviosos. Ilusionados por asistir a un "día histórico" para Venezuela, aunque fuese desde la distancia. La mayoría estaban convencidos de que Maduro tomaría posesión del cargo de presidente, pero también defendían a capa y a espada que esta vez "es diferente". En esta ocasión aseguran que se ha perpetrado un "golpe de Estado".
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Wendy Colmenares, venezolana afincada en A Coruña.
Wendy Colmenares, enfermera de formación, siempre participó en las votaciones electorales mientras vivió en Venezuela. "Nunca fui afín al Gobierno, siempre supe quién era él —por Chávez— y lo que venía después. Siempre voté en contra del chavismo", explicaba. No obstante, en 1998 Chávez ganó las elecciones y, tras varios años con "momentos de gloria" incluidos, llegó 2016: "Ahí empezó la crisis y la debacle". "Daba tristeza ver como la gente flaquecía y se desmayaba en las calles", recuerda Wendy.
"Nunca fui afín al Gobierno, siempre supe quién era él —por Chávez— y lo que venía después. Siempre voté en contra del chavismo"
Entre 2016 y 2018 tanto ella como sus tres hijos abandonaron Venezuela. Con todo, las marchas fueron escalonadas y a día de hoy la familia todavía está dispersa. "Mi hija está en Perú, un hijo está en Cádiz y el otro aquí, en Galicia", recuenta Wendy.
En el futuro próximo a esta venezolana le gustaría reunirse todos en el país que les vio nacer. Eso sí, siempre que cambie la situación política y "se derrote al chavismo". "Sé que no va a ser fácil. A lo mejor no es hoy (por ayer), ni mañana. Pero sí va a suceder. Ya lo vivimos una vez con la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y al mes él se salió. Lo que pase hoy no define lo que pueda pasar en las próximas semanas", insiste Wendy.
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Mari Carmen Medina, venezolana afincada en A Coruña.
Hay tantas historias como venezolanos emigrados. La de Mari Carmen Medina empieza a principios de los dos mil. En 2003, esta empleada pública de la Administración venezolana, tuvo que abandonar el país tras sufrir amenazas por parte del Gobierno por ser opositora de Hugo Chávez. "Un 31 de diciembre yendo a casa de un familiar nos dispararon", llega a asegurar.
"Un 31 de diciembre yendo a casa de un familiar nos dispararon"
Finalmente, Mari Carmen decidió salir de Venezuela y poner rumbo a España "dejando todo atrás". Hoy día tiene una vida plena en A Coruña. Su hijo ha formado una familia y su hija, nacida en Galicia, no llegó a saber lo que es vivir en Venezuela. Reconoce que, incluso si Maduro abandonase el poder, no volvería a su país. Con todo, sí le gustaría ser testigo del fin de "la tiranía". "El pueblo ya ha perdido el miedo. Tenemos fe en que esta vez sí, esta vez será la definitiva. Tarde o temprano va a caer ese Gobierno", garantiza.
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Rolando Figueroa, venezolano afincado en A Coruña.
La represión del Gobierno de Maduro es una denuncia que compartían muchos de los manifestantes de A Coruña. Rolando Figueroa, militante del partido opositor Voluntad Popular y residente en la ciudad, asegura ser víctima de una "persecución política" por haber participado activamente en "las protestas más grandes de Venezuela, las del 2017".
Rolando Figueroa era funcionario de carrera del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, aunque nunca fue afín al Gobierno de Hugo Chávez ni de, posteriormente, Nicolás Maduro. "Cuando eres funcionario el chavismo te presiona para que te unas a las filas del partido. Ellos no pueden aceptar que un funcionario sea opositor", detalla este manifestante.
"Cuando eres funcionario el chavismo te presiona para que te unas a las filas del partido. Ellos no pueden aceptar que un funcionario sea opositor"
Figueroa era un opositor activo y participaba en las marchas contra el régimen. Fue ahí, en 2017, cuando lo despidieron "de un día para otro". Ante la "persecución" y las "amenazas del régimen" él y su familia decidieron salir del país. Fue ya en 2018 y cuando ya estaba asentado en España cuando descubrió que tenía una orden de detención de la Interpol porque el Gobierno venezolano había pedido su extradición por, supuestamente, haber estafado a una mujer que había contratado varios tratamientos médicos con una empresa de productos sanitarios.
Tras muchos años de periplos, tensiones, peticiones al Gobierno de España para recibir el asilo político e incluso dos meses en Teixeiro, Rolando cuenta con la libertad provisional. Cada quince días acude a los juzgados para informar de su paradero y así evitar ser devuelto a Venezuela.